Este artículo se publicó hace 4 años.
Solo una de cada cinco calles tiene nombre de mujer en Madrid
El proyecto GeoChicas constata al mapear el callejero de la ciudad la escasa presencia femenina y una tardía incorporación que la relega, salvo contadas excepciones vinculadas en su mayoría a la religión, a los barrios menos céntricos.
Zaragoza-
Pocas calles tienen nombre de mujer en Madrid: una de cada cinco entre las dedicadas a personajes con género (726 de 2.674) y apenas una de cada docena en el conjunto de la capital (9.101). Esa es la principal conclusión del mapeo de la ciudad que acaba de realizar el proyecto Geochicas, una iniciativa de ámbito planetario que tiene como finalidad poner sobre la mesa la desigualdad y que, a través de la herramienta OpenStreetMap, una especie de mapamundi wiki, trabaja temas como la violencia sexual, hace el seguimiento mundial de las performances de Un violador en tu camino o indaga la presencia femenina en los callejeros con Las calles de las mujeres.
Ese es el dato. Su interpretación puede variar, ya que ese 21,3% supera con claridad el 17,9% de Zaragoza, el 16,3% de Barcelona, el 16,2% de Girona y el 11,3% de Badalona, las únicas cuatro ciudades españolas que hasta ahora habían entrado en el proyecto, pero se encuentra muy lejos del 37,8% de La Habana, aunque esto último también es matizable: Madrid se sitúa en segunda posición a nivel mundial precedida por una capital, la cubana, en cuyas calles es frecuente el uso de nombres propios sin apellido, con lo que la diferencia por calles dedicadas a mujeres concretas sería menor.
Por otro lado, más de la décima parte de esas 726 calles madrileñas están dedicadas a santas (42), vírgenes (26) y señoras (10), lo cual también plantea la duda del peso que cabe reconocer a personajes no históricos. El desequilibrio es mayor en la red de estaciones del metro, con solo seis nombres de mujer (siete, si se incluye Hospital Infanta Sofía) entre tres centenares de apeaderos.
Apenas el 52% de las 726 mujeres con presencia en el callejero madrileño tiene entrada en Wikipedia una tasa muy inferior a la de las otras cuatro ciudades españolas que ya han sido mapeadas, en las que oscila entre el 69,1% de Barcelona y el 77,8% de Badalona.
Otras seis ciudades españolas se suman al mapeo de género
"Es de los más bajos que hemos encontrado", explican Jéssica Sena, ingeniera informática y responsable técnica del proyecto a nivel mundial, y Carmen Díez, ingeniera civil, miembro de entidades como Geoinquietos e impulsora del hackaton telemático que, en pleno confinamiento por el estado de alarma, permitió el mapeo con perspectiva de género de Madrid.
Ambas coinciden también en destacar los dos objetivos del taller: "Dar visibilidad a la mujer, a su poca representación en el callejero, y fomentar la participación femenina en eventos tecnológicos". Consiguieron ambos, en el segundo caso con una presencia mayoritaria y "no muy normal en este tipo de convocatorias" entre los 46 participantes, que dedicaron la tarde del 9 de mayo, tras el trabajo previo de las ocho geochicas que se encargaron de la organización y con una videoconferencia múltiple en la plataforma Jitsi Meet como sede, a mapear la ciudad por zonas.
"Al final fue un éxito, con tanta gente y tan motivada. De hecho, acabamos antes de lo previsto", explica Sena. "Siempre habíamos reunido a gente en espacio físico, pero con el confinamiento optamos por un evento telemático", anota Díez.
Y acertaron de pleno: participó gente de varios países, entre ellos la brasileña Selene Yang, una de las tres fundadoras de GeoChicas, mientras el formato telemático animaba a los participantes a activar el mapeo de Huesca, Teruel, Burgos, Valencia, Sevilla, Alcalá de Henares, Puerto Rico y San Salvador.
"Hay más mujeres reconocidas conforme pasa el tiempo"
El trabajo de los 46 voluntarios permitió constatar cómo en Madrid se repiten algunos patrones de la mayoría de las ciudades occidentales, como la escasez de calles en el centro dedicadas a mujeres que destacaron en la ciencia, las letras o las artes mientras sí resulta frecuente la de santas, vírgenes y reinas, para ir menudeando las primeras en zonas más alejadas de las coronas centrales.
"Es algo lógico, la mujer tardó tiempo en alcanzar relevancia en muchos campos, y eso hace que apenas aparezcan referencias a ellas en los centros históricos y sí lo hagan en las zonas por las que se van expandiendo las ciudades", anota Díez. "Las mujeres tienen más presencia en los barrios cuanto más nuevos son estos porque conforme va pasando el tiempo hay más mujeres reconocidas, y eso no pasaba antes", añade.
Eso, pese a los avances durante la alcaldía de Manuela Carmena, en línea con los ocurridos en el conjunto de los ayuntamientos del cambio, genera situaciones extremas en Madrid, como la densidad de vías con referencias religiosas en barrios como La Concepción o Ventas, donde Las trece rosas hacen de contrapunto, mientras una larga caminata por varias calles con nombre de mujer solo es posible en Mirasierra y Las Tablas, con predominio de escritoras. La aristocracia se concentra en Sanchinarro y Valdebebas.
"A largo plazo hemos de incorporar al proyecto a qué se dedicaba cada una de las mujeres que da nombre a una calle, en qué época fue incorporada al callejero y qué tipo de vías se les dedican", apunta Sena. Eso revelaría, por ejemplo, la apabullante presencia religiosa en las principales vías madrileñas con denominación femenina, donde la Princesa se disputa el título de calle principal con las santas Engracia e Isabel, las vírgenes de la Cabeza y del Puerto y la beatificada Rafaela Ybarra.
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