Este artículo se publicó hace 2 años.
La meritocracia, el mito que convierte los problemas colectivos en individuales
El pasado 18 de mayo, el 'think tank' Future Policy Lab presentaba "Derribando el dique de la meritocracia", un estudio que cuestionaba las bases ideológicas de la meritocracia.
Diego Fernández Acebo@DiegoFdez000
Madrid-Actualizado a
El 65% de la desigualdad de riqueza en España viene explicada por las herencias, es decir, por un factor ajeno al mérito individual. Este es uno de los tantos datos reveladores que arroja Derribando el dique de la meritocracia, un informe elaborado por el think tank Future Policy Lab —en el que han participado Borja Barragué, Berna León, Javier Carbonell, Guillermo Kreiman, Javier Soria Espín, y Marina Romaguera— y que fue presentado el pasado 18 de mayo en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.
Este informe trata de desmitificar la idea de que la desigualdad es fruto del conjunto de méritos individuales. La secretaria de organización de Podemos, Lilith Vestrynge, durante un acto celebrado el 21 de mayo, denunció que "el mito de la meritocracia convierte los problemas colectivos en individuales".
Unas declaraciones que se trasladó a Twitter, donde muchos usuarios recriminaban a la política su proveniencia familiar. Días después, en el programa de La Base dedicado a la meritocracia, Vestrynge defendió que, a pesar de "tener la suerte de venir de una familia con condiciones favorables", eso no excluye que eso se pueda pedir para el resto de las personas.
El mito de la meritocracia
"La meritocracia y la igualdad de oportunidades es un lema resultón", dice César Rendueles, sociólogo e investigador del CSIC, pero que "esconde una trampa, ya que reduce los valores igualitaristas a dejar intacto el sistema de privilegio" y, "tan solo hacer un intercambio en las élites". "La pelea contemporánea" es la de criticar una "ideología meritocrática", donde "la salvación individual viene dada a través del esfuerzo".
César Rendueles: "Los valores igualitaristas solo se pueden dar en común, por la solidaridad, y el esfuerzo compartido"
Rendueles defiende que "los valores igualitaristas solo se pueden dar en común, por la solidaridad, y el esfuerzo compartido". Además de atribuir "las necesidades y obligaciones" según las capacidades de cada uno. Estos "valores invitan a reflexionar sobre la viabilidad del igualitarismo, como proyecto político", según se remarca en el informe.
El discurso meritocrático se vertebra bajo dos premisas: la igualdad de oportunidades —entendida como la posibilidad de que todas las personas puedan "promocionar" en la jerarquía social—, y el esfuerzo individual, ya que tendrás más estatus social cuanto más duro trabajes.
Para que la meritocracia se sostenga, al menos, se tiene que garantizar que los individuos sean formalmente iguales, es decir, no puede haber discriminaciones según el género, orientación sexual, religión, "etnias"... Y, por otro lado, tratar de mitigar las desigualdades de partida para que todos puedan tener un "acceso justo" a lo competición.
Aunque todas las personas sean iguales ante la ley, existen desigualdades estructurales que no garantizan esa "competición justa". Es lo que el filósofo John Rawls entendía como la lotería de la vida, circunstancias ajenas al individuo que condicionan sus posibilidades en el mundo. Tirando del hilo, Rawls distinguía entre la lotería social —asociada a la renta y nivel educativo heredado de los padres— y la lotería natural —la herencia genética, cognitiva, física—.
El peso del origen social
Entrando en alguno de los detalles del informe, la importancia del origen social como condicionante a la hora de promocionar en la jerarquía social. La movilidad intergeneracional es un parámetro, que mide la influencia socioeconómica de los padres sobre la vida adulta de sus hijos. Por lo tanto, cuanto más alta sea esta movilidad menos dependencia hay del origen social.
Precisamente, en España, como en la mayoría de países europeos, esta movilidad intergeneracional es baja, lo que arroja dos conclusiones: Una, que los ingresos de la vida adulta dependen en buena medida de la familia en la que has nacido y, dos, que el esfuerzo no es suficiente para la promoción social. En datos, en España "los individuos que provienen de familias con bajos ingresos tardarían cuatro generaciones en alcanzar el ingreso promedio".
El papel de la educación
En cuanto al papel del nivel educativo, en las últimas décadas, a pesar de haber un acceso universal a la educación, no ha ocurrido lo mismo con la promoción y el desarrollo social a largo plazo. El origen social tiene un "impacto directo" sobre el rendimiento académico. De este modo, los estudiantes con padres de clase baja son más propensos al abandono escolar, a repetir alguno de los cursos o a escoger la formación profesional, tras finalizar los estudios obligatorios.
