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Desafío en las alturas

Ascensión en el teleférico de Fuente Dé: toda una experiencia en el corazón de los Picos de Europa.

ESPERANZA MORENO

Para acceder al corazón de los Picos de Europa no hay que ser ni un experto montañero ni poseer unas cualidades físicas excepcionales porque el teleférico de Fuente Dé permite, tras una inolvidable ascensión de vértigo, situarse en el mismo centro. A la emoción que supone estar rodeado por un circo de descomunales picos rocosos que superan los 2.500 metros de altura se suma la posibilidad de iniciar una ruta desde el famoso mirador de El Cable para acercarse a alguno de los míticos parajes del más veterano Parque Nacional español.

En el último y más escondido rincón de la comarca cántabra de La Liébana, y a los pies del impresionante circo glaciar donde tiene sus fuentes el río Deva, se localiza la estación de partida del famoso teleférico de Fuente Dé, el más espectacular y el que mayor cota supera de todos los existentes en España. En sólo tres minutos y cuarenta segundos salva un desnivel de 753 metros, alcanzando en la estación superior los 1.847 metros de altura.

La perspectiva que se admira de La Liébana desde sus acristaladas cabinas, con capacidad para 20 pasajeros, es única e inagotable, aunque la subida en El Cable, sobrenombre con el que también se conoce al teleférico, justifica un viaje al lugar por sí misma. Las cabinas recorren los 1.640 metros del cable a una velocidad constante de 10 metros por segundo, lo que permite a los espectadores comprobar, en un breve espacio de tiempo, que mientras los elementos del fondo del valle se convierten con rapidez en miniatura, los picos de las cumbres se transforman en gigantes pétreos. El espectáculo es aún más sobrecogedor a primera hora de la mañana, cuando las cabinas atraviesan la capa de nubes que a media altura cubre el valle.

Si la ascensión ha sido intensa, no lo es menos lo que se descubre desde el mirador, literalmente colgado del acantilado. Una vez aquí, las posibilidades para después son múltiples, como tomar la señalizada pista que parte de la estación superior y que en apenas un cuarto de hora asciende hasta la Horcadina de Covarrobres para admirar la altiva y desafiante silueta del pico Peña Vieja, una de las montañas más altas de todos los Picos de Europa. Enseguida aparece una bifurcación de pistas de la que parten todas las rutas y travesías que se internan en el corazón del macizo central de los Picos de Europa, conocido como de los Urrieles. La mayoría están reservadas para los montañeros con cierta experiencia, pero hay algunas accesibles a cualquier persona acostumbrada a caminar, como la que lleva hacia los puertos de Áliva y el lebaniego pueblo de Espinama, donde el visitante puede toparse con muchos rebecos y disfrutar de unas abiertas panorámicas de todo el entorno.

Una vez abajo, la comarca de La Liébana brinda muchas otras posibilidades, como pasear por la bien conservada villa de Potes, entrar en el monasterio de Santo Toribio de Liébana para contemplar la venerada reliquia del Lignum Crucis, acercarse hasta la aldea de Mogrovejo, visitar la iglesia románica de Piasca o la más antigua y mozárabe de Santa María de Lebeña. Para finalizar una buena opción es seguir la orilla del salmonero río Deva internándose en el impresionante desfiladero de La Hermida.


www.cantur.com/teleferico.asp


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