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Guerra Rusia - Ucrania Elevar el gasto militar como plantea la OTAN es más de lo presupuestado en becas e I+D para el 2022

La idea del Gobierno de alcanzar el 2% del PIB en el ámbito de Defensa implicaría un incremento de entre 10.000 y 12.000 millones de euros. Partidas sociales como el Ingreso Mínimo Vital se sitúan por debajo de esa cifra.

Feindef 2019
Un sistema de desiganción de objetivos para ataques remotos, expuesto en la primera Feria Internacional de Defensa y Seguridad (FEINDEF) celebrada en 2019 en Madrid. Eduardo Parra / EUROPA PRESS

La invasión rusa de Ucrania dará otro impulso al gasto militar en España. El Gobierno maneja la posibilidad de incrementar las partidas de Defensa hasta el 2% del PIB (desde el 1,2% actual), un objetivo fijado por la OTAN para los países miembro bastante antes de que estallara esta guerra en Europa. Si el objetivo se cumpliera, el Ejecutivo destinaría otros 11.000 millones de euros al ámbito militar (calculado con el PIB actual).

"Una de las derivadas de la guerra en Ucrania será previsiblemente que muchos países den el paso de asumir el 2% del PIB para gasto militar", afirma a Público Jordi Armadans, director de FundiPau. "Por tanto –continúa– se disparará el gasto militar en Europa".

Por su parte, Pere Ortega, uno de los investigadores más veteranos del Centro Delàs de Estudios por la Paz, destaca que el incremento anunciado por Sánchez en Defensa "sería una barbaridad", ya que "haría falta entre 10.000 y 12.000 millones de euros más para llegar a ese 2%" (unos 24.000 millones de euros, con el volumen de PIB actual). 

En términos comparativos, un incremento de esas características en el ámbito de Defensa (cuyo desarrollo práctico no ha sido aún aclarado por el Gobierno, por lo que existen lagunas al respecto) supondría un importe notoriamente superior, por ejemplo, a la partida destinado en los Presupuestos Generales del Estado de 2022 a becas y ayudas a estudiantes (2.199 millones de euros), al Ingreso mínimo Vital (4.435 millones de euros) o a Investigación y Desarrollo (I+D), que se sitúa en este último caso en 6.941 millones de euros.

El incremento de Defensa también sería mayor al presupuesto actual de políticas en materia de Sanidad (6.606 millones de euros), Servicios Sociales y Promoción Social (6.179 millones de euros), Fomento del Empleo (7.647 millones de euros) o a las áreas productivas de Agricultura, Pesca y Alimentación (8.845 millones de euros).

Costosos proyectos armamentísticos

En cualquier caso, ese incremento en el ámbito militar no llegará de la nada. A día de hoy, el Gobierno de España mantiene activa la financiación de unos proyectos armamentísticos sumamente costosos, que requieren cada año unas cifras astronómicas de dinero público 

El Centro Delàs de Estudios por la Paz acaba de publicar un informe coral que recoge esas ambiciones armamentísticas de un Estado y unas empresas que se retroalimentan: las Fuerzas Armadas diseñan planes de armamento que requieren elevadas sumas de dinero, y las compañías del sector se encargan de cumplir tales encargos a cambio de cifras desorbitantes.

De acuerdo al estudio realizado por esta organización pacifista, el gasto militar real de los Presupuestos Generales del Estado para 2022 "asciende a los 22.796 millones de euros, un 124% más de lo asignado al Ministerio de Defensa (10.155 millones), lo que supone un nuevo récord histórico y un crecimiento del 5,75% respecto al año anterior".

Este incremento "se explica en parte por el aumento del 16,2% en las inversiones en armamentos, que alcanzan los 4.581,5 millones de euros, lo que supone el 21,38% del total de las inversiones estatales". De esta forma, "1 de cada 5 euros que invierte la Administración central tienen una finalidad militar".

De acuerdo a los datos de dicha organización, este incremento se explica en parte por el aumento en inversiones en armamentos, que alcanzan los 4.581,5 millones, "lo que supone el 21,38% del total de las inversiones estatales".

También aumenta en un 8,76% la I+D militar, a la que en total se destina 938,5 millone, de los cuales 708,2 irán dirigidos al desarrollo de nuevas armas. "La recuperación de la I+D militar desde la salida de la crisis en comparación a la de la I+D civil sería aún más llamativa de no ser por los fondos europeos que recibe esta última en estos presupuestos", sostiene el Centro Delàs.

En el estudio titulado Preparados para la guerra. Cómo el militarismo impregna nuestras sociedades, los expertos de esta organizacón señalan que desde sus inicios en 1996, los Programas Especiales de Armamento (PEA), cubiertos con fondos dispuestos en los Presupuestos Generales del Estado, "han alcanzado un coste de 51.273 millones de euros". Si se añaden las partidas aprobadas en 2021 y lo que va de 2022, la cifra roza los 60.000 millones de euros.

Según datos oficiales, los PEA nacieron en la década de los noventa "para dotar a las Fuerzas Armadas de los sistemas de armas necesarios para desarrollar eficazmente las misiones nacionales e internacionales encomendadas, lo que permitió potenciar el sector de la industria de defensa nacional generando capacidades industriales y tecnológicas de las que España carecía hasta ese momento", destaca una reseña publicada por La Moncloa en noviembre de 2019.

