Entrevista a Marta Salicrú"Me parece contradictorio defender el catalán como una herramienta de cohesión con un discurso coercitivo"
Entrevista a la comisionada del Catalán del Ayuntamiento de Barcelona, nombrada el pasado julio.

Barcelona-
Vestida con una camiseta que dice No t'entenc, soc catalana (No te entiendo, soy catalana), la comisionada de Uso Social del Catalán del Ayuntamiento de Barcelona, Marta Salicrú (Barcelona, 1980), recibe a Público en su despacho. Se nota que, desde su reciente posición institucional, sigue muy conectada con todo lo que suena en el panorama cultural catalán. La frase pertenece a la canción Catalonian Girls, del joven grupo mallorquín Fades.
Salicrú se incorporó al Ayuntamiento en julio. Su figura, encargada de abordar el retroceso del uso social de la lengua en Barcelona —especialmente entre los jóvenes—, depende directamente del alcalde Jaume Collboni. Su nombramiento da cumplimiento al acuerdo presupuestario con ERC, aunque la periodista asegura no tener ninguna relación previa con el Govern ni formar parte del entorno socialista o republicano.
La nueva comisionada cuenta con una amplia trayectoria en el mundo de la música y de la comunicación digital en catalán. Ha sido directora de Radio Primavera Sound durante seis años —está en excedencia para ocupar el nuevo cargo— y trabajó anteriormente en Time Out Barcelona, además de impartir clases en varias universidades y pinchar en algunas de las salas más conocidas de la capital catalana. La entrevistamos para conocer las propuestas que tiene sobre la mesa y para valorar algunas polémicas recientes, como el espacio residual del catalán en el Piromusical de las Fiestas de la Mercè.
En julio fue nombrada comisionada de Uso Social del Catalán en Barcelona y, en pocos meses, se le ha acumulado mucho trabajo. ¿Cómo valora su tarea en estos dos meses y medio?
Aunque hace tiempo que la cuestión del catalán debería haber sido central, en los últimos meses —coincidiendo con mi nombramiento— la preocupación ciudadana ha aumentado. Además, se han producido varios casos de discriminación muy mediáticos. Es necesario llevar a cabo acciones a largo plazo, pero también es urgente poner en marcha medidas visibles para la gente. El Ayuntamiento tiene una voluntad clarísima de revertir la situación y debemos combatir la sensación de pesimismo.
El Ayuntamiento de Barcelona se adhirió hace poco al Pacto Nacional por la Lengua. ¿Qué implica exactamente eso?
Significa que cada entidad municipal que se adhiera debe tener un plan de apoyo y promoción del catalán y una figura de referencia que lidere estas políticas. En el caso de Barcelona, soy yo. La alineación del Ayuntamiento con el Pacto Nacional por la Lengua era clarísima, porque ya estábamos trabajando en varias de las medidas propuestas. La Generalitat y el Departamento de Política Lingüística tienen muy claro que las políticas de lengua deben liderarse desde el municipalismo, porque los ayuntamientos son las administraciones más cercanas a la ciudadanía.
Según la Encuesta de Actividad del Sector de Restauración de Barcelona 2024, publicada este septiembre, la mitad del personal de los bares con menos de diez trabajadores —que son la mayoría en la capital catalana— no habla catalán, y un 24% ni siquiera lo entiende. ¿Qué medidas piensan implementar al respecto?
Hace dos meses y medio que estoy en el cargo, pero ya he mantenido muchas reuniones. Necesitamos un cambio de paisaje y de usos en el comercio y la restauración, de modo que se respete la normativa. Es fundamental que el Ayuntamiento se comunique con el sector para que tenga claras las normas, porque hasta ahora no se habían comunicado bien. Se desconoce que, como mínimo, la rotulación debe estar en catalán y que el personal debe poder atender en catalán. Queremos hacer entender al comercio que potenciar la lengua es una ventaja para su negocio, porque fidelizarán a la clientela catalanohablante local, que valora mucho que un establecimiento respete sus derechos lingüísticos.
Queremos hacer entender al comercio que potenciar el catalán es una ventaja para su negocio
Es una visión muy optimista. ¿No cree que harían falta más sanciones y un cuerpo de inspección más sólido?
