La batalla de Sevilla, una plaza clave, marcada en rojo en todos los cuarteles generales, sobre todo los del PP y del PSOE, se va a resolver una vez más por unos pocos sufragios, si se hace caso a las encuestas que unos y otros difunden. Un puñado de votos y uno o dos ediles marcarán la línea entre el éxito y el fracaso en una ciudad de fuertes contrastes sociales, en la que se ubica la nueva Agencia Espacial y al mismo tiempo cuenta con varios de los barrios con menor renta del Estado. Los partidos a priori más pequeños (la confluencia de Podemos e IU y Adelante, que acude en solitario para la izquierda y Vox, para la derecha) serán decisivos. Ni PP ni PSOE obtendrán previsiblemente mayoría absoluta.

Sevilla, la capital, – y la Diputación también– es plaza imprescindible para el PSOE, con las generales en el horizonte. Una victoria del PP, aunque su candidato José Luis Sanz no es de la cuerda de Juan Manuel Moreno Bonilla, sería un mazazo para el PSOE andaluz, que busca un camino, tras perder la Junta y la hegemonía en la comunidad más poblada y dejaría en manos del PP andaluz un poder extraordinario. Mayoría absoluta en San Telmo a la que añadir la alcaldía más importante del país hoy en manos de un regidor socialista, Antonio Muñoz.

Juan Espadas, regidor desde 2015, dejó en enero del año pasado en sus manos una alcaldía que tenía asegurada –lo reconocen hasta en el PP– para lanzarse a una aventura en el PSOE regional con la idea de pacificarlo y unirlo, tras años de desencuentros con Ferraz, al proyecto de Pedro Sánchez. Así, una derrota socialista en Sevilla tendría también una lectura en clave regional –Espadas achacaría el golpe– y estatal.

Muñoz tiene un perfil más moderno y de izquierda que su antecesor y ha tratado de renovar el proyecto y el equipo y ha buscado ampliar su suelo hacia la derecha –llega a los comicios con los presupuestos aprobados gracias a un pacto con Ciudadanos– y hacia la izquierda, con el fichaje como su número dos en la lista de Mar González, excomisionada en el Polígono Sur, psicóloga con gran sensibilidad social.

El PP también se juega parte del prestigio obtenido en las autonómicas del mes de junio pasado. Una victoria del PSOE en Sevilla llevaría a tener dudas sobre el alcance del cambio en Andalucía, sobre la consolidación de la mayoría absoluta del junio pasado.

Surgen así preguntas: ¿logrará Moreno enganchar en unas municipales, a las que se presenta Sanz, un candidato que viene de ser alcalde de otra localidad, Tomares, un municipio de renta alta a las afueras de la capital con el electorado que apostó por él en las autonómicas? ¿Será real el desgaste del presidente por el embrollo de Doñana y la sanidad pública? ¿Afectarán estos temas a la campaña en Sevilla?

Nebulosa

Cada elección es diferente. La euforia inicial en el PP se ha trocado ahora en prudencia. La cuestión del resultado está envuelta en una nebulosa. La extrapolación de los resultados de las andaluzas en Sevilla darían a la derecha, junto con la ultraderecha 19 concejales, pero ninguna encuesta llega a tanto ahora.

El candidato ha recibido apoyos explícitos de Moreno, aunque no no lo eligió él, y ha vinculado el resultado de Sevilla al de las generales: "Si queremos quitar a Sánchez hay que empezar consiguiendo que pierda la alcaldía de Sevilla", ha dejado dicho Sanz.

Este siembra algunas dudas en sectores de sus propias filas porque no ha logrado conectar profundamente aún con lo que se ha dado en llamar la Sevilla eterna, la Sevilla que influye, la Sevilla del capital, la Sevilla tradicional, en fin, por así decir.

En cualquier caso, en el PP, segun las fuentes consultadas, consideran que las espadas están en alto, que la batalla se está dando y que cualquiera que gane va a necesitar apoyos.

El punto de partida en Sevilla, el resultado de 2019 es 13 concejales para el PSOE, ocho para el PP, cuatro para Adelante, otros cuatro para Ciudadanos y dos para Vox. La mayoría absoluta está en 16. Las encuestas ubican ahora tanto a PSOE como a PP en el entorno de los 12-13 ediles –el PP, con seguridad, engullirá a Ciudadanos– por lo que necesitarán ambos de las fuerzas a su izquierda y a su derecha.

IU y Podemos, junto a otras fuerzas de izquierda, han logrado cerrar una alianza que encabeza Susana Hornillo y que evita la dispersión del voto –más allá de Adelante Andalucía, que acude en solitario con Sandra Heredia y que aspira a obtener un edil–. Vox dará sus apoyos a Sanz.