La ruptura de tres cables submarinos que conectan Europa y Oriente Próximo interrumpieron los servicios de Internet y telefónicos internacionales en partes de Oriente Próximo y en el sur de Asia, dijeron el sábado las autoridades.

La interrupción redujo la capacidad de Internet de Egipto en un 80 por ciento. Los técnicos estuvieron restableciendo parte de los servicios desviando el tráfico de comunicaciones a través del mar Rojo, explicó un funcionario del Ministerio de Comunicaciones que pidió no ser identificado.

Los ciudadanos describieron el servicio de Internet como inexistente o muy lento. La gravedad del corte, causado por unas rupturas en unos cables del Mediterráneo frente a las costa italiana, variaba dependiendo del área y del proveedor del servicio.

La causa de las rupturas no se conocía de manera inmediata.

En Pakistán, el proveedor de Internet Micronet Broadband dijo que sus clientes recibían el servicio distorsionado debido a "cuestiones" en las líneas SMW-3, SMW-4 y FLAG.

Varios residentes en Egipto dijeron a última hora del viernes que era imposible realizar una llamada telefónico a Estados Unidos, pero al parecer sí a Europa.

En Pakistán, el ingeniero de Micronet Wajahat Basharat dijo el sábado que el tráfico en Internet era lento, y que una parte estaba siendo desviada por otras rutas.

También se informó de problemas en Emiratos Árabes Unidos y Kuwait.

El Comité Internacional de Protección de Cable, una asociación de operadores de cables submarinos, dijo que estaba "al tanto de los múltiples fallos de cables submarinos en el este del Mediterráneo que podrían estar afectado la velocidad de las comunicaciones de Internet en algunas rutas".

El grupo dijo en un comunicado en su página web que no sabía qué había causado el problema.

Responsables de AT&T y Verizon Communications, los dos mayores operadores de Estados Unidos, dijeron que algunos clientes en Oriente Próximo habían perdido todo el servicio, mientras que otros experimentaban interrupciones parciales en sus conexiones.

Verizon desvió una parte de su tráfico enviándolo a través del océano Atlántico, luego por Estados Unidos, después por el Pacífico y luego a Oriente Medio.