Esta visión optimista tampoco existía antes. En las guías de buenas prácticas de rotulación que difundía el Ayuntamiento, se ponía énfasis en los elementos físicos y se daban consejos de comunicación, pero no en el cumplimiento de la normativa. Antes de nada, debemos asegurarnos de que la comunicación sea efectiva. No podemos pasar de una política de omisión de información a una política de sanción sin un proceso intermedio. Los comerciantes y el sector de la restauración deben entender que el catalán es una herramienta de convivencia, que es la lengua propia de la ciudad y les permitirá hacer mejor su trabajo. En cambio, si entramos en confrontación, dudo que consigamos buenos resultados.
No conseguiremos buenos resultados si confrontamos con el sector del comercio y la restauración
De acuerdo, hay que dar un margen para la comunicación. Pero pasado un tiempo, ¿no serían necesarias sanciones? Estamos hablando de los derechos de los catalanohablantes.
Se tendría que actuar si ya se ha incidido en el cumplimiento de la normativa. Debería ser la fase final de este proceso que, insisto, acabamos de poner en marcha.
¿Por qué no se había hecho este trabajo hasta ahora? La posición de comisionada del Catalán nace de la propuesta de ERC en su pacto con el PSC.
Como persona que no estaba en el Govern ni forma parte de ningún partido —ni del entorno socialista ni del republicano—, me hago la misma pregunta como ciudadana. Pero ahora ya hay una figura con fuerza política y transversal, que incide en las distintas áreas del Ayuntamiento. Las entidades en defensa de la lengua me dicen que, en estos dos meses y medio, se ha hecho más trabajo que en muchos años.
¿El retorno está siendo positivo?
Como vengo del mundo de la comunicación y de la creación de contenido digital, y no de la sociolingüística, me preocupaba cómo se vería mi nombramiento. Pero el feedback está siendo muy positivo y estoy en contacto constante con las entidades.
En una entrevista reciente dijo que prefería el diálogo a la confrontación. Pero ¿cómo debemos responder ante las crecientes actitudes catalanófobas?
Insisto en el discurso del diálogo. El Ayuntamiento defiende el catalán como una herramienta de cohesión, y me parecería contradictorio defenderlo con un discurso coercitivo. Ante la agresión o la discriminación, hay que denunciar, sea por motivos de lengua, género o cualquier otro. Por eso se puso en marcha la Oficina para la No Discriminación. Y ante cuestiones relacionadas con el incumplimiento de la norma administrativa, pondremos en marcha la Bústia del Català, un buzón donde los ciudadanos podrán expresar sus quejas en relación con la lengua.
En la Bústia del Català los ciudadanos podrán expresar sus quejas relacionadas con el incumplimiento de la norma administrativa
Habla de cohesión social. A menudo se acusa a los migrantes con menos recursos de no querer aprender catalán, mientras que al expat no se le hace las mismas exigencias. ¿Cómo interpreta esa diferencia de trato?
Debe exigirse del mismo modo. Pese a los datos que muestran un retroceso del uso social del catalán, buena parte de la población sigue viéndolo como una herramienta de integración y de ascenso social. Y quizá los colectivos expat, que no tienen tanta necesidad de integrarse o de crecer socialmente porque ya vienen de situaciones acomodadas, perciben el catalán como algo menos necesario.
También puede ocurrir que haya personas que vienen de países donde se habla castellano —que aquí es cooficial— y sientan cierta reticencia a hacer el esfuerzo de aprender otra lengua. Aun así, insisto: el catalán es una lengua de integración y de ascenso social, y en las escuelas públicas se trabaja para que toda la población de origen diverso la incorpore. Otra de las líneas en las que estoy empezando a trabajar es la incidencia en las escuelas infantiles.
Ha hablado del concepto de "necesidad". Pero ¿no cree que la duplicidad de lenguas hace innecesario el catalán? En Barcelona he visto carteles del Ayuntamiento, como los del Pla Endreça, en inglés y castellano, por poner solo un ejemplo.
La cartelería del Ayuntamiento es, por defecto, en catalán. Cuando detecto —o alguien me señala— algún uso en otra lengua, lo consulto y lo traslado al departamento correspondiente. Algunas de esas quejas ya han derivado en un compromiso de corrección. Por ejemplo, también hay quejas sobre la lengua que usan las autoridades en los actos públicos. Estoy trabajando en una guía de usos lingüísticos al respecto. Con la creación de mi cargo, ya no se trata solo de sensibilizar, sino de poner remedio.
