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Resultados trimestrales La gran banca multiplica por cuatro sus ganancias en España al abrigo del escudo social, la recuperación y las comisiones

Las cinco entidades del Íbex 35 cierran el primer semestre del año con unos beneficios netos en el mercado doméstico de casi 3.800 millones de euros con los que el negocio regresa a los niveles previos a la pandemia, de los que sigue lejos la economía nacional.

Sedes de los cinco mayores bancos de España: Santander, BBVA. Caixabank, Sabadell, y Bankinter.
Sedes de los cinco mayores bancos de España: Santander, BBVA. Caixabank, Sabadell, y Bankinter. EUROPA PRESS

La gran banca española del Íbex35 ha cuadriplicado con creces sus beneficios en la primera mitad de este año frente a los obtenidos en el mismo periodo de 2020, el primer semestre de la crisis del coronavirus, con lo que regresa a los niveles de ganancias previos a la pandemia y muestra un ritmo de recuperación vertiginoso en comparación con el que ofrece la economía nacional.

Los resultados semestrales que han remitido en los últimos días a la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores) los cinco grandes bancos que cotizan en el selectivo español, Bankínter, BBVA, CaixaBank, Sabadell y Santander, recogen unas ganancias conjuntas de 3.773 millones de euros frente a las de 911 declarados en el mismo periodo del año anterior, en el que todavía no se había producido la absorción de Bankia por CaixaBank. Si se incluye el negocio internacional, los beneficios de los cinco grandes bancos suman 8.224 millones.

Los resultados del negocio de la gran banca en España superan con claridad (20%) a los conseguidos en todo el ejercicio pasado, cuando se situaron en 3.141 millones de euros tras un tormentoso año de intensa crisis en su primera mitad y de rebote en la segunda, y superan al ritmo de 2019, cuando, en pleno proceso de recuperación de la economía, lo cerraron con unas ganancias de 6.581 millones en el ámbito doméstico.

La progresión del sistema productivo y comercial español está siendo mucho más lenta que la de su pata financiera, según indican los datos de la Contabilidad Nacional que este viernes hizo públicos el INE (Instituto Nacional de Estadística), que reflejan una mejora del 8,45% del PIB entre el primer semestre de 2020 (540.799 millones de euros a precios de mercado) y el de 2021 (586.519).

La proporción de los resultados netos que ha obtenido la banca en España entre esos dos mismos periodos de tiempo alcanza el 414%, un crecimiento casi cincuenta veces mayor (49) que el del PIB.

La progresión es proporcionalmente menor, aunque cuantitativamente superior, en el balance del negocio global de los cinco grades grupos bancarios españoles por la fuerte presencia exterior de Santader y BBVA, que obtienen en el extranjero casi el 90% de sus beneficios.

En ese espacio, y descontando los ajustes contables y de saneamiento que se aplicaron los dos gigantes, especialmente intensos en el caso de Santander, que se anotó un resultado negativo de -10.798 millones que arrastraba formalmente a los ‘números rojos’ a todo el sector, la mejora de las ganancias es ‘solo’ del 127% al pasar de 3.619 a 8.224 millones de euros.

Volver a repartir los beneficios como dividendos

"La comparación interanual puede engañar porque en el mismo periodo del año pasado los bancos tuvieron grandes pérdidas, y eso provoca un sesgo alcista de los resultados de este", explica Julio Rodríguez López, expresidente del Banco Hipotecario y miembro de Economistas frente a la Crisis, que apunta que los del último periodo "parecen muy dirigidos a poder repartir dividendo".

CaixaBank, por ejemplo, anunció este viernes su intención de repartir "en un único pago en el ejercicio 2022" el "50% del beneficio neto consolidado ajustado por los impactos extraordinarios relacionados con la fusión con Bankia" tras la decisión del BCE (Banco Central Europeo) de "no extender su recomendación" de no remunerar a los accionistas antes de octubre.

En cualquier caso, anota Rodríguez, "se está produciendo una mejoría sustancial [de la marcha del negocio bancario], y se están reduciendo las provisiones" para hacer frente a riesgos ya que "al final los créditos fallidos no han sido tantos como se preveía". "Al haber pasado el peligro pueden recurrir a esas provisiones", señala.

Esa estrategia, que además de con el inicio de la crisis coincidió con la prohibición temporal del BCE (Banco Central Europeo) de repartir los beneficios entre los accionistas como dividendo, afectó directamente a los resultados del año pasado, en el que los entonces seis grandes grupos bancarios españoles provisionaron a nivel global más de 25.000 millones para hacer frente a futuras pérdidas e impagos. Algo más de la mitad de esa cifra (13.107) estaba directamente relacionada con la crisis de la Covid-19.

Parte de esos beneficios apalancados, junto con otros provisionados en los primeros meses de este año, servirán para financiar los procesos de despido colectivo y salidas voluntarias que mantiene abiertos el sector y que solo en el primer semestre de este año han supuesto más de 15.000 bajas, parte de las cuales se irán ejecutando en los próximos meses.

Para entonces, una de cada diez personas que trabajaba en el sector bancario antes de la pandemia habrá dejado de hacerlo, dentro de un proceso que se habrá llevado por delante el 40% de la ocupación de ese ramo desde 2008, cuando comenzó la anterior crisis y, con ella, el proceso de reestructuración financiado con fondos públicos.

Las claves de la mejora y el debate que no se abre

Los informes de resultados que los bancos han remitido a la CNMV coinciden en señalar, explícitamente en unos casos y de manera implícita en otros, dos vectores como la base de esa mejora: el mayor volumen de contratación de créditos, en parte al socaire de los avales del ICO integrados en el ‘escudo social’ y en parte por la propia mejora de la economía, que ha vigorizado el margen de intereses y ha llevado a hitos como que Sabadell registrara el mejor trimestre de su historia en el negocio hipotecario, y el aumento de las comisiones que cobran a sus clientes.

El rendimiento neto de estas últimas vuelve a superar los 800 millones al mes en España, donde, con un total de 4.876 entre enero y junio, suponen más de una tercera parte del negocio (el margen de intereses aporta 8.947) y se consolidan, si no lo habían hecho ya con anterioridad, como el factor clave para la supervivencia del negocio bancario, que sin ellas sería claramente deficitario puesto que su montante supera en un 66% al de los beneficios.

El aumento de las comisiones, los conceptos por los que se aplican y sus crecientes cuantías, por un lado, y, por otro, el avance de la digitalización, que alcanza al 70% de los usuarios en entidades como CaixaBank mientras otras como BBVA reseñan que el volumen de transacciones virtuales se ha duplicado mientras el que se realiza en las oficinas ha caído a menos de la mitad, parecen invitara abrir una reflexión, o un debate, que no acaba de plantearse abiertamente en las esferas institucionales.

También se han producido enajenaciones de activos y operaciones financieras, entre las que destaca la venta de la aseguradora Línea Directa por parte de Bankínter, que ha disparado los resultados semestrales del grupo en 896 millones de euros para situarlos en 1.140 y multiplicar por 18 los del año pasado.

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