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La UE deja atrás sus querellas institucionales y mira a los desafíos del futuro

EFE

La Unión Europea, segura de haber dejado por fin atrás sus querellas institucionales, comenzó hoy a prepararse para los grandes desafíos a largo plazo.

Algo insólito en las cumbres de los últimos años, los líderes de la UE afirman en las conclusiones de la cumbre que hoy concluyó en Bruselas que, en el terreno institucional, los Veintisiete no esperan cambios "en un futuro previsible".

Con el nuevo tratado ya firmado, aunque todavía no ratificado, la UE tiene que ser capaz ahora de "concentrarse totalmente en afrontar los retos concretos del futuro", añaden.

Para definir esos retos, los líderes comunitarios crearon un Grupo de Reflexión para estudiar sobre el futuro de la Unión, presidido por el ex jefe del Gobierno español Felipe González.

Además, la UE logró una difícil unanimidad para acordar el lanzamiento de una misión civil y militar en Kosovo, el lugar donde consideran que debe tener lugar la última modificación de fronteras de Europa.

Los dirigentes de la Unión también se comprometieron a una "ratificación rápida" del Tratado firmado ayer en la capital portuguesa, y acordaron profundizar en la política común sobre inmigración.

En asuntos económicos, los líderes se mostraron convencidos de la solidez de la economía europea y de que las turbulencias de los mercados financieros no interrumpirán el crecimiento, pero admitieron que la incertidumbre hace necesaria una "vigilancia continua" de los mercados y también más transparencia.

Los 27 países de la UE lograron un esbozo de unidad en torno al difícil y conflictivo asunto de Kosovo, al lograr un acuerdo político para iniciar en el futuro una misión civil y militar europea de cara a una posible independencia de esa provincia serbia de mayoría albanesa.

"La UE es mucho más fuerte internamente, institucionalmente y también en el frente externo", afirmó el primer ministro portugués, José Sócrates, presidente de la cumbre, al final de la reunión.

La cuestión de Kosovo centró el debate más interesante, y los líderes acordaron hoy iniciar "de inmediato" los preparativos para lanzar una misión civil que asuma la administración judicial y policial de la provincia.

La cumbre logró, pues, una unidad política en este aspecto, en el que hasta ahora tenía la oposición de Chipre, cuyo presidente, Tassos Papadopoulos, aseguró hoy que aún "no hay una base legal válida" porque la resolución 1244 de la ONU -sobre la presencia militar de la OTAN- no es aplicable a este caso.

Los detalles de la misión deberán aprobarse en un próximo Consejo de Ministros de Exteriores, pero en anteriores reuniones se ha venido hablando de un despliegue de 1.500 efectivos.

Sin embargo, los líderes europeos dejaron para más adelante la cuestión de si reconocerían una declaración kosovar de independencia, algo que, según la canciller alemana, Angela Merkel, se hará "a su debido tiempo"

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, reconoció que la independencia de Kosovo es "inevitable" y se mostró muy satisfecho por la "unidad" de los Veintisiete en torno a la cuestión, que es, recalcó, "un problema exclusivamente europeo".

Kosovo está en "el patio trasero de Europa", por lo que Europa "debe asumir el liderazgo", explicó por su parte el ministro británico de Exteriores, David Miliband.

La decisión de más envergadura que tomó hoy la cumbre fue la creación de un Grupo de Reflexión que estudie el futuro de la UE para el horizonte 2020-2030, que será presidido por el ex jefe del Gobierno español Felipe González.

Vaira Vike-Freiberga, ex jefa de Estado de Letonia, y Jorman Olilla, antiguo presidente de la multinacional finlandesa de telecomunicaciones Nokia, serán los vicepresidentes del grupo, que presentará su informe en junio de 2010, al final de la próxima Presidencia española.

El grupo es una idea de Sarkozy, quien, igual que Merkel, dio por sentado que el Grupo de Reflexión sobre el futuro de Europa se pronunciará, entre otros asuntos, sobre la cuestión de las fronteras de la Unión Europea.

"La UE ha decidido que no podía esperar a mañana, sino empezar a pensar en el futuro", destacó el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero.

La cumbre aprobó también una declaración sobre la globalización, un proceso que ofrece "nuevas oportunidades a los ciudadanos y las empresas", pero que también genera "nuevos retos económicos, sociales, medioambientales y otros relacionados con la energía y la seguridad".

Otro reto de la UE es el cambio climático, y la cumbre confió en que la Conferencia de Bali consiga sentar las bases de un acuerdo "global, general y efectivo", a pesar de que las diferencias entre países amenazan los logros de esa cita.

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