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Los tories se sienten perseguidos por Brown

Los conservadores ven una campaña tras el arresto de uno de sus dirigentes

LOURDES GÓMEZ

'Detenido por hacer mi trabajo'. Damian Green, portavoz de Inmigración del Partido Conservador, no salía ayer de su asombro de verse en el objetivo de una investigación policial sobre filtraciones a la prensa de información confidencial del Ministerio del Interior británico.

Agentes de la brigada antiterrorista detuvieron al político la mañana del jueves bajo sospecha de conspirar y ayudar a incumplir la ética profesional que se exige a los cargos públicos. Green estuvo retenido nueve horas en una comisaría de Londres, al tiempo que la Policía registraba y confiscaba documentos de su despacho en el Parlamento de Westminster, sus dos viviendas y la oficina de su distrito electoral, al sur de Inglaterra.

'Lo detuvieron por difundir información que el Gobierno no quería hacer pública', protestó el líder de los tories, David Cameron, tras exigir 'explicaciones' al Ejecutivo de Gordon Brown y a Scotland Yard. Los conservadores ven la mano del Gobierno en la operación 'estalinista' contra su diputado, que deberá someterse a un nuevo interrogatorio el próximo febrero. Para el liberal demócrata, Nick Clegg, la redada supone un golpe a la democracia.

Green ha puesto contra las cuerdas a la ministra del Interior, Jacqui Smith, en repetidas ocasiones. El diputado ha puesto de manifiesto divisiones en las filas laboristas al hacer público documentos internos del Home Office, según se deduce de la operación policial. Pero las filtraciones no parecen haber comprometido tanto a la seguridad nacional sino más bien la posición y competencia del Gobierno.

De acuerdo con los conservadores, su portavoz de Inmigración está bajo sospecha por denunciar que 5.000 inmigrantes ilegales recibieron el visto bueno para trabajar en puestos de seguridad y que otro extranjero sin papeles se ocupó de la limpieza en el Parlamento. Green también habría desvelado la lista de diputados laboristas dispuestos a votar en contra de la última reforma antiterrorista y una carta en la que Smith advierte a Brown de que la crisis económica puede desatar un incremento del crimen.

Brown asegura que ningún ministro supo de antemano que Green iba a ser detenido. Pero Cameron y el alcalde conservador de Londres, Boris Johnson, fueron informados de la operación, según admitieron ambos ayer.

Scotland Yard intervino en el caso a petición del alto funcionario de Interior, que había descubierto al presunto espía dentro del ministerio. La detención de este individuo condujo hasta el político tory. El arresto de un dirigente de la oposición por divulgar información comprometida no tiene precedentes.

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