Los gastos previstos en el proyecto de Presupuesto para el año fiscal del 2008 en Japón ascienden a 83,06 billones de yenes (735.045 millones de dólares), informó la agencia Kyodo.

El proyecto de las cuentas públicas niponas para el ejercicio que comienza el próximo marzo supone un incremento del 0,2 por ciento con respecto al de 2007, la segunda subida anual consecutiva, e implica un aumento de déficit público, a pesar de que el gobierno planea volver a la disciplina fiscal a medio plazo.

El primer presupuesto de Japón con Yasuo Fukuda como primer ministro aumenta de forma considerable las partidas dedicadas a la seguridad social y ayudas a las regiones.

Según los analistas, estas cuentas públicas son un intento de combatir el progresivo envejecimiento de la población nipona y de limar las crecientes diferencias económicas en la sociedad nipona, aunque tampoco desdeñan el carácter electoral de esta ley económica, ya que durante el 2008 pueden convocarse elecciones al Parlamento.

El Gobierno prevé destinar 15,61 billones de yenes (138.173 millones de dólares) a las zonas rurales, un alza del 4,6 con respecto al año anterior, con el objetivo de reducir la disparidad de ingresos entre el campo y la ciudad.

El gasto en seguridad social aumentará tres por ciento, hasta los 21,78 billones de yenes (192.765 millones de dólares), y la inversión en educación y ciencia lo hará 0,5 por ciento, hasta los 5,31 billones de yenes (47.010 millones de dólares).

Los principales recortes afectan a los proyectos de construcción de infraestructuras públicas, que bajan 3,1 por ciento; los gastos de Defensa, que se recortan 0,1 por ciento, y ayudas a otros países, que se reducen cuatro por ciento.

Está previsto que el déficit aumente en el año fiscal 2008 en 5,18 billones de yenes (45.883 millones de dólares), lo que significa el primer incremento tras cinco años de reducciones.

El Gobierno quiere alcanzar el superávit en las cuentas públicas de los Ejecutivos central y de las provincias en el año fiscal 2011, objetivo cada vez más lejano por la ralentización del crecimiento de los ingresos estatales por impuestos.