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Cien días entre recortes

El Gobierno empieza a notar el desgaste en apenas tres meses tras el fracaso en Andalucía y por la movilización social contra sus ajustes. El equipo de Rajoy, más preocupado en cumplir con las obligaciones de Bruselas, dice sentirs

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El Gobierno de Mariano Rajoy se estrenó con un tijeretazo histórico tras un aumento inesperado del déficit. 'Es sólo el inicio del inicio', dijo entonces la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría. Promesa cumplida. El PP ha concluido sus primeros cien días al frente del Ejecutivo con los recortes presupuestarios más duros de la democracia.

Y no sólo ha sido eso. La aprobación de la amnistía fiscal, el freno a la Ley de Dependencia, la rebaja de las ayudas de políticas activas de empleo, subida de impuestos, del gas y de la luz y, sobre todo, la reforma laboral, que ha provocado la primera huelga general contra Rajoy, han elevado el malestar social, más que evidente tras las manifestaciones multitudinarias del 29-M.

Apenas han pasado tres meses y los conservadores ya notan el desgaste tras su batería de ajustes. Los conservadores saben que ante nuevos recortes, la calle responderá, como reconoció el propio Rajoy antes de aprobar la reforma laboral y como ya han avisado los sindicatos.

'Aquí hay un presidente del Gobierno que va a dar la cara', prometió Rajoy

'Aquí hay un presidente del Gobierno que va a dar la cara y no se va a esconder, prometió Rajoy el 10 de enero. De momento, poco se sabe de él. Y ya no es sólo por sus escasas intervenciones. Su blindaje ante las críticas pasa por dejar que sea su equipo el que salga a dar la cara en los momentos más comprometidos, como en la presentación de los Presupuestos, en la subida fiscal o con la reforma laboral.

Los recortes pasan factura y una de ellas es el fracaso en las elecciones en Andalucía, región donde el PP se las prometía muy felices para conseguir la mayoría absoluta. Los resultados podrían debilitar a un Gobierno cuya principal preocupación no es, precisamente, el descontento de la ciudadanía si no es en clave electoral. Lo que verdaderamente le inquieta al Ejecutivo es cumplir con Bruselas. Prueba de ello es la velocidad con la que los conservadores salen a defender la solvencia de la economía española tras la implantación de sus medidas ante el temor, que los especuladores se encargan de dejar siempre en el aire, de un posible rescate.

Hoy mismo, Luis de Guindos, ministro de Economía y Competitividad, ha querido demostrar, en una entrevista en La Razón, que el 'amplio programa de reformas emprendido por el Ejecutivo restaurará la confianza en los mercados'. Por su parte, el titular de Exteriores, José Manuel García Margallo, mostraba su confianza en que 'España es capaz de cumplir con los compromisos y obligaciones contraídos con la Unión Europea'.

'España necesitaba reformas sin más dilación y eso es lo que se ha hecho', defiende el Ejecutivo

Y es que el Gobierno de Rajoy está 'orgulloso' del trabajo realizado durante sus primeros cien días, según fuentes del Ejecutivo, citadas por Efe. 'España necesitaba reformas sin más dilación y eso es lo que se ha hecho, poner en marcha una agenda reformista que aún no ha terminado de escribirse', han subrayado las fuentes antes de avisar de que en los próximos meses el Consejo de ministros aprobará nuevas medidas. 

La fijación es clara: ganar credibilidad en el exterior. Y en este sentido, el Gabinete de Rajoy recuerda la serie de declaraciones que ha habido por parte de representantes de las instituciones europeas y de los gobiernos de los países miembros de la UE elogiando la 'firmeza' del Gobierno español.

Mañana, Rajoy se arropará con los suyos en Génova en la puesta en marcha del nuevo Comité Ejecutivo Nacional del PP, compuesto en el congreso de Sevilla de febrero, que además le servirá para mostrar su apoyo al derrotado Javier Arenas. La consigna de la dirección nacional del partido es nítida: explicar los aspectos de las cuentas públicas que a partir de mañana iniciarán su tramitación parlamentaria y defender al Gobierno de las críticas de la oposición y de los sindicatos.

Entre tanto, el PP pretende reducir los plazos para acelerar los ajustes. Los conservadores han presentado unas enmiendas al proyecto de Ley de Estabilidad Presupuestaria que permitirían acortar un mes el tiempo en el que las administraciones públicas deberán aprobar los planes económico-financieros o de reequilibrio para corregir los desajustes de sus presupuestos, informa Europa Press.

Según prevé el Gobierno, la Ley de Estabilidad Presupuestaria entrará en vigor el próximo mes de mayo. Tras el rechazo en el Pleno del Congreso de este jueves de las cuatro enmiendas de devolución presentadas contra el proyecto por la Izquierda Plural (IU-ICV-CHA), BNG, ERC y CiU, el texto pasará el martes al proceso de ponencia, donde un grupo de diputados de todas las fuerzas políticas presentes en la Comisión de Hacienda redactrán, a puerta cerrada, un informe en base al texto remitido por el Plenario y a las enmiendas parciales que se acepten de entre las más de 200 que se han presentado. 

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