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'The Head' estrena segunda temporada y explora "todas esas posibilidades de cómo la violencia se puede desencadenar"

El director Jorge Dorado cambia de escenario siguiendo la fórmula del asesino suelto. La secuela se podrá ver a partir de este jueves en HBO Max.

Fragmento de la serie 'The Head'
Fragmento de la serie 'The Head'. The Mediapro Studio

The Head, el thriller de reparto internacional producido por The Mediapro Studio en asociación con Hulu Japan estrenado en 2020, regresa con una segunda temporada en la que cambia la Antártida por el Pacífico, renueva su elenco e incorpora nuevos guionistas. Mantiene a Jorge Dorado en la dirección, a dos de los personajes principales y el esquema de búsqueda del culpable que explotó satisfactoriamente antes para dar luz verde a una nueva trama plagada de asesinatos, drama, giros y personajes al límite. Los seis capítulos estarán disponibles desde este jueves en HBO Max.

Explica Jorge Dorado, encargado de dirigir la temporada completa una vez más, que esta entrega "tiene una continuidad bastante directa en el sentido de que dos de los personajes principales, bueno, dos de los que quedaban vivos en la primera temporada, continúan. Son Maggie y Arthur, pero están rodeados de otro nuevo entorno (...) La trama bebe mucho de ese conflicto generado entre Maggie y Arthur. Y todo es un poco como de la pesadilla que vuelve a aparecer, como una cosa profética".

Ella (Katharine O'Donnelly) era la doctora en la Polaris VI, única superviviente que encontraban cuando acudían al rescate tras perder la comunicación con la base. Él (John Lynch), el genio científico al que señalaba como culpable de la masacre en la Antártida. Para esta nueva aventura Arthur consigue reunir a un nuevo equipo y subirse a bordo de un buque con una laboratorio bien financiado en su interior. Su misión es dar con algo que, en teoría, ayudará al mundo a combatir el cambio climático y podría salvar muchas vidas. Pero cuando ocurre la primera muerte, las prioridades cambian. O no. Y ahí reside parte del conflicto y de la tensión que se genera entre tripulación y pasaje, pero también internamente en cada grupo.

Desenmascarar al asesino es el centro de la serie creada por Ran Tellem y escrita por Mariano Baselga, Jordi Galcerán, Isaac Sastre y Cauê Laratta. Aunque la primera también lo exploraba, explica Dorado que lo que diferencia a ambas temporadas es que en esta se profundiza más en cómo "el hecho de tener que encontrar o descubrir quién es la mano negra detrás del primer asesinato genera una especie de efecto dominó de violencia donde cada uno de los personajes muestra su verdadera naturaleza y hasta dónde es capaz de llegar para sobrevivir". Eso lleva a que se cometan errores de juicio y, como ocurre con el personaje de Charlie (Hovik Keuchkerian), se tomen "decisiones drásticas" que tiene consecuencias. Resumiendo, esta nueva entrega de The Head "explora un poco más todas esas posibilidades de cómo la violencia se puede desencadenar".

Aunque el reparto es internacional y muy amplio con nombres, además de los ya mencionados, como los de Moe Dunford, Enrique Arce, Josefin Neldén, Olivia Morris, Thierry Godard y Sota Fukushi, la actuación de Keuchkerian sobresale por lo complicado de dar vida a un personaje como Charlie. Dice Dorado que querían "una especie de gigantón con mucho corazón, pero que al mismo tiempo vieras que es una persona que solamente por su complexión ya puede ser peligroso". El actor de La casa de papel se transformó físicamente realizando un "trabajo muy bonito" para poder captar esa dualidad de que "puede ser la persona más tierna y más dulce y la más agresiva y la más peligrosa". Una creación que se hizo en base al guion, pero también mientras se rodaba buscando "algo único".

El reto la unidad y el misterio

Dar sensación de unidad a una serie con tantos personajes nuevos y que cambia radicalmente de ubicación para que se vea como parte de un todo, la marca The Head, es complicado. Sobre cómo conseguirlo, su director apunta: "Aprendí mucho rodando la primera temporada. Y montándola descubrí mucho qué era The Head. Porque cuando estás haciendo un proyecto por primera vez sabes un poco qué quieres, pero no sabes lo qué va a ser hasta que lo terminas".

Cuando se vuelve, se sabe ya qué funciona y a qué hay que prestar especial atención. Dorado, por ejemplo, menciona que para esta entrega sabía que "tiene que haber un balance entre violencia, tensión, sorpresas, giros, darle cosas estimulantes al espectador (...) Y, luego, hacer un trabajo muy común con los actores para que de alguna manera haya una especie de comunión, que todos trabajemos en la misma dirección". Para esto último lo que intenta siempre cuando hace un casting es "contar con actores que sean jugadores en equipo, que no intenten hacer una gran interpretación y se olviden del compañero, sino que trabajen entre sí. Eso lo hemos podido repetir otra vez".

