Este artículo se publicó hace 2 años.
Sánchez se queda solo en su giro sobre el Sáhara Occidental y abre un conflicto en el Gobierno al dejar a un lado a UP
Yolanda Díaz acusa al presidente de incumplir "el mandato de país" al apoyar las posiciones de Marruecos y recuerda que Economía y Seguridad Social, ministerios socialistas, participaron en la negociación de la reforma laboral pese a tratarse de un asunto
Madrid-
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se afanó la semana pasada en pedir "unidad" política para afrontar el contexto más complicado de los últimos años. Con una guerra a las puertas de Europa y una crisis económica de calado que tiene su raíz principal en el mercado energético, el líder del PSOE pidió un cambio de fase en la política estatal para dejar atrás la polarización y el conflicto, y apostar por la coordinación, la lealtad y los grandes acuerdos.
Unos días después, su decisión unilateral de respaldar la propuesta marroquí de autonomía para el Sáhara Occidental, renunciando a la autodeterminación del pueblo saharui por la que apostaba el PSOE, ha dejado completamente solo a Sánchez y ha abierto una brecha en un Gobierno de coalición que no pasaba por su mejor momento.
La oposición critica que el líder del Ejecutivo haya marcado esta posición de forma unilateral sin buscar el respaldo de una mayoría parlamentaria y sin dialogar con el resto de formaciones. El presidente de la Xunta de Galicia y candidato a liderar el PP, Alberto Núñez Feijóo, le acusó de "romper el consenso en política Exterior que se había mantenido durante 40 años".
También encontró rechazo Pedro Sánchez en sus aliados parlamentarios. Los partidos del denominado bloque de la investidura cargaron contra esta decisión y pidieron a los socialistas que rectificaran una posición que desde formaciones como Más País calificaron de "inexplicable e inadmisible". Casi todos los grupos del Congreso registraron preguntas e iniciativas para que el presidente comparezca en la Cámara Baja y dé explicaciones sobre este asunto.
La soledad de Sánchez fuera del Consejo de Ministros se tornó en conflicto en el seno del Gobierno de coalición. Unidas Podemos, que no fue informado de la decisión del presidente, cargó duramente contra el PSOE por las consecuencias políticas de la decisión sobre el Sáhara Occidental, pero también por las formas de los socialistas, que en ningún momento buscaron la coordinación con los ministerios dirigidos por el espacio confederal.
La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, mostró de manera pública su discrepancia y acusó al presidente de haber incumplido su "mandato de país" al apoyar la posición de Marruecos en el Sáhara Occidental.
El precedente de la reforma laboral
Visiblemente molesta con la justificación del PSOE acerca de que las competencias en materia de política exterior son del presidente, Díaz recordó que ella tuvo que incluir a Economía y a Seguridad Social, dos ministerios socialistas, en el diálogo social que alumbró y acordó la reforma laboral, una competencia que recaía en Trabajo.
De hecho, señaló la vicepresidenta, en aquel momento se crearon comisiones en el seno del Ejecutivo entre los ministerios implicados en la negociación (Trabajo, Economía y Seguridad Social) para articular propuestas de manera coordinada. Desde la parte socialista del Ejecutivo argumentaron entonces que aunque el departamento de Díaz era el competente en la reforma laboral, esta medida era "de todo el Gobierno".
"Es un cambio de posición radical que merece un diálogo. Las cuestiones de fondo se dialogan y máxime ante una decisión de tal calibre. Como saben, soy respetuosa con las competencias de cada ministerio, pero es verdad que somos un gobierno de coalición y los asuntos de fondo se dialogan entre las partes. Recuerden que yo misma en la reforma laboral no solamente compartí y dialogué con todos los ministerios, sino que tuvimos que hacer comisiones paralelas para ello", destacó la vicepresidenta.
Díaz también explicó que tenía una conversación pendiente con Pedro Sánchez, una conversación en la que, además del plan de recuperación económica del Ejecutivo, también abordaría la cuestión del Sáhara Occidental.
La brecha entre el PSOE y Unidas Podemos es más profunda de lo que pudiera parecer a simple vista. En el espacio confederal se traslada un importante hartazgo con que las decisiones de sus ministerios sean "compartidas" y "coordinadas" en el seno del Ejecutivo, mientras que las de los departamentos socialistas son, denuncian, "unilaterales" y, en muchos casos, ni siquiera se comunican.
Unidas Podemos no romperá el Gobierno
No es la primera vez que Sánchez 'sorprende' a sus socios con una decisión de calado que no ha sido debatida en el Gobierno. Hace apenas unas semanas, el presidente anunció, también de forma unilateral, que su compromiso era elevar el gasto en Defensa hasta el 2% del PIB, una posición que no respaldaron en el espacio confederal y que fue criticada por Díaz y por el resto de ministros de Unidas Podemos.
Pese a los reproches contra la actitud de Sánchez y del PSOE, desde Unidas Podemos se traslada que no tienen intención de romper el Gobierno, y apelan al contexto de crisis económica y de inestabilidad política actual, aunque creen que los socialistas deberían "cuidar más la coalición".
Fuentes del espacio confederal se muestran sorprendidas de que recaiga sobre UP la "responsabilidad de sostener al Ejecutivo y de dar explicaciones sobre la salud de la coalición cuando ha sido Pedro Sánchez el que ha protagonizado un giro inexplicable y, por lo tanto, es él el que debería explicarlo".
"La crisis que viene no la pueden pagar las mayorías sociales y para eso Unidas Podemos es una garantía dentro del Gobierno. El Ejecutivo necesita estabilidad, no una duda permanente sobre si el PSOE va a cumplir con el acuerdo del Gobierno", manifestó este lunes Isa Serra, portavoz de Podemos.
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