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'Sálvame' naufraga 

El programa de entretenimiento de Telecinco sufre desde hace meses caídas en sus cifras de audiencia. Las tendencias de consumo televisivo no ayudan a remontar estos números y su productora, La Fábrica de la Tele, afronta la crisis del formato.

Sálvame
Jorge Javier Vázquez, María Patiño y Terelu Campos en el plató de 'Sálvame'. Mediaset

El astro rey de Telecinco se agota. Sálvame ve cómo sus audiencias se  consumen hasta caer al 7,4% de share en algunas franjas (como el desaparecido Lemon Tea, que se emitía de 16.00 a 17.00 horas) a principios del pasado mes. Aunque en los últimos días la media ronda un 14%, los datos quedan lejos de aquellos picos del 23% de cuota de pantalla que este programa de entretenimiento ha llegado a cosechar. Eran otros tiempos.

Sálvame llegó a nuestros hogares el 19 de marzo de 2009 de la mano de Supervivientes, un reality que todavía se mantiene como la otra joya de la corona de la cadena que dirige Paolo Vasile. Se estrenó con un 25,8% de cuota y casi un millón de seguidores (976.000). Por aquel entonces, el espacio capitaneado por Jorge Javier Vázquez se emitía en horario de late night y nació con el objetivo de comentar las galas con desparpajo, pero los conflictos entre los participantes no tardaron en desplazar el contenido inicial, y el resto ya lo conocen. La cúpula supo reconocer a la gallina de los huevos de oro y decidió reubicar el formato en las sobremesas. 

El estandarte de la cultura líquida

"Si visionamos la primera emisión del programa y la comparamos con una actual, veremos que no tienen nada que ver. Sálvame bebe de la cultura líquida y ha tenido la capacidad de reinventarse una y otra vez, adaptándose a lo que el público iba buscando", explica Diana Aller, guionista y crítica de televisión en El Mundo. "Durante 13 años, ha sido el buque insignia de la naturalidad, un lugar donde los temas se trataban sin encorsetar", añade. En cambio, esta virtud -la indeterminación- se ha convertido en un sedimento fino, que ha ido desgastando su cauce.

Hay una investigación abierta por supuesto espionaje a casi 140 famosos

El sociólogo Zygmunt Bauman acuñó el concepto de modernidad líquida que lo baña. Las realidades sólidas de generaciones anteriores, como el trabajo fijo y casarse para toda la vida, se han desvanecido. Vivimos en sociedades más precarias, hambrientas de cambio y bastante extenuantes. El consumo de televisión ha reflejado esa ansia por las novedades y ver programas cumpliendo décadas se ha convertido en un rara avis. "Es una bestialidad cómo las plataformas a demanda se están implantando y, al final, las cadenas generalistas se están quedando a expensas de un público envejecido", indica Aller.

Rosa Belmonte, articulista de televisión, no es optimista con respecto a las perspectivas de futuro de este espacio. "Esta semana, Sálvame ha llegado a mínimos históricos, pero no se trata sólo de números. Los programas empiezan y se acaban, pero la imagen es un aspecto muy relevante", puntualiza. "La emisión de Rocío, contar la verdad para seguir viva y su política de no admitir críticas quizá les perjudicó ante una audiencia que no quiere adoctrinamientos. A esto se suma una operación policial en marcha, que investiga un supuesto espionaje a casi 140 personajes públicos", añade. 

La 'telebasura' que Vasile no quiso ver

Karmentxu Marín firmaba en 2011 una entrevista a Paolo Vasile, consejero delegado de Telecinco, en la que el directivo negaba la existencia de la telebasura y defendía la libertad del espectador de elegir sus contenidos. "Existe la televisión que la gente ve y la que la gente no ve", resumió entonces. Mariola Cubells, periodista y analista de televisión, le atribuye una sentencia mucho más dura en un artículo publicado en El HuffPost: "Telebasura es todo programa que baje de un 20%". A tenor de los últimos resultados, parece que su tesoro más preciado se redefine. 

Las tarifas por un spot de 20" en Sálvame se sitúan entre los 6.100 y los 7.100 euros

Esto no quita que la fórmula siga siendo tremendamente rentable. Según la información que expone la agencia de medios Oblicua, las tarifas por un spot de 20 segundos en Sálvame se sitúan entre los 6.100 y los 7.100 euros. Por si el atractivo publicitario no fuese suficiente, también merece la pena tener en cuenta que este formato ha encontrado la fórmula perfecta para ahorrar costes. Los colaboradores de Sálvame han alcanzado niveles de popularidad que los han transformado en personajes y sus propias historias alimentan al programa, así como al resto de espacios clones que la cadena ha ido distribuyendo a lo largo de toda la parrilla, como satélites del astro rey.

