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Resultados Caixabank gana 1.705 millones en 2019, un 14,1% menos por los costes de su ERE

El ajuste de plantilla supuso un gasto de 978 millones, con un impacto neto directo de 685 millones en la cuenta de resultados.

Una oficina de Caixabank en Barcelona. REUTERS/Yves Herman
Una oficina de Caixabank en Barcelona. REUTERS/Yves Herman

Servimedia

El Grupo CaixaBank obtuvo un beneficio atribuido de 1.705 millones de euros durante el pasado ejercicio, lo que supone un descenso interanual del 14,1% que se explica por el gasto asumido para financiar el ajuste en la plantilla acordado con sindicatos y que supondrá la salida de 2.023 personas.

Se trata de un cargo bruto de bruto de 978 millones que si no existiese permitiría crecer al resultado un 20,4% y alcanzar los 2.390 millones de euros, según precisó la entidad este viernes a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

La rentabilidad del grupo medida en activos tangibles o RoTE se eleva así hasta el 10,8% al depurar también dicha partida.

El coste del ERE tiene un impacto neto directo de 685 millones en la cuenta, pero le permitirá cosechar ahorros a futuro de 200 millones al año.

Sin este atípico que desvirtúa la última línea del resultado, Caixabank detalló que crece en negocio e ingresos. Sus ingresos core –margen de intereses más comisiones -, se incrementaron un 1,2% y ascendieron a 8.316 millones.

La contribución al resultado del Grupo por negocios fue principalmente de la actividad bancaria y de seguros, que aportó 1.060 millones; seguido por la aportación de las empresas participadas, con 313 millones, y la filial lusa y BPI (332 millones).

Con una base de 13,7 millones de clientes en España, CaixaBank subrayó es el banco principal para uno de cada cuatro clientes minoristas, y ha reforzado su liderazgo en banca digital, con 6,5 millones de clientes digitales.

La dinámica comercial permitió que el negocio total que incluye los créditos y los recursos subiese un 4,7%, hasta los 611.692 millones. En concreto, el total de recursos de clientes se incrementó un 6,9%, con expansiones del 8,9% en los activos bajo gestión, "gracias al impulso del negocio y la recuperación de los mercados".

Por su parte, la cartera de crédito sana mostró un avance del 2,4% en el año, y el banco subrayó que ha logrado una subida "generalizada" en cuotas de mercado en los principales productos y servicios. Por ejemplo, en la cuota de ahorro a largo plazo su parte de la tarta de negocio bancario se elevó hasta el 22,5%, la de nóminas se situó en el 27,1% y la de financiación a empresas escaló al 15,1%, entre otras.

Por productos, el saldo administrado en ahorro a la vista creció un 8,8%; el patrimonio gestionado en fondos de inversión, carteras y sicavs en un 6,3%; y en seguros un 7,5%.

El crédito bruto a la clientela aumentó a su vez un 1,2%, de la mano de progresiones del 7,2% en la financiación a empresas; y del 13,8% en el crédito al consumo, pese a que el saldo en cartera hipotecario descendió un 3,5% ya que las familias continuaron con su desapalancamiento.

Este pulso de la dinámica comercial se tradujo en un aumento del 0,9% en el margen de intereses, pese al escenario de tipos al cero por ciento; mientras que los ingresos por comisiones aumentaron un 0,6%.

El margen bruto descendió, sin embargo, un 1,8%, al caer un 48,5 los resultados de entidades participadas. El desplome de la partida es porque este año ya no cuenta con los resultados del pasado en Repsol después de haber enajenado su participación accionarial y por la reclasificación contable que efectuó de BFA, el banco de Angola de BPI.

Sin considerar ambas aportaciones, el margen bruto crecería un 3%. La parte final de la cuenta está penalizada por los gastos del ERE acordado con los sindicatos y los pagos en el último trimestre al Fondo Único de Resolución por importe de 103 millones (97 millones en 2018).

Sin embargo, se produce una fuerte reducción de cargas inmobiliarias como consecuencia de la venta del negocio inmobiliario, formalizada en el cuarto trimestre de 2018.

En el año, los saldos dudosos se redujeron en 2.401 millones de euros de la mano de ventas de carteras. Su ratio de morosidad bajó así al 3,6% (-108 puntos básicos en 2019) y se convierte en la más baja que ha alcanzado la entidad hasta ahora.

En cuanto a la solvencia, su ratio de capital de máxima calidad CET1 alcanzó el 12% al cierre del ejercicio frente al 11,5% del año anterior, pese al impacto negativo de los extraordinarios.

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