Ese es uno de los grandes retos de The Head como serie por cómo está planteada. Otro está en jugar bien sus cartas, controlar bien qué se cuenta, cómo y cuándo para sorprender al espectador con la gran revelación. Sorprenderse es algo que Dorado no pudo hacer al leer el guion porque, al ser también productor ejecutivo, estuvo presente desde "la concepción de la idea". En su caso el efecto sorpresa lo encontró en otro lado: "No recuerdo muy bien de quién fue la idea de quién era el culpable y me pareció un reto, me pareció muy difícil. Porque, como tú dices, no cogí el guion y me sorprendí como puede hacer ahora el espectador, pero cuando a mí me dijeron: 'Pensamos que el asesino es este'. Pensé: '¿Cómo vamos a conseguir esto?' Cómo construir el puzzle, cómo sirves el plato al espectador, que al final es el reto del guionista y de director en última instancia". Aunque le pareció complicado de encajar, la idea le "encantó".

The Head va dejando migas de pan por el camino para que cada uno reconstruya el puzzle en su cabeza. "A mí me gusta que haya muchas pistas. Porque, creo que eso lo decía Fritz Lang, hay que contar las cosas tres veces: una muy sutil, una normal y una superevidente. Sobre todo en este tipo de género es muy bonito que haya pistas muy pequeñitas, muy escondidas, incluso que los espectadores en un segundo visionado puedan decir: 'Claro, si es que me lo estaban diciendo, está aquí todo delante'", explica. Unos detalles que se aprecian mejor si se vuelve a ver la serie, pero que de primeras"es muy difícil descubrirlo porque no tienes todas las piezas, son piezas sueltas". Si rodando se 'cuela' algo que no debía, entra en juego el montaje, donde "siempre puedes recortar y ajustar".

Fragmento de la serie 'The Head'
Fragmento de la serie 'The Head'. The Mediapro Studio

El realismo y la complejidad de rodar en un barco

De una base en la Antártida rodeada de hielo y nieve y sumida en una noche que dura meses a un buque científico en el Punto Nemo en el Pacífico. Ese es el salto de The Head. ¿Ha sido este rodaje más complicado que el primero? Para Dorado lo que ha tenido ha sido otros desafíos: "El reto de la primera temporada era sobre todo recrear la Antártida rondando en Tenerife y en Islandia, que por lo menos en Islandia teníamos la nieve. Aquí lo más complicado ha sido rodar en un carguero real, porque hemos tenido un barco de 140 metros de eslora, gigantesco, rodando en el mar, con unas condiciones". A cambio de esas dificultades, grabar en una localización real "te da un nivel de verdad espectacular". Al final, reconoce Dorado, pese a todo, "rodar en un barco es como un sueño hecho realidad. Yo creo que todo director quiere hacer estas cosas. En un barco, en un avión y bajo el agua".

Esas dificultades se traducían en espacios reducidos como los pasillos y los camarotes, en otros especialmente ruidosos como la sala de máquinas y zonas con un "calor sofocante". El director y productor ejecutivo de The Head explica que el carguero siempre tenía que estar con el motor encendido. Eso implicaba que, cuando grababan, el ruido estaba presente. Un ejemplo de lo que eso supone es que en una escena en la que los personajes de Hovik Keuchkerian y Enrique Arce "están hablando en la sala de máquinas, el sonido que oís es sonido real del barco y ellos están levantando la voz para poder escucharse como hacían en la vida real".

Lo que hicieron fue "apegarnos a la vida real lo máximo posible para que, dentro de que es un thriller high concept de un asesino suelto, tú tengas sensación de que está ocurriendo de verdad y estás dentro de barco. Por lo tanto, es esa combinación preciosa entre el high concept thriller, digamos, por llamarlo de alguna manera así como más americana, un concepto más de cine de espectáculo y aventuras, con un realismo casi documental. Eso era un poco lo que yo quería conseguir rodando de esta manera".

Su doble labor en la producción y la dirección le convierte en "responsable final de todo, del acabado artístico y del presupuestario". Por otro lado, aunque obliga a entrar en el "aburrido" juego "de números y de recursos", para Dorado tiene algo bueno y es que puedes decidir en qué gastar más empleando medios en un apartado y ahorrándolos de otro lado. "De alguna manera, también puedes hacer un uso pasional de los recursos, por decirlo de alguna manera", resume.

Para el director de películas como Objetos y Mindscape y series como Feria y El Ministerio del tiempo, rodar una "una temporada completa de una serie es más parecido a lo que es rodar una película (...) Me divierte más hacer temporadas completas que episodios sueltos en otras series, que también es estimulante, porque pruebas otros mundos, otra gente, trabajas con otros directores de quienes también aprendes... Es un oficio fascinante, a mí me divierte mucho". The Head es un thriller, un género en el que él se siente muy cómodo y en el que ha trabajado mucho, aunque "me apetece probar cosas, me apetece mucho hacer un melodrama, una comedia... Creo que como director no hay nada más increíble que poder saltar de un género a otro".

El anuncio de la segunda temporada de The Head fue una sorpresa. Si habrá tercera o no, es algo que no se sabe aún, pero de lo que está seguro su director es de que la historia daría para una más. Sobre todo, visto ese final. "Esa decisión fue mía, ese momentito justo final de cómo aparecen las cosas, fue una idea mía. Igual que en la primera temporada habíamos dejado al espectador satisfecho y cerrado, tenía la necesidad de dejarlo un poquito colgado, con todo cerrado, pero un poquito colgado, deseando que hubiera un séptimo capítulo que no aparece ahí en al plataforma para darle al play. Esa sensación cuando a mí me la hacen me gusta mucho y creo que sí, da para seguro una temporada más, nunca sabes", concluye.

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