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Cloacas de Interior El PP rechaza en el Senado la “depuración” de la policía política contra el soberanismo

La mayoría absoluta de los populares se opone a la moción del grupo socialista en la que se piden la desaparición de las unidades que actuaron contra el proceso soberanista en Catalunya y sus promotores bajo el mandato del ex ministro Fernández Díaz

El ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, durante su intervención en la sesión de control al Gobierno, en el pleno del Senado. EFE/Chema Moya

JUAN ANTONIO BLAY

En el Senado el Gobierno está tranquilo. El grupo parlamentario popular tiene mayoría absoluta por lo que nada ha cambiado respecto a la legislatura anterior: no hay iniciativa de la oposición que incomode a Rajoy o su Gobierno que tenga la más mínima opción de prosperar. Todo sigue igual desde finales de 2011.

Es lo que ha ocurrido esta mañana en la Cámara alta con la moción del grupo socialista en la que se pedía la “limpieza y depuración” de la policía política que ha actuado en la pasada legislatura bajo el mandado del exministro del interior Jorge Fernández Díaz. Hace 15 días ya hubo un serio encontronazo entre el senador Francisco González Cabañas con el actual ministro del Interior, Ignacio Zoido, con motivo de la interpelación sobre este asunto.

La moción consecuencia de aquella interpelación solicita, textualmente, que se produzca “la depuración de responsabilidades en la Policía Nacional donde se han promovido, permitido y alentado desde el poder político del ministerio del Interior la constitución de una policía política formada por comisarios y altos cargos policiales, que han utilizado fondos reservados sin control, para perseguir a adversarios políticos (…)”. Pero para el PP, toda esta exposición “son exageraciones”, según López Lapazarán, su portavoz en este debate.

Pero para el PP, la existencia de una policía política denunciada por la oposición “son exageraciones”

La moción socialista ha tenido el apoyo del grupo de Podemos y de otras formaciones menores, y ha contado con la abstención de ERC y PDECAT, grupos que han entendido que “es una responsabilidad del Reino de España” tomar esas decisiones. Sin embargo, tanto estos grupos que defienden el proceso soberanista en Catalunya como el resto de la oposición han criticado duramente la existencia de este gru`po de “policía política” para actuar contra otras formaciones políticas, especialmente las vinculadas a promover la independencia de Catalunya.

El popular López Lapazarán ha reiterado que el planteamiento del texto de la moción, que también contemplaba el amento de los recursos de materiales y de salarios para los miembros de los cuerpos de seguridad del Estado, responde a una fabulación que nada tiene que ver con la realidad. Y ha apelado a los socialistas a aceptar una enmienda de sustitución para no alinearse con “radicales e independentistas”, que son quienes realmente distorsionan la realidad y lanzan acusaciones sin fundamento “como si fuéramos y país tercermundista”.

El debate se ha calentado por momentos, algo que no suele ser habitual en la Cámara alta, hasta el punto que el ex director general de la Policía, Ignacio Cosidó, “recolocado” como senador territorial por Castilla y León, ha pedido la palabra por alusiones. El portavoz de Podemos, Joan Comorera le había citado un par de veces, pero casi de soslayo.

El exdirector de la Policía, Cosidó, ahora senador, carga con vehemencia contra Podemos

Pero Cosidó se ha sentido ofendido y cuando la presidencia, ocupada por el vicepresidente Pedro Sanz, una persona poco hábil para estas circunstancias, le ha dado la palabra el senador novicio se ha sentido como si estuviese en un acto de su anterior cargo. El caso es que ha cargado con vehemencia contra Podemos y todos quienes le ríen las gracias según su parecer, lo que ha provocado que las bancadas de la izquierda, desde socialistas hasta ERC, se soliviantasen con continuas peticiones de palabra, sobre todo del socialista González Cabañas.

Se ha montado un bronca como pocas veces se ven en la Cámara alta mientras el presidente accidental se veía incapaz de atajar el revuelo. Solo cuando Cosidó, entre abucheos, ha tenido a bien acabar con su desagravio, con descalificaciones dirigidas a Podemos y todos cuantos protestaban, el ambiente se a calmado.

Finalmente, la mayoría absoluta del grupo popular ha sido implacable. 91 senadores han votado a favor, otros 142 se han pronunciado en contra y 21 se han abstenido. En resumen, la moción socialista ha sido rechazada.

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