"La papilla que fabrica Vasile es muy provechosa. No lo olvidemos. Sienta a siete u ocho cotillas en un plató y los mantiene de tertulia hasta última hora de la tarde. Es una forma muy barata de generar contenido y, por eso, en la cuenta de resultados siempre es superior al resto", diagnostica Ferrán Monegal, el mítico crítico televisivo.

"Cuando Mila Ximénez se fue, se murió un poco 'Sálvame'"

Belmonte, en cambio, considera que este "reparto coral" es justo lo que ha convertido al espacio en un modelo innovador: "Sálvame no es un programa del corazón; o, al menos, no es solo eso. Lo importante es que hayan sido ellos, los colaboradores y presentadores, una especie de cuadro de actores de Radio Madrid con su propia telenovela".

Quizás por eso, el fallecimiento de Mila Ximénez ha supuesto un antes y un después. "Era un pilar básico. Detentaba muchos valores en una sola persona: tenía mala leche, al mismo tiempo un humor muy fino y conectaba con el público. Así que cuando ella se fue se murió un poco Sálvame", comenta Aller con tristeza.

Cambios en la cúpula

"Me consta que Mediaset ya está buscando alternativas editoriales, pero la propuesta de la cadena no está nada definida en el mercado audiovisual. Atresmedia, su competencia directa, ha ido construyendo un tejido firme alrededor de la ficción", plantea la guionista, que ha trabajado en varias ocasiones con La Fábrica de la Tele. 

Telecinco cae en todas las franjas, excepto 'El Programa de Ana Rosa', que se mantiene indemne

Monegal abre el foco e interpreta que el derrumbe va más allá. "Desde agosto hasta marzo, Telecinco ha perdido siete puntos. Cae en todas las franjas, excepto El Programa de Ana Rosa, que se mantiene indemne. No había ocurrido nunca en la historia de las televisiones privadas", analiza. "Esto demuestra la poca versatilidad que tiene la cadena a la hora de hacer televisión. Llevan ofreciendo el mismo rancho desde 1991, no son capaces de ofrecer un menú variado y me gustaría pensar que la audiencia ha tenido un momento de lucidez, que piden por fin a la carta, pero no me atrevo a tanto", comenta en tono jocoso.

Los primeros movimientos ya se hicieron notar el pasado 22 de marzo, cuando La Fábrica de la Tele anunciaba el despido de los históricos directores del programa, David Valldeperas y Alberto Díaz, que dos días después dejaban su puesto. Carlota Corredera, un rostro ligado a Sálvame desde sus inicios, también abandonaba su lugar como presentadora y anunciaba un nuevo proyecto.

Una amenaza externa

Marisa de Dios, especialista en series y programas de televisión en El Periódico, tiene claro qué ha puesto la guinda a este descalabro: "La telenovela turca le ha dado la puntilla", afirma.

Este fenómeno -que nadie vio venir- aterrizó en España en 2018 con Fatmagül. Éxito absoluto en prime time. Desde entonces, los culebrones se han vuelto a poner de moda y Telecinco andaba batallando desde este verano en la franja de tarde contra Tierra Amarga, la teleserie dramática que Antena 3 emite a las 17.30 horas y que ya saca cuatro puntos al espacio de Jorge Javier Vázquez.

David Valldeperas y Alberto Díaz ya han dejado la dirección. Carlota Corredera comienza también un nuevo proyecto

Mediaset ya había intentado aplicarse el refrán con anterioridad: "Si no puedes con tu enemigo, únete a él". Y en octubre del pasado año decidió fulminar Sálvame Tomate -la última fracción del programa, que arrancaba a las 20.00 horas- para sustituirlo por Amor a segunda vista, un producto de las mismas características que su competidora. Sin embargo, hoy ocupa ese tramo horario Ya son las ocho, un programa presentado por Sonsoles Ónega y Verónica Dulanto que analiza la información diaria.

El antídoto no se materializa, pero aquellos que han seguido de cerca el programa a lo lardo de todos estos años, se resisten a pensar que no pueda resurgir una vez más. "Sálvame ha demostrado una forma de comunicación descarnada y descarada, han sido capaces de implantar un modelo de entretenimiento que, nos guste o no, es increíble. Hemos asistido a la ruptura de la cuarta pared e incluso Pedro Sánchez entró en directo para declararse antitaurino. No lo subestimemos", advierte la crítica televisiva de El Mundo.

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