Tras un fin de semana plagado de disturbios, cientos de anticapitalistas han vuelto a marchar esta mañana por el centro de Copenhague. Los activistas, rodeados por una veintena de furgones policiales y vigilados desde un helicóptero, caminan formando una cadena humana hasta el Ministerio de Defensa, para exigir la liberación de los manifestantes detenidos en los dos últimos días.

El sábado, las fuerzas de seguridad detuvieron a un millar de los 100.000 asistentes al Día de Acción Global, la gran baza de la sociedad civil para demandar a los líderes políticos presentes en la cumbre del clima de Copenhague un acuerdo que frene el calentamiento global. Todos han sido ya liberados salvo cuatro, puestos a disposición judicial. Ayer, en otra jornada de manifestaciones, otros 250 activistas fueron detenidos.

En el grupo de antisistema que ahora mismo recorre los muelles de la capital danesa hay miembros de Escanda, una asociación asturiana que aboga por la autogestión y el ecologismo, y de otros colectivos anticapitalistas de Barcelona. 'Yo vine ayer sola y me he unido para pedir la liberación de nuestros compañeros detenidos', dice Ana, una loven leonesa con estética Sharp (Skin Heads contra los Prejuicios Raciales).

La Policía no permite a los manifestantes caminar embozados, para evitar la táctica black bloc, en la que los activistas se tapan el rostro para no ser identificados y facilitar los actos de vandalismo. 'Somos más que ellos, pero somos invisibles', dice un policía antidisturbios. 'Tenemos 10.000 agentes en Copenhague', asegura. En la ciudad vive medio millón de personas.