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"Ahora sólo me interesa el porno"

Mickey Rourke. Actor. Interpreta a Whiplash en ‘Iron Man 2'

ROBERTO ARNAZ

A Mickey Rourke (Nueva York, 1952) nunca le gustó Hollywood. Su rebeldía y su temperamento explosivo le apartaron de la industria del cine. Esperó más de una década el guión que le devolviera la ilusión por trabajar. Llegó en 2008 con El luchador y una nominación al Oscar. A los 57 años, acaba de sellar la paz con la meca del cine gracias a Iron Man 2, una superproducción que ni siquiera verá a pesar de haber pasado cuatro días en una cárcel rusa preparando su personaje y de haber gastado 20.000 dólares de su bolsillo en fundas de oro. 'Lo único que me interesa del cine actual es el porno', asegura. Una bravuconada como tantas otras, si no fuera porque al pronunciarla recibe la llamada de Ron Jeremy, la estrella del cine X. 'Ron, estás tan gordo que ya no te la ves. Llámame en diez minutos, estoy en una entrevista'. Rourke liquida la conversación ante los gritos de la publicista del estudio. El rebelde sin causa del cine ha regresado. Disfrutémoslo.

'El problema de Robert era de drogas; el mío, de temperamento'

¿Por qué se embarcó en Iron Man 2?

Robert Downey Jr. insistió. La condición fue que me permitieran modelar el personaje física, emocional y espiritualmente. No quería ser sólo el ruso malo.

Los dos tienen cosas en común, ¿han hablado de sus respectivos pasados?

'Es duro vivir en Los Ángeles y saber que tu carrera ha acabado'

No. El problema de Robert era de drogas; el mío, de temperamento [risas]. Estoy muy contento de que lo haya superado y disfrute del éxito. Cuando eres adicto a la droga te conviertes en una basura.

¿Cuál fue su problema?

Hay mucho gilipollas en este negocio. En aquel tiempo, no me gustaba recibir órdenes y no pude controlar la situación. El error fue esperar a que llegase el guión mágico. Me gasté el dinero en una mansión, coches y un barco. Un día llegó el momento de volver a trabajar para pagarlo todo y escogí proyectos por el dinero. Fueron un fracaso, y pasé de vivir en una casa enorme a hacerlo en un cubo de basura. Ahora vivo con menos lujos y conduzco un coche más pequeño, así puedo escoger los papeles en los que creo.

Ha de ser una satisfacción recuperar el éxito por segunda vez.

Me hubiera gustado saber cuándo fue la primera, hubiera disfrutado más [risas]. Es bueno tener una segunda oportunidad 14 años después. Pagué el precio por no ser responsable y profesional. Si hubiera sabido que iba a joderlo todo, me habría comportado como un buen soldado.

¿Pensó en tirar la toalla?

Es duro vivir en Los Ángeles sabiendo que tu carrera se ha acabado. Es mejor apretar un botón y desaparecer. Lo intenté, pero no sucedió. Si decides continuar, tienes que trabajar duro y pensar que vas a salir adelante. Si no, mejor meterte una pistola en la boca y volarte la puta cabeza.

Y llegó la oportunidad y la nominación al Oscar, ¿le decepcionó no ganarlo?

No. Fui muy afortunado al participar en El luchador. Nunca pensé que iba a ganar, y menos cuando la política y los gays se metieron por medio [risas]. No me importa la política, es basura.

¿Ve sus películas?

No. Es demasiado doloroso, es como estar frente a un espejo durante dos horas. Si me decido, espero uno o dos años. Si las veo pronto, me obsesiono con lo que no me gusta y me deprimo.

¿Qué recuerda de 9 semanas y media?

¡Uf! Tengo la impresión de que sucedió en otra vida. Hace poco, me encontré con Kim Basinger por primera vez en 20 años. Hablamos más en una tarde que durante todo el rodaje. Por cierto, sigue estando muy buena [risas].

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