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La atención primaria se resiente en las comunidades del PP: "Es un abandono institucional y la covid ha sido la puntilla"

Madrid, Murcia, Galicia, Andalucía y Castilla y León ven cómo aumentan los seguros privados, cómo se recortan las plantillas de trabajadores en el sector público y viven el deterioro de la primera línea de contención de la sanidad.

Un grupo de personas esperan en una fila en el Centro de Salud Abrantes, a 13 de enero de 2022, en Madrid, (España).
Un grupo de personas esperan en una fila en el Centro de Salud Abrantes, a 13 de enero de 2022, en Madrid, (España). EUROPA PRESS

Mientras aún suenan las alarmas por la viruela del mono y hay indicios de una séptima ola de covid en España, los ojos se vuelven hacia los centros de salud y ambulatorios, que siguen saturados de pacientes y con plantillas limitadas. El estado de la Atención Primaria lleva a que los enfermos acudan a los hospitales, también saturados por la falta de manos. 

La Atención Primaria es la primera línea de contención de la sanidad pública y, a pesar de las reclamaciones históricas de los colectivos sanitarios y asociaciones, siempre es uno de los apartados que menos financiación recibe de los presupuestos de las comunidades autónomas. 

El dato, que ya de por sí es pobre, decae en las comunidades en las que gobierna el Partido Popular. Aunque la media ha subido más de 0,5% a nivel nacional, tanto en Andalucía como en Madrid el porcentaje presupuestado para la Atención Primaria es menor que en 2019. Es decir, que tras una pandemia, la atención primaria ha perdido importancia en la financiación. 

Además de falta de presupuesto, España sufre de forma acuciante la falta de personal de enfermería, una cuestión generalizada en todo el país. Si Suiza tiene 18,2 profesionales en plantilla por cada 1.000 habitantes, España tiene 5,3. Naciones como Uzbekistán, Eslovenia, Montenegro o Polonia también tienen una media superior. 

S., una médica de atención primaria del sur de Madrid que prefiere guardar anonimato, relata cómo es su día a día: "Veo unas cuarenta personas al día. Eso es una barbaridad. A más pacientes menos tiempo de dedicación. La situación se vive con mucha tristeza, porque es un abandono institucional y la covid ha sido la puntilla", sostiene la doctora. 

"Es un abandono institucional y la covid ha sido la puntilla"

Las largas colas que se formaban en los meses de diciembre y enero durante la crisis desatada por ómicron no han desaparecido, solo se han transformado: "El tapón se forma en la entrada. Al faltar tantos médicos y no poder acceder a citas la gente viene en persona. Es la pescadilla que se muerde la cola. Es una situacion que viene de largo y que no va a mejorar", apunta a la sanitaria a la vista de jubilaciones que no van a ser cubiertas y las vacantes de médicos de familia, un puesto que en Madrid los jóvenes doctores rechazan por sus condiciones precarias y agotadoras.

En la Comunidad de Madrid, la gestión de Isabel Díaz Ayuso mantiene cerrados desde hace dos años las urgencias de la Atención Primaria, conocidas como SUAPS. El sindicato MATS ha organizado este jueves una protesta para exigir su reapertura e intentar calmar así los cuellos de botella que viven los hospitales.

Mientras tanto, durante el último mes la sanidad pública madrileña ha perdido 5.631 profesionales, según los datos de personal del SERMAS facilitados por Comisiones Obreras (CCOO). De ellos, 4.115 eran personal de enfermería. La huelga de médicos durante dos semanas ha sido el mejor ejemplo de la oposición a la gestión, que ha condenado a gran parte de los trabajadores a contratos temporales. 

Jose María Molero, otro médico en la atención primaria madrileña, incluso reconoce cómo todo lo vivido estos años ha dejado mella en ellos: "Ha dejado muchas secuelas a nivel de desánimo. Es cansancio físico que se transforma en sobrecarga física y emocional. Hay desmotivación. Se han puesto más en evidencia las lagunas del sistema", concluye.

Problemas de plantilla que también se agravan en Castilla y León, la segunda comunidad autónoma más perjudicadas en la asignación de plazas MIR en 2022. 49 plazas que se han quedado sin cubrir, de las cuales 45 pertenecen a Medicina Familiar y Comunitaria.

A la cola en financiación por paciente

Esta falta de financiación se traduce en otros elementos. Y se mire como se mire, Madrid y Andalucía están a la cola. Al revisar la financiación por paciente en cada comunidades en 2022, ambas regiones quedan a la cola en euro invertido por cada persona que necesitaba tratamiento. Murcia se une y se convierte en la tercera que menos gasta. 

Madrid (1.300 euros), Andalucía (1.388 euros) y Murcia (1.433 euros) son las que menos invierten por paciente. Galicia (1.701) y Castilla y León (1.863) en cambio superan la media nacional, ubicada en 1.679 euros. 

La falta de financiación y el empeoramiento de los servicios tiene una reacción inevitable por parte del ciudadano: la contratación de seguros privados. Madrid está a la cabeza de España en este sentido. Mientras que la media nacional está en 157 euros al año en seguros privados, Madrid (325) dobla la cifra. Andalucía (155) es la que más crece del país en este sentido y Galicia (121), Castilla y León (137) y Murcia (95) no llegan a la media. 

Los seguros privados sanitarios han tenido un mayor crecimiento (un 3,8% anual entre en 2016 y 2021) con un total de 11,555 millones de afiliados en 2021, a los que hay que sumar los 1,580 millones de personas provenientes del mutualismo administrativo.

Problemas en Galicia

En cuanto a Galicia, después de 13 años de Alberto Nuñez Feijóo al frente de la Xunta, el sector privado ha ganado terreno en el Servicio Gallego de Salud (SERGAS) mediante conciertos público-privados, recortes de camas y el aumento de privatizaciones dentro del sistema público. 

Entre 2009 y 2015, el presupuesto para Sanidad cayó un 18,8% en los Presupuestos de la comunidad. Tras esos años de caída, coincidentes con la crisis económica, en 2018 se volvió a recuperar el nivel presupuestario de 2009, aunque la parte principal del montante se destina al gasto farmacéutico y a conciertos con la privada. De 2016 a 2017, el gasto privado del SERMAS aumentó un 10%. Entre 2009 y 2015, la inversión en Atención Primaria descendió un 22,3% y se perdieron 392 plazas de personal médico en este sector.

Acorde a los datos arrojados por el Catálogo Nacional de Hospitales, en 2011 Galicia tenía 10.425 camas de hospital: 8.010 públicas y 2.415 privadas. Seis años después, en 2017, se habían perdido 667 camas (un 6,4%). De esas 667, el 83,5% pertenecían al sector público.

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