Un centenar de bomberos voluntarios de Catalunya presentarán este viernes en los juzgados de Lleida la primera demanda colectiva para denunciar una “relación laboral encubierta”. Argumentan que la Generalitat los mantiene en una situación de precariedad “insostenible”. Según explican, desarrollan funciones y asumen obligaciones propias de un contrato laboral pero sin el reconocimiento correspondiente ni el alta en la Seguridad Social.

La de Lleida será la primera demanda colectiva, ya que en las próximas semanas se presentarán otras que agruparán a casi 500 voluntarios. Cada bombero ha presentado la demanda a título individual, pero bajo la coordinación del colectivo Bombers Precaris en Lluita y con el apoyo de la Asociació de Bombers Voluntaris de Catalunya (Asbovoca) y la Federació de Bombers Voluntaris de Catalunya (FBVCat). Cabe recordar que actualmente hay 1.400 bomberos voluntarios en Catalunya.

“Antes de que acabe el año se presentarán de manera consecutiva las demandas de todas las regiones de Catalunya”, ha confirmado Francesc Castillo, portavoz de Bombers Precaris en Lluita, que avanza que habrá una segunda tanda de demandas el año que viene que podría ampliar aún más el frente judicial contra la Generalitat e incorporar nuevos casos.

¿Qué reclaman?  

Desde hace años, Asbovoca y la FBVCat, y ahora Bombers Precaris en Lluita, alertan de que están “desprotegidos”. Explican que realizan las mismas tareas que los funcionarios y, sin embargo, sus derechos laborales no están reconocidos. “Nos llaman voluntarios, pero en realidad somos los bomberos low cost”, asegura Castillo.

Las entidades también denuncian que no tienen cobertura de la Seguridad Social en caso de accidente. En este sentido, explican que, aunque en los últimos años se les haya dicho que la cuestión estaba solucionada, no disponen de una cobertura sanitaria que responda a las consecuencias de un posible accidente ni a derivaciones posteriores.

Recientemente, sin embargo, el Govern ha aprobado el decreto que modifica el reglamento del cuerpo de Bomberos Voluntarios y del Consejo de Bomberos Voluntarios, en el que se incorpora la compensación económica para los efectivos que, por su actuación en servicio, sufran secuelas de carácter permanente reconocidas conforme a lo que determine el departamento competente.

También piden mejoras como la reducción de horas de servicio sin la necesidad de convertirse en bomberos de carrera, o bien la posibilidad de cotizar estas horas de trabajo. “Si eres voluntario, vas cuando puedes, pero a nosotros nos piden 650 horas anuales, formaciones obligatorias, reuniones presenciales… Eso ya no es voluntariado. Además, cobramos una pequeña cantidad por servicio, pero con retenciones del IRPF”, denuncia Castillo.

“Tenemos obligaciones horarias, control de asistencia, cobro en concepto de nómina y pagamos IRPF”, detalla Castillo. “Todos estos ítems indican claramente una relación laboral. Hemos intentado resolverlo hablando con la Generalitat, pero no hemos obtenido respuesta. Por eso presentamos las demandas”, concluye.

La vía de la negociación, “agotada”  

El colectivo asegura que la vía de la negociación con la Generalitat ya está “agotada”. De hecho, Castillo niega que esta sea una acción de presión, como en otras ocasiones. “La presión al Govern ya la hemos hecho durante años. Ahora ya no es una cuestión política, sino judicial. Ahora será un juez quien tendrá que decidir”, sentencia.

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Los demandantes aseguran que varios despachos jurídicos coinciden en valorar que la causa es sólida. Aun así, admiten que el resultado dependerá de cada resolución judicial: “No sabemos si el juez dictará cómo la Generalitat debe regularizar la situación, o si le dará un plazo para hacerlo. Tampoco sabemos si nos darán la razón, pero todo apunta a que el vínculo laboral existe y que no debería haber problema”, explica Castillo.

Un cuerpo excepcional en España y Europa  

Aunque la tradición de los bomberos voluntarios existe en toda Europa, el caso de Catalunya es excepcional, tanto a escala estatal como europea. El cuerpo de bomberos de Catalunya está formado principalmente por bomberos profesionales y voluntarios. “No hay ninguna otra comunidad autónoma ni ningún país europeo que tenga un modelo como el nuestro”, afirma Castillo. Además, destaca que el nivel de formación que reciben es equiparable al de los bomberos funcionarios: “En el resto del Estado, los voluntarios suelen tener cursos básicos o habilitaciones puntuales. Nuestro modelo es único”, explica.

En Catalunya, la mayoría de asociaciones de bomberos voluntarios surgieron hace cuatro décadas de la necesidad de cubrir zonas rurales y de baja densidad, donde el voluntariado permite mantener una cobertura territorial extensa. Durante el siglo XX, con la modernización de los servicios públicos y la creciente necesidad de respuesta ante emergencias, estos grupos se fueron integrando en un sistema más estructurado.

Con la creación de organismos de protección civil y, especialmente, con el Servicio de Extinción de Incendios y Salvamentos de la Generalitat de Catalunya (SEIS) en 1980, los bomberos voluntarios quedaron reconocidos como una parte esencial del modelo catalán de bomberos. Y hasta hoy.

Con la vía política agotada y la administrativa estancada, será ahora la justicia quien tendrá que pronunciarse sobre una disputa laboral que se arrastra desde hace demasiados años. Una disputa que también obliga a la Generalitat a repensar este modelo mixto en plena crisis climática y en un momento en que los cuerpos de emergencia son esenciales para garantizar la seguridad de los ciudadanos ante fenómenos extremos cada vez más frecuentes.