Allí remarcaba que esos programas "tienen una serie de características específicas que les distinguen del resto de programas de adquisición", entre las que figuran "su complejidad, con largos periodos de definición y ejecución" o también su "impacto tecnológico, que moviliza un gran volumen de recursos financieros",  así como "por sufragarse mediante un sistema de prefinanciación en el que participa un organismo externo al Ministerio de Defensa (Ministerio de Industria, Turismo y Agenda Digital)".

Entre los PEA destacan el submarino S-80, el vehículo de combate sobre ruedas 8x8, el helicóptero NH-90, las fragatas F-110, los satélites HISDESAT y los aviones de combate EF 2000.

Sobre estos programas, el Centro Delàs advierte que "el signo político de los diferentes gobiernos que se han sucedido en estos 25 años no ha alterado en modo alguno el trato preferencial que ha recibido y recibe el complejo militar-industrial español, favorecido en la confección de presupuestos y políticas
públicas y fuertemente imbricado en las esferas de poder del Estado".

El informe del Centro Delàs sostiene en su informe que "estos gastos de un presupuesto militarizado, junto con unas Fuerzas Armadas sobredimensionadas, no sirven para abordar las verdaderas amenazas a la seguridad que presenta la población" y que aparecen contempladas en la Directiva de Defensa Nacional aprobada en 2020, "tales como el cambio climático, pandemias, migraciones, vulnerabilidad energética, crimen organizado, entre otras, ante las que los ejércitos tienen poco que hacer".

Aviones de guerra

Entre el 7 y el 14 de diciembre de 2021, el Consejo de Ministras y Ministros dio un nuevo paso en esa misma dirección. "Otra vez le ha tocado la lotería al militarismo autóctono", ironizaba el investigador y militante antimilitarista Juan Roig en una reseña publicada por el colectivo pacifista Tortuga. Allí destaca que el Gobierno aprobó en sendas reuniones unas partidas de 2.504 millones de euros para diversos gastos del ámbito armamentístico.

El Gobierno gastará otros 41 millones de euros en la reparación de helicópteros militares

Entre otros puntos, el Gobierno destinó 2.341 millones de euros para la compra de 20 aviones de combate Eurofighter que serán enviados a Canarias. También gastará otros 41 millones de euros en la reparación de helicópteros militares, "Además de todo ello, ha autorizado a dos empresas extranjeras a participar en la jugosa industria militar española", destaca Roig.

Margarita Robles
La ministra de Defensa, Margarita Robles, al lado del tanque VCR 8x8 Dragón en la edición de este año de la Feria Internacional de Defensa y Seguridad FEINDEF, celebrada en noviembre pasado en Madrid. Marta Fernández / EUROPA PRESS

Asimismo, la Dirección General de Armamento y Material del Ministerio de Defensa "está ultimando diversos contratos de adquisición de armas", lo que se traducirá en la sustitución de los misiles TOW del ejército de tierra por los Spike Fase II", aún más letales. En mayo pasado, el Gobierno había autorizado la compra de 91 misiles "Mistral III" franceses, cuyo importe superaba los 43 millones de euros.

Con esas cifras sobre la mesa, el informe del Centro Delàs subraya que "si los recursos destinados a I+D militar en España se destinasen a I+D civil, se podría mejorar la innovación industrial civil y, así, aumentarían las exportaciones de productos industriales".

"Es evidente el esfuerzo de los sucesivos Gobiernos para dotarse de material a través de esos programas especiales de armamento", destaca Armadans, quien recuerda que se trata de un asunto que no  ha estado exento de problemas. "Ha habido deudas con empresas armamentísticas porque se han comprometido pedidos que luego era difícil mantener",  remarcó.

"Ahora estamos ante otra oleada de investigación y compra armamentística, y el anuncio de Sánchez indica que esa línea se mantendrá e incluso incrementará", agregó el director de FundiPau

"Argumento endeble"

El investigador del Centro Delàs pone el foco en otro aspecto. "Muchas de las armas que tienen los países europeos provienen de EEUU, que es el principal suministrador a nivel mundial". "Por tanto, si invertimos más dinero en armamento ellos saldrán beneficiados, porque les compraremos una buena parte de esas armas", apuntó Ortega. 

Mientras tanto, el investigador Jordi Armadans se hace otra pregunta: "¿Cuál es la lógica de todo esto?". "El argumento de que el gasto militar debe ser la solución ante este conflicto armado es bastante endeble. Los países de la OTAN tienen ya un gasto militar notable en su conjunto, y no plantean la guerra con Putin porque dicen que eso es peligroso. Desde esa lógica, ¿qué sentido tiene incrementar el gasto militar?, cuestionó.

De hecho, el responsable de FundiPau subrayó que a día de hoy el gasto militar mundial ronda los 2 billones de dólares anuales, "una cifra muy notable que en algunos puntos es superior incluso a la de algunos años de la Guerra Fría". Es el gran rearme en medio de una gran incertidumbre.

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