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Ahmadineyad asume el poder en un Irán dividido

Los líderes opositores boicotean la ceremonia de investidura

 

TEHERÁN

'La elección presidencial del 12 de junio es el inicio de cambios importantes en Irán y en el mundo', aseguró ayer Mahmud Ahmadineyad al jurar su cargo para un segundo mandato en la Presidencia de Irán. Sin embargo, los cambios prometidos por el líder ultraconservador no incluyen a los líderes opositores, que ayer boicotearon la ceremonia de investidura, mientras los manifestantes se concentraron frente al Parlamento iraní para rechazar los resultados oficiales y exigir nuevas elecciones.

Ahmadineyad se mostró dispuesto a colaborar con otras naciones, pero lanzó una advertencia: 'Resistiremos a los [países] opresores'. Igualmente, dejó claro que no le preocupa la decisión de Estados Unidos y varios países europeos de no felicitarle. 'Dijeron que reconocen la elección, pero que no mandarían un mensaje de felicitación. Esto significa que quieren la democracia sólo cuando conviene a sus propios intereses y no respetan los derechos de los pueblos', señaló el presidente iraní.

Ahmadineyad tiene ahora dos semanas para presentar a los miembros de su gabinete y obtener apoyos suficientes para que sean aprobados. Fuera del Parlamento, la Policía iraní montó uno de los mayores despliegues policiales de los últimos tiempos para disuadir a la oposición de las protestas.

La boca del metro permaneció cerrada durante la mañana, igual que las tiendas y establecimientos de la zona. Aún así, centenares de personas se congregaron en el centro de Teherán y gritaron consignas contra Ahmadineyad.

La Policía lanzó gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes y arrestó al menos a una decena, según agencias occidentales. El candidato derrotado, Mir Hosein Musavi, se negó a asistir al acto de investidura y señaló que los arrestos no detendrán al movimiento opositor. 'Algunos pensaron que deteniendo a las personas que creen que lideran la protesta la cuestión será resuelta. Pero el movimiento continúa en el país y demuestra que los arrestos no surgen efecto', dijo Musavi en su página web, Ghalamnews.

La secretaria de Estado de EEUU, Hilary Clinton, destacó que la Casa Blanca continuará sus esfuerzos negociadores con Irán tras la investidura de Ahmadineyad. 'No siempre nos toca negociar con el Gobierno que queremos', declaró Clinton en Nairobi.

'La persona que ha sido investida hoy [por ayer] será considerada el presidente. Pero apreciamos y admiramos la resistencia y los esfuerzos de los reformistas por hacer los cambios que la sociedad iraní se merece', destacó la secretaria de Estado norteamericana.

Clinton agregó que los países occidentales están discutiendo un paquete de incentivos y sanciones sobre el programa nuclear iraní. Mientras, el portavoz del Ministerio de Exteriores británico criticó la represión poselectoral

Una veintena de personas murieron y cerca de 2.000 fueron detenidas en las revueltas de los días posteriores a la publicación del escrutinio electoral. Los líderes opositores derrotados acusaron al Gobierno de fraude y se negaron a aceptar los resultados, exigiendo la celebración de nuevos comicios en manifestaciones multitudinarias.

La mayoría de los arrestados han sido puestos en libertad, pero un centenar están siendo juzgadas desde el sábado por un tribunal revolucionario de Teherán.

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