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Joan Saura no presentará su candidatura a las elecciones del Parlamento catalán

Seguirá de conseller y presidente del partido al menos hasta que acabe la actual legislatura

FERRÁN CASAS

Joan Saura no se presentará por tercera vez como candidato de ICV a las elecciones catalanas, ahora que el tripartito ha resuelto con éxito el entuerto de la financiación serán cuando toca: a finales de 2010. Por sorpresa, el conseller de Relaciones Institucionales e Interior anunció al Consejo Nacional de su partido que no concurrirá a las primarias ecosocialistas.

Tras un anuncio que despeja el camino a Joan Herrera para ser candidato, Saura dejó claro que no se esfuma. Seguirá como conseller del Govern y al frente de ICV hasta el final de legislatura. Y después aspira a seguir “aportando”. Así las cosas, de los tres líderes del tripartito, sólo José Montilla (PSC) estará en la carrera electoral después de las renuncias de Saura y de Josep-Lluís Carod-Rovira en ERC.

La decisión de Saura entraba dentro de lo previsible, sobre todo por el desgaste que su gestión al frente de los Mossos d’Esquadra ha reportado al presidente de ICV esta legislatura, en la que ha lidiado con asuntos como las protestas de los jóvenes antiBolonia. A esa circunstancia se le ha sumado el empuje de los dirigentes más jóvenes, liderados por Herrera, portavoz en el Congreso.

En el último congreso de la formación, en noviembre del año pasado, Saura fue cuestionado por quienes creían que renunciaba a marcar perfil propio ante el PSC y no ha sabido separar el papel de presidente de ICV del cargo de conseller. Una tarea complicada ostentando la cartera de Interior. Entonces se reeligió a Saura y el tema del próximo cabeza de cartel quedó abierto.

Él estaba dispuesto a seguir, pero difícilmente lo podría hacer si Herrera y los suyos (Dolors Camats, Laia Ortiz o Raül Romeva), que ordenadamente ocuparon el puente de mando en detrimento de Jaume Bosch o Jordi Guillot, no querían. Herrera fue aupado a la secretaría general con una dirección a su medida, perfilándose como sucesor. La duda era saber si lo sería en 2010 o 2014. Una cuestión que, con la voz entrecortada, ayer desveló Saura ante el Consejo Nacional “de forma irreversible”, después de “30 años en primera línea política”.

Tras sopesar pros y contras políticos y personales, Saura prefiere dejarlo ahora, en manos de alguien a quien considera próximo (les separan matices) y en un momento “óptimo” para ICV. El resultado de las europeas no fue tan malo como el de las municipales de 2007 y las generales de 2008. Y resolver el tema de la financiación despeja el camino de la fuerza más comprometida con el gobierno catalán de izquierdas.

Después de explicar que eran mayoría las voces que le animaban a seguir y de reivindicar su legado (citó el Estatut de 2006), Saura explicó que la decisión era personal. La había consultado con su compañera, Imma Mayol (la cara de ICV en Barcelona hasta 2008), y hasta el viernes por la tarde no la comunicó. Lo hizo a quien quería (Bosch y Guillot) y a quien debía (Herrera).

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