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Marín toma el control de Cs en Andalucía y se prepara para las autonómicas

Ciudadanos renueva en una operación no exenta de riesgos la dirección del grupo parlamentario y releva al portavoz Sergio Romero por Teresa Pardo

El coordinador autonómico de Ciudadanos (Cs) en Andalucía, Juan Marín, atiende a los medios en el Parlamento andaluz junto al diputado Sergio Romero.
El coordinador autonómico de Ciudadanos (Cs) en Andalucía, Juan Marín, atiende a los medios en el Parlamento andaluz junto al diputado Sergio Romero.

Juan Marín, vicepresidente de la Junta, ha logrado tomar el control del grupo palamentario de Ciudadanos en Andalucía después de un largo pulso que lo ha enfrentado, de manera soterrada, al portavoz parlamentario Sergio Romero y también a la consejera de Igualdad Rocío Ruiz, según las fuentes consultadas por Público. En una reunión esta tarde en el Parlamento de Andalucía, se oficializaron los cambios en la dirección del grupo, que han contado con el respaldo de la dirección nacional de Inés Arrimadas. Marín ha colocado a la diputada Teresa Pardo en la portavocía en sustitución de Romero.

Estos cambios llegan en pleno debate sobre la fecha de las elecciones y a la espera de saber si Moreno logra aprobar unos nuevos presupuestos o no, un escenario que podría desembocar en un adelante electoral a la próxima primavera. A partir de 2022, "ya entraremos en fase de culminar esta legislatura", dijo Marín. La candidatura de Ciudadanos a la Junta en Andalucía se decide por primarias.

Después de la fallida moción de censura en Murcia, la desintegración de Ciudadanos, impulsada, entre otros, por el tránsfuga Fran Hervías, exsecretario de Organización de Albert Rivera, hoy con despacho en Génova a las órdenes de Teodoro García Egea, se ha ralentizado, sin embargo, en Andalucía.

Aunque ha habido episodios graves en Granada, donde las conspiraciones impulsadas desde Madrid, acompañadas de la lógica –y el odio– local, liquidaron la principal alcaldía en manos de Ciudadanos, hoy comandada por el PSOE, los 21 diputados en el Parlamento de Andalucía han apuntalado hasta ahora el primer gobierno no socialista en la comunidad y, de momento, a pesar de las fuertes presiones de Vox y de Génova, han logrado evitar una convocatoria electoral de inciertas consecuencias, que les hubiera probablemente arrasado.

Un pacto de sangre entre el presidente Juanma Moreno y el propio Marín a cambio de la estabilidad en el Gobierno cerró la puerta del PP a los desertores de Ciudadanos en Andalucía. Ahora, todos los votos de Ciudadanos irán a parar, llegado el caso, –y superadas las primarias– a una nueva investidura de Moreno. Esta es, según las fuentes consultadas, una de las claves de este movimiento.

El matrimonio PP-Cs en Andalucía, frente a los guiños de algunos sectores al PSOE frente a la amenaza de sorpasso de la ultraderecha con el riesgo de sometimiento que conllevaba, es hoy indisoluble, y la complicidad entre Marín, Moreno y Elías Bendodo, que ve con buenos ojos el cambio, se mantiene intacta.

Las fuentes consultadas por Público consideran que estos cambios consolidan a Marín como el rostro de Ciudadanos en Andalucía y podrían contribuir a mejorar la coordinación en las estructuras al tener el vicepresidente todo el control del grupo parlamentario. La Ley Electoral de Andalucía no es la de Madrid y aun con un mal resultado, Ciudadanos podría obtener representación en la Cámara. La última encuesta de Bendodo, de hecho, les da una incipiente tendencia al alza.

Remodelación de equipos

Ni Arrimadas ni Marín dan así por perdida la batalla de Andalucía, que es, prácticamente, la batalla por la supervivencia del proyecto, aun a coste de arrimarse del todo al PP andaluz. Fuentes de la dirección nacional describieron así los cambios: "Se trata de una remodelación de equipos de cara a la recta final de la legislatura y afrontar reformas impulsadas en Parlamento".

La operación no está, sin embargo, exenta de riesgos: ha dejado como damnificados una consejera y como mínimo a cuatro diputados, según las fuentes consultadas. Las tensiones en el grupo de Ciudadanos y alguna deserción podrían causar un terremoto que fuerce al presidente a adelantar. "Si alguien decide mañana cualquier cosa, yo tengo que respetarlo. [Pero] aquí ni hay crisis, ni se ha provocado una dimisión o un cese ni se le ha dicho a nadie usted tiene que ir a otro lado. Esto no es el PSOE", dijo Marín.

Romero, el portavoz saliente, defendió públicamente que los cambios eran necesarios y contribuyó a la paz. "A mí nadie me ha destituido. Hace meses que tomé la decisión de dejar mi cargo de portavoz y formar parte de la Mesa del Parlamento. Decisión aceptada y de total acuerdo por la dirección nacional de mi partido. Estaré donde deseo seguir trabajando por los andaluces".

Así lo vendieron el mismo Marín y Romero, en una atención a medios conjunta tras la reunión del grupo en la que se "ratificaron" los cambios. "Le trasladé hace algún tiempo al partido mi decisión personal, meditada para asumir nuevos retos y desafíos", dijo el exportavoz. Romero pasa ahora a la Mesa.

El exportavoz adjunto Fran Carrillo, que pasa a ser diputado raso, también se mostró conciliador en público: "Hoy dejo de ser portavoz adjunto del grupo de Ciudadanos. Gracias a quienes confiaron en mí para dicha responsabilidad, que he desempeñado con fidelidad a los valores y convicciones liberales. La nueva dirección cuenta con todo mi apoyo para seguir trabajando por Andalucía y España".

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