Siete espacios de Barcelona que el turismo y las redes han masificado en los últimos años
Una foto en Instagram o un vídeo en TikTok o en YouTube pueden ser más que suficientes para que un sitio pase de un cierto anonimato a convertirse en todo un fenómeno de la noche a la mañana.
Aleix Camprubí i Pont
Barcelona-
La repercusión de una imagen de un famoso o conocido en un lugar determinado puede ser equiparable a la mejor campaña publicitaria. Una foto en Instagram, un vídeo en TikTok o uno en YouTube pueden ser más que suficientes para que un sitio pase de un cierto anonimato a convertirse en todo un fenómeno turístico de la noche a la mañana.
Puede evidentemente parecer positivo por la economía de un sitio, pero la masificación turística molesta a muchos vecinos de Barcelona en general, y de las zonas más afectadas en particular. Sin ir más lejos, vecinos del Guinardó y el Carmel se han manifestado recientemente por la masificación de puntos como el Turó de la Rovira.
Por su parte, la Federación de Asociaciones Vecinales de Barcelona (FAVB) cree que muchas de las actuaciones que contempla el Plan de Sostenibilidad Turística en Destinos de Barcelona (PSTD) supondrán mejoras, pero piden acompañarle de un plan de "decrecimiento" de zonas masificadas. Reclaman normas y restricciones para afrontar la "masificación" turística que vive la ciudad y sitúan que deberían aplicarse ya medidas concretas para reducir el número de turistas.
Se trata de visitantes en lugares como la Sagrada Familia, el Park Güell o el Gòtic, que son referentes turísticos clásicos. Pero también otros han ganado popularidad en los últimos años, en grado considerable debido a las redes sociales. Lejos quedan las imágenes pandémicas de plazas y calles de la ciudad ocupadas por niños y vecinos de forma exclusiva, de nuevo muchas veces desplazados a causa del alto índice de turismo. ¿Cuáles son los espacios de Barcelona que se han masificado últimamente? Destacamos hasta siete casos, donde las redes también han tenido su papel.
Baterías del Turó de la Rovira
El Turó de la Rovira es un fantástico mirador de la ciudad, no cabe duda. Tanto es así que en los últimos años se ha masificado especialmente, lo que preocupa a los vecinos del distrito de Horta-Guinardó, así como la suciedad que conllevan estas visitas más ociosas que culturales.
Y es que se trata de un espacio patrimonial que conserva los restos de una batería antiaérea construida durante la Guerra Civil Española, los mal llamados búnkers del Carmel. Su objetivo era intentar defender a la ciudad de los ataques de la aviación fascista. Pasada la guerra, se aprovecharon para construir el barrio de los Canons, que estaba ubicado dentro de la zona de las barracas del Carmel, y perduró hasta el año 1990.
El Ayuntamiento de Barcelona inició a finales del 2022 el cierre del recinto arqueológico del entorno de la batería antiaérea. Los trabajos contemplan una duración de seis meses y un coste de 1,6 millones. El objetivo es controlar la gran afluencia de visitantes en este espacio, especialmente durante la noche, evitar que se estropeen los restos arqueológicos y preservar el descanso de los vecinos. Con el cierre, el acceso quedará restringido al paso en horario nocturno.
Un centenar de vecinos se manifestaron el pasado viernes 14 de abril por las calles del Turó de la Rovira para protestar contra los encuentros nocturnos masivos de turistas que visitan los llamados bunkers del Carmel de Barcelona. Los vecinos denunciaron que los dispositivos policiales "no funcionan" y exigen nuevas medidas al Ayuntamiento para acabar con los botellones y garantizar el descanso vecinal.
Parque del Guinardó
Seguimos en la zona porque la proximidad del Parque del Guinardó con el Turó de la Rovira ha ayudado también al aumento de su popularidad. Se trata de un amplio parque en medio de la ciudad de Barcelona, pero en el que no se encuentra la tranquilidad y el espacio que se encontraba hace un puñado de años.
Muchos lo utilizan como un lugar ideal para hacer deporte, puesto que su cierto desnivel puede suponer un buen lugar para practicar actividad física, ir a andar o correr. Pero muchos simplemente van a pasear, pasar el rato y disfrutar de las espectaculares vistas que nos dan sus rincones y miradores, especialmente en la parte más elevada.
El parque del Guinardó tiene tres partes bien diferenciadas: una urbana, otra histórica y la frondosidad de la vegetación forestal en lo alto. Una especie de pulmón verde en medio de la ciudad, del que cada vez más gente quiere hacer uso. El regreso del turismo ya se ha notado, tanto en el parque como en la zona. Tanto es así que el bus V19 vuelve a saturarse puntualmente con aquellos turistas que quieren también ir hacia el Park Güell.
