Otras miradas

Inés Arrimadas: ¿Madera de lideresa?

Marta Nebot

Periodista

La portavoz de Ciudadanos, Inés Arrimadas, momentos antes de una comparecencia en el Congreso de los Diputados. EFE/Ballesteros
La portavoz de Ciudadanos, Inés Arrimadas, momentos antes de una comparecencia en el Congreso de los Diputados. EFE/Ballesteros

Arrimadas es una mujer inteligente, una polemista brillante y da buena imagen, además de tenerla; siempre se la ve discreta y elegante, aseada y confiable y, por todo eso, los medios la adoran. Más allá de que unos la quieran más que otros, la cámara la ama y los que viven de los audímetros (particularmente los de derechas) la veneran, pero Inés, en cualquier caso, nunca viene mal en ninguna mesa.

Quizás, por eso, porque vivimos en dictadura mediática (los medios mandamos tanto que a esto no se le puede llamar democracia), ella va de líder de Ciudadanos, como si ya hubiera sido votada en primarias.  Cierto es que los procesos internos de ciudadanos nunca brillaron mucho, salvo por su ausencia o presuntos pucherazo   pero, aunque solo sea por disimular, siempre los hicieron y esta vez, sin embargo, van a esperar un trimestre para votar a su líder y candidat@. Unos dicen que para decantar la derrota y que es lo que mandan los estatutos; otros que así Inés se desgastará antes de llegar.

Mailing electoral de Ciudadanos para las elecciones de noviembre de 2019. E.P.
Mailing electoral de Ciudadanos para las elecciones de noviembre de 2019. E.P.

Pero, más allá del cuándo, la cuestión es: ¿tiene o no tiene madera para dirigir al partido naranja? Me dicen gentes que lo han visto todo de muy cerca que es una buena intérprete de los guiones de otros. "Inés siempre fue solo una marioneta. Todo lo que hizo y dijo fue guión, incluidos los numeritos en el Parlament sacando banderas y cartelitos", llegan a afirmar. "No tiene criterio; no es válida", sentencian excompañeros suyos. Y, para terminar de machacarla, me dicen mis fuentes (obviamente contrarias a ella): "Se hace responsable del fracaso a Albert Rivera pero en la papeleta de Ciudadanos estaba también su jeta", en referencia al sobre electoral de los naranjas.

Además "se le iba a la tercera vía (su marido era de Convergencia)", me dicen los críticos dentro del partido contrarios a llegar a acuerdos con los socialistas; en oposición a los que le piden a Arrimadas, precisamente, que vuelva a esa vía más pactista.

Hoy, el vicepresidente de Castilla y León y líder autonómico de Ciudadanos, Francisco Igea, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno de su comunidad, ha declarado que competirá por el liderazgo nacional del partido si no hay cambios organizativos y de estrategia antes del Congreso del 15 de marzo. Igea se cuenta entre los críticos que piden "un partido que sea capaz de acuerdos a izquierda y derecha" y que termine con el "riverismo" que mantenía en la cúspide a un líder alejado de la realidad. Sin embargo, no da a la hasta ahora segunda por amortizada: "No es una discusión de personas, ya que es evidente que las características personales y políticas de Arrimadas la hacen excelente, la mejor candidata", ha afirmado. Se trata, en su opinión, de que los partidos son "más que sus líderes" y de que hay que analizar "estrategias y organizaciones". Igea, se encuentra entre los que quieren un partido más abierto, que no expulse a la disidencia, ni criminalice a la discrepancia, como dicen que ocurre en los despachos naranja.

En cualquier caso, a Inés Arrimadas, tanto para los que no la dan por válida como para los que le exigen un partido más democrático, ha llegado el momento de demostrar de qué madera está hecha; le va a tocar hacerlo muy embarazada.

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