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El copago y las privatizaciones acorralan a la presidenta

El PP esperaba que sus rivales se centraran en los casos de corrupción

YOLANDA GONZÁLEZ

Hace seis meses, el PP de Madrid celebraba uno de sus comités ejecutivos en la primera planta del número 13 de la calle Génova, donde se ubica también la sede nacional de la formación. Las deliberaciones fueron a puerta cerrada. Pero no el discurso de la presidenta. En su intervención, además de jalear a los suyos con su lema: '¡Pico y pala!', les advirtió de que fueran con los ojos bien abiertos porque los socialistas, a medida que se acercasen las elecciones, iban a volver a pasear el dóberman del miedo a la derecha.

En los planes del PP de Madrid estaba que ese dóberman fuese a tener cara de Gürtel, de Fundescam o del caso de los espías. Pero era el mal menor porque contaban con los argumentos suficientes para presumir de que, a diferencia de la Comunidad Valenciana, Madrid ha tenido más reflejos a la hora de quitarse de encima a los imputados en la Gürtel. Pero esos planes fallaron.

El PP ha llevado las denuncias de los socialistas a los tribunales

De ello se dieron cuenta los estrategas de campaña de Aguirre la noche del domingo 8 de mayo, cuando su principal rival, el socialista Tomás Gómez, ni siquiera amagó con sacar los colores a la candidata del PP mentando estos escándalos. Prefirió cambiar el tercio y abrazarse a lo social: sanidad y educación, principalmente. Y así ha sido durante estos 15 días.

El viernes acabó la campaña y la única respuesta que los madrileños han escuchado al PP sobre las acusaciones del PSM de querer implantar el copago sanitario es que son 'mentira'. Hasta la fecha, ni Esperanza Aguirre ni nadie de su equipo ha explicado en campaña quién y por qué encargó un informe a la dirección general de atención primaria, dependiente de la Consejería de Sanidad, en el que se presenta al copago como vía de ahorro.

La deuda ha impedido al alcalde Gallardón presentar proyectos estrella

También ha intentado el PP restar valor a una carta de las concesionarias de los ocho nuevos hospitales madrileños en la que alertaban a la Comunidad del riesgo de 'colapso' si no recibían 80 millones de euros.

Al menos, sí ha quedado claro, y así lo reconoció la propia Aguirre, cuando previamente lo había negado, que algunas escuelas infantiles de la Comunidad, ocho en concreto, están en manos de fondos de capital riesgo.

Tan mal ha sentado en el PP de Madrid que los socialistas 'metan miedo a los más débiles' que la primera semana de campaña su número dos, Francisco Granados, se plantó en los juzgados para denunciar a Gómez por haber dicho que los conservadores entregan la educación, la sanidad y el Canal de Isabel II 'a sus amigos'.

Menos animada ha estado la campaña del candidato al Ayuntamiento, Alberto Ruiz-Gallardón. En esta no ha habido voces más altas que otras ni denuncias de por medio entre los aspirantes a regir a los madrileños.

Aquejado por la crisis y con el peso de ostentar el título del alcalde más endeudado de España, Gallardón ha huido de las grandes propuestas y se ha centrado en vender su gestión al frente del consistorio en los últimos ocho años.

Convencido de que Madrid es y está mejor que cuando él aterrizó en el Ayuntamiento, el regidor ha puesto el énfasis de estos días de campaña en el empleo. Si los madrileños vuelven a depositar la confianza en su equipo, ha prometido la creación de 150.000 nuevos puestos de trabajo en cuatro años.

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