Vallcarca
No es nuevo que el Park Güell sea una de las concentraciones de turistas más reseñables de la ciudad de Barcelona. Pero parece que en los últimos años todo se ha acentuado y la masificación, como en otros lugares, ha ido a más. De hecho, agotar entradas en los momentos álgidos ya es habitual en este spot turístico. Tanto es así que ya no solamente afecta al parque, sino a la zona donde está ubicado, en Vallcarca. En este sentido, cabe destacar que en los últimos días los vecinos de este barrio han decidido realizar una acción particular, que ha tenido tanto detractores como defensores.
En concreto, algunos de los ciudadanos han estado haciendo pintadas en paredes, fachadas e indicaciones sobre la dirección del Park Güell. Pueden verse flechas que, en vez de señalar en la dirección indicada, señalan hacia el Tibidabo, con el objetivo de desorientar a los turistas, especialmente cuando salen de la estación de metro de Vallcarca.
Plaza de Sant Felip Neri
Un lugar idílico para disfrutar de la tranquilidad y la pausa era también la plaza de Sant Felip Neri, uno de esos lugares con un encanto especial del barrio Gòtic de Barcelona. La iglesia tiene las marcas de los bombardeos de la Guerra Civil. La plaza se encuentra algo escondida, pero su popularidad en auge le ha convertido en habitual entre los turistas, y también para muchos barceloneses.
Ante esta masificación, los grupos turísticos en Ciutat Vella no pueden ahora superar a las 20 personas por grupo desde su entrada en vigor este marzo del decreto municipal que lo regula. En todo el distrito hay una docena de espacios delimitados en los que se debe garantizar un aforo máximo: en espacios pequeños como la plaza Sant Felip Neri tendrán que ser como mucho dos grupos.
Además, el Ayuntamiento de Barcelona también decidió blindar de turistas esta plaza durante horario escolar. Y es que funciona como patio de la escuela, que se ha convertido en pública recientemente, por lo que la dirección podrá cerrar el acceso a la plaza cuando lo considere.
Mercado de la Boquería
Se trata de uno de los clásicos entre los lugares masificados en Barcelona en los últimos años, que solamente pudo respirar durante el paro del turismo por la pandemia del coronavirus. Como ha ocurrido en tantos otros mercados europeos, su enfoque al turismo lo ha ido chupando, hasta el punto de que ahora cuesta encontrar tanto la oferta como los precios de antes.
Y también se echa de menos cierta esencia de este mercado histórico, uno de los mercados que fue un referente en todas partes, aunque todavía mantiene su espíritu muy en su fondo. Antes, tendremos que sortear turistas que compran papelinas de jamón o batidos de fruta a precio de oro, o que pretenden realizar un vídeo para Instagram con una langosta que todavía se mueve.
Cierto es que este mercado ubicado en medio de la Rambla está poniendo en marcha iniciativas que pretenden recuperar al cliente barcelonés, la esencia del mercado, conviviendo con el turismo, como había propuesto un estudio de Escuela Universitaria Mediterráneo. Medidas cómo adaptarse a las nuevas necesidades de los consumidores locales y ampliar la oferta de los establecimientos son algunos de los objetivos de este emblemático atractivo.
Plaza de la Catedral
La catedral siempre ha sido un punto de referencia del casco histórico de la ciudad, y ha sido un reclamo tanto por el turismo local e internacional. La publicación de La Catedral del Mar contribuyó a que más curiosos y turistas se acercaran a la plaza, y la rueda ha ido girando: el turismo atrae al turismo.
Por eso, no es extraño ver aglomeraciones en este lugar de Barcelona. Tanto por gente que hace parada, por grupos de turistas o por ser un espacio de paso hacia otros puntos de un barrio, con lo que en algunos momentos se encuentra a rebosar de turistas.
Xurreria San Román
Y acabamos con el caso especial -y quizás anecdótico y puntual- de una churrería de Barcelona que se ha popularizado especialmente entre los surcoreanos. Se trata de la Xurreria San Roman, un punto del Gótico que fue mencionada por la cantante de k-pop Jisoo. Se viralizó gracias a la publicación de un vlog del artista en YouTube donde aparecía, y el establecimiento aumentó sustancialmente sus ventas.
Tal ha sido el éxito que algunos de sus trabajadores ya pueden defenderse intercambiando algunas palabras en coreano con sus clientes. Turistas que van a parar a este establecimiento para probar los churros con chocolate, y emular a su ídolo.
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