Este artículo se publicó hace 2 años.
La suspensión de Borràs deja la presidencia del Parlament en un limbo
La institución queda en una situación de interinidad inédita hasta el momento y Junts rechaza por ahora proponer un nombre para sustituir a su líder. Las reacciones sitúan en el punto de mira la continuidad de Junts en el Govern.
Emma Pons Valls
Barcelona-Actualizado a
La suspensión de Laura Borràs como presidenta del Parlament y diputada con los votos de ERC, PSC y la CUP ha abocado a la institución a una situación inédita hasta el momento, lo que complica las previsiones sobre los escenarios que se abren a partir de ahora.
Su partido, Junts per Catalunya, ya ha anunciado que no propondrá ningún nombre para sustituirla al no compartir la decisión, lo que deja por ahora las funciones de la presidencia en manos de la vicepresidenta, Alba Vergés, de ERC. Todo ello desencadena el enésimo incendio con el socio de Govern, y aunque de momento no está sobre la mesa que Junts salga del ejecutivo, algunas voces piden que haya consecuencias políticas.
La suspensión se ha hecho efectiva a través del artículo 25.4 del reglamento de la Cámara, que estipula que cuando a un diputado se le abre un juicio por acusaciones de corrupción debe apartarse, y que si no lo hace, la Mesa podrá forzarlo. Por último, tras las reiteradas negativas de Borràs a hacerlo voluntariamente, el movimiento se ha ejecutado en una reunión de la Mesa con los votos de todos los partidos –ERC, PSC y la CUP– menos Junts.
La suspensión se ha precipitado menos de 48 horas después de que el TSJC abriera el juicio oral a Borràs
El día antes del cierre de la cámara por el paro estival, el Parlament ha sido escenario de una fuerte expectación mediática, una protesta de apoyo a Borràs, carreras y también reproches en los pasillos. La suspensión se ha visto precipitada menos de 48 horas después de que este martes el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) abriera juicio oral a Borràs por prevaricación y falsedad documental cuando dirigía la Institució de les Lletres Catalanes (ILC).
La negativa hasta el último momento de Borràs a dar un paso al lado de forma voluntaria para cumplir con el reglamento ha provocado la imagen que ERC quería evitar, que era verse votando contra la líder del partido con el que gobiernan. Borràs ha hecho unas declaraciones muy duras una vez suspendida, en las que ha tildado a los independentistas de "cómplices" de la represión y de vestirse de "jueces hipócritas".
Consecuencias en la Generalitat
En un comunicado posterior, el partido ha lanzado acusaciones de "partidismo" por apartar a Borràs del cargo y ha cargado contra lo que consideran una "dinámica cainita" entre los independentistas. Según varias fuentes, en la reunión de la Mesa, de la que Borràs se ha ausentado por no incurrir en conflicto de intereses, la secretaria de Junts Aurora Madaula ha amenazado con consecuencias políticas. Aunque por ahora parece descartada una salida en bloque del ejecutivo, podría haber otros movimientos.
El entorno de Borràs hace tiempo que flirtea con la opción de salir del ejecutivo
Ya hace tiempo que Junts ha situado el acuerdo de Govern en el punto de mira. Hace dos meses que Borràs ostenta la presidencia de Junts, en tándem con el secretario general, Jordi Turull, y de forma recurrente ha flirteado con la opción de salir del ejecutivo. Una de las condiciones para acceder a la dirección conjunta fue precisamente iniciar una auditoría para valorar el cumplimiento del acuerdo de investidura.
En la ponencia política aprobada en el último congreso, JxCat señala que "habrá que valorar en qué grado se está cumpliendo el acuerdo de gobierno" y estipula que someterá a votación de las bases la posibilidad de continuar o no en el Ejecutivo" o tomar otros tipos de iniciativas adecuadas a la situación". Algunas agrupaciones locales, como la de Igualada, han presionado tras la suspensión de Borràs para votar a corto plazo la salida del Govern, aunque en el congreso se desestimó hacerlo en 2022.
Precisamente, el objetivo de ERC era cumplir con el reglamento pero sortear una nueva confrontación abierta entre socios de gobierno, como finalmente ha acabado ocurriendo. En rueda de prensa tras la suspensión, la portavoz de los republicanos, Marta Vilalta, ha explicado que hasta el último momento el partido ha intentado que Borràs accediera a apartarse voluntariamente: "Es una situación que se pudo evitar. Creíamos que la opción más responsable era si la propia presidenta activaba el artículo", sostuvo.
El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha defendido la suspensión de Borràs alegando que la Mesa ha aplicado el reglamento. "No estamos ante un caso de represión política, sino de presunta corrupción", ha dicho. Sobre posibles efectos en la coalición, Aragonès ha afirmado que ninguno de los miembros del Govern le ha trasladado la opción de renunciar.
Ante la suspensión, el Parlament queda en una situación de interinaje inédita hasta el momento. Según el reglamento, las funciones recaerán en la vicepresidenta primera, que actualmente es la exconsellera Alba Vergés, de ERC. Sin embargo, los republicanos insisten en que mantienen el compromiso del acuerdo de investidura, que pasa por que JxCat tenga la presidencia de la institución. Sin embargo, el partido ha confirmado que no hará ninguna propuesta al no aceptar la decisión.
Un posible acuerdo pasaría por que quien asumiera la presidencia temporalmente fuera la secretaria de la Mesa, Aurora Madaula. Sin embargo, no está clara la fórmula por la que esto podría materializarse, ya que el reglamento establece que las funciones pasen únicamente a la vicepresidencia. Pero por ahora esto queda descartado.
División interna en Junts
Pese al apoyo "sin fisuras" del partido a Borràs expresado de puertas afuera, la situación está creando también división interna en el seno de Junts. El partido está conformado por varios sectores, principalmente los encabezados, por un lado, por la propia Borràs, y por otro, por Turull. Hasta ahora, el secretario general ha apoyado la decisión de Borràs, pero otras voces de la dirección sí han expresado discordancias respecto a la estrategia de no dar un paso al lado voluntariamente.
El discurso agresivo de Borràs en lo que respecta a los partidos independentistas genera también tensiones en la formación. En Junts conviven desde hace tiempo percepciones diversas sobre temas tan primordiales como la participación en el Gobierno o las relaciones con el Estado.
Con poco más de dos años de vida desde su refundación, el partido afronta un año fundamental hasta las municipales, en mayo de 2023. Así, buena parte de los dirigentes consideran que mantenerse en los puestos de poder es importante para llegar con una posición reforzada. Queda por ver si las dos almas conseguirán llegar a posiciones conjuntas o cuál se impondrá.
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