Uno de cada dos estudiantes con origen social bajo ha repetido alguna vez de curso
El último informe PISA evidenciaba que uno de cada dos estudiantes con origen social bajo ha repetido alguna vez de curso, mientras que solo repiten uno de cada nueve alumnos con un nivel de vida superior.
Además, existe una diferencia clara entre el gasto que destinan las familias más ricas respecto a las más pobres. Esta diferencia se traduce en la adquisición de competencias y habilidades que les posiciona de mejor manera en el mercado de trabajo. Otro factor importante, es el de la segregación del alumnado, referida a la concentración de los estudiantes con un mismo origen socioeconómico. Un factor que también contribuye al abandono escolar. En este sentido, la Comunidad de Madrid es la región que más segregación presenta, un dato que podría explicarse gracias al número de centros privados y concertados, y a la dificultad de acceder a estos.
El mercado, su papel central en la sociedad
El reconocimiento también juega un papel importante en la movilidad social. El estudio explica que los "fenotipos", entendidos como el conjunto de caracteres que un individuo presenta, que una sociedad valora más son "construidos socialmente", pero estos no dicen nada acerca de si son necesariamente mejores.
En este sentido, el estudio se pregunta, ¿quién se encarga de recompensar el mérito? Actualmente, es el mercado el responsable de asignar un valor, un sueldo, a los diferentes empleos o puestos disponibles. Rendueles explica que "los proyectos meritocráticos más agresivos" provienen de políticas neoliberales que "han tratado de socavar el Estado de Bienestar" y, por este motivo, el mercado ha ocupado un papel central en nuestras vidas.
El informe defiende que "es necesario poner en valor el trabajo esencial y poco reconocido de muchos trabajadores"
¿Por qué un jugador profesional puede llegar a cobrar más que una médico o un profesor? Esto se explica gracias a que el mercado es un mecanismo que solo recompensa las preferencias individuales frente a la responsabilidad social, donde "todo el mundo" desea a la mejor persona en su puesto. La meritocracia se instala en "entornos competitivos" señala Rendueles, pero no deberíamos entender a "la sociedad como una competición".
Por tanto, "es necesario poner en valor el trabajo esencial y poco reconocido de muchos trabajadores que realizan una contribución cuyo retorno social es altísimo, pero que han tenido muy mala suerte en la lotería del reconocimiento social", según se señala en el informe.
El Estado, redistribución y reconocimiento
En todo este asunto, ¿cuál debería ser el papel del Estado? Future Policy Lab defiende que el rol estatal debería ofrecer una mejor posición que garanticen las mismas oportunidades, tener la capacidad de discernir entre los resultados "debidos al azar y los debidos al esfuerzo", y explotar las capacidades individuales en "aras del bien común".
Acerca de las "políticas igualitaristas", Rendueles explica que existe el conocimiento suficiente como para ponerlas en práctica, solo hace falta preguntarse, "¿a qué dar prioridad? ¿Hacia dónde avanzar?".
Entre algunas de las medidas presentadas por el think tank se encuentra la "herencia universal", un único pago que se daría a todas las personas al cumplir la mayoría de edad y con la que se buscaría incentivar la inversión educativo, la compra de una vivienda, o iniciar una empresa. Según diferentes autores, el pago podría ir desde 5.800 euros hasta los 120 mil euros. Otras medidas podrían ser establecer de manera más efectiva el impuesto de sucesiones o el impuesto sobre el patrimonio.
A nivel educativo, se remarca el interés por garantizar el acceso universal de la educación de cero a tres años, ya que esto supone un gran beneficio para el desarrollo cognitivo, afectivo y emocional, de cara a potenciar el talento futuro. No obstante, la educación de cero a tres años en España presenta dificultades porque no es una educación gratuita. Por este motivo, una medida paralela sería la Prestación por Hijo a Cargo (PHC), una transferencia destinada a aquellas familias con ingresos más bajos.
En relación a la promoción social, el informe señala que el acceso a la función pública, a través, del sistema de oposiciones presenta enormes desigualdades. En el caso de los grandes cuerpos administrativos, como pueden ser la judicatura, la abogacía del Estado, los técnicos comerciales, el cuerpo diplomático o la Administración Civil del Estado, se necesita una enorme cantidad de tiempo de estudio, que generalmente solo pueden garantizarlo las familias con rentas más altas. La creación de becas públicas o un sistema de acceso escalonado al funcionariado son algunas de las medidas que podrían revertir esta situación.
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