Las políticas no han avanzado con la realidad sociolingüística de Barcelona, que cada vez es más compleja
Cuando se recupera la democracia, se pone mucho énfasis en devolver el catalán a la esfera pública. Mi sensación es que, por diversos motivos, en los últimos años ha habido un relajamiento. No se ha avanzado, mientras nuestra realidad sociolingüística es cada vez más compleja. Y no solo en Barcelona. Estamos en un contexto de multilingüismo muy distinto al de antes. Debemos cuestionarnos cosas que llevamos cuarenta años sin replantear, porque los datos son preocupantes.
La realidad del retroceso va mucho más allá de los procesos migratorios: también tiene que ver con las redes culturales contemporáneas y las redes sociales. Cuando yo era joven, la colonización cultural venía del inglés, pero en las dos últimas décadas ha habido una irrupción muy fuerte del castellano, tanto en la creación de contenido como musicalmente, con el auge de las músicas latinoamericanas.
Ahora también hay personas que crean en catalán, no por convicción política, sino por normalidad. Muestran que nuestra lengua sirve tanto para escribir un ensayo académico como para cantar reguetón. El ecosistema de creadores de contenido es cada vez más potente por el volumen de hablantes que tenemos, y la voluntad es incidir en él.
¿Cómo lo harán?
Ya hemos ultimado la presentación de la Casa de la Creación Digital de Barcelona, que servirá para fortalecer el ecosistema de creadores de contenido en catalán. Los datos negativos sobre el uso social van en paralelo con datos altísimos de conocimiento de la lengua. Debemos incidir en el catalán que se aprende en la escuela, pero también usarlo en el patio, en la discoteca, en la calle y en las redes.
Pondremos en marcha la Casa de la Creación Digital de Barcelona para fortalecer el ecosistema de creadores de contenido en catalán
¿Qué le parece que la televisión pública 3Cat, cuyo mandato fundacional es normalizar y difundir la lengua catalana, esté incorporando creadores de contenido catalanes que usan y siguen usando el castellano en sus redes?
3Cat ha hecho un muy buen trabajo impulsando a creadores y creadoras con la plataforma para jóvenes Eva. Les ha ayudado a dar el salto a formatos audiovisuales muy sofisticados. Pienso, por ejemplo, en Cèlia Espanya y el programa Lo repte. Actualmente, está dando trabajo a creadores en catalán, y al mismo tiempo utiliza otra estrategia que habrá que ver si funciona.
Hay creadores catalanes que, aunque usan el catalán en su vida personal, no lo emplean en las redes. Pero con estos nuevos programas quizás animen a los jóvenes que los siguen —catalanohablantes que también usan el castellano— a considerar el catalán como una opción natural.
Ahora bien, en ningún caso esto debe servir para desatender a los creadores originalmente en catalán, a quienes hay que apoyar mucho. Y cuando digo apoyar, me refiero a permitirles monetizar, a que sus proyectos sean viables. También debemos ofrecerles asesoramiento práctico, por ejemplo, sobre cómo hacer la declaración del IVA. Hay que cuidar este ecosistema.
El día 28 se celebró el Piromusical de las Fiestas de la Mercè y surgieron críticas sobre el retroceso del catalán en los últimos dos años. ¿Cree que debería tener un papel más central, tratándose de la fiesta mayor de Barcelona?
Me incorporé la segunda semana de julio, y una de las primeras cosas que hice fue pedir el setlist de Estopa. Quería información sabiendo qué había pasado con el Piromusical de Rosalía. Obviamente, ya no había margen para incidir porque el trabajo estaba hecho y a punto de comunicarse. Pero sí quiero matizar que el año pasado solo sonó una canción en catalán, mientras que este año han sido seis.
Además, Estopa estrenó una colaboración con The Tyets. Es la tercera canción que Estopa canta en catalán en toda su historia; de nuevo, tenemos un buen referente que transmite a su público que el catalán también es una lengua en la que se expresan. Me parece un buen mensaje.
Dicho esto, era evidente que, en la situación actual, el número de canciones en catalán no sería suficiente. Ya trasladé al equipo de la Mercè que existe una demanda social de tomarse en serio que el catalán crezca en Barcelona. Necesitamos medidas a corto plazo. Ya he hablado con el Insitut de Cultura de Barcelona (ICUB) para trabajar este tema de cara al año que viene.

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