Este artículo se publicó hace 3 años.
Alemania celebra este domingo las elecciones al Bundestag que ponen el punto y final a la era Merkel
Alrededor de 60,4 millones de alemanes están convocados a votar. Casi tres millones de jóvenes votarán por primera vez, la gran mayoría de ellos solo han conocido en su vida a una persona como canciller, Angela Merkel.
Alrededor de 60,4 millones de alemanes están convocados a votar este 26 de septiembre en las vigésimas elecciones generales que suponen además el fin de 16 años de "era Merkel". Por primera en 72 años -a excepción lógicamente de las primeras elecciones generales en 1949- entre los aspirantes no se encuentra la persona que ocupa la Cancillería.
Casi tres millones de alemanes pueden votar por primera vez, la gran mayoría de ellos jóvenes que, a las dudas habituales sobre a quién elegir, suman el dato cronológico-político de que solo han conocido en su vida a una persona como canciller, Angela Merkel.
Son de una generación especial, unos 2,8 millones de personas que el 26 de septiembre se enfrentan a la decisión de elegir al sucesor o sucesora de quien, durante la mayoría de sus vidas, fue la jefa del Gobierno y hasta recibió el apodo de "madre" de la Nación. "No conozco otro Gobierno. Nací en 2002 y ella es canciller desde 2006, así que no recuerdo ese pequeño espacio de tiempo" sin Merkel, reconoce a Efe Sophie Reese, estudiante de Farmacia en la Universidad de Kiel (norte), de 19 años.
Los sondeos más recientes pronostican el triunfo del Partido Socialdemócrata (SPD), cuyo candidato a la Cancillería, el actual vicecanciller y ministro de Finanzas, Olaf Scholz, se ha alzado como ganador en los dos "duelos a tres" televisados, claramente por delante del conservador Armin Laschet y la verde Annalena Baerbock.
Las urnas ofrecerán posibilidades pero el Gobierno al final saldrá de las negociaciones entre los partidos, algo que no es raro en una democracia parlamentaria como la alemana comenta Rodrigo Zuleta en EFE.
Sin embargo, a lo largo de la era de la canciller Angela Merkel se ha consolidado un cambio en el sistema de partidos que hace que los votantes realicen su elección sin saber qué tipo de Gobierno saldrá con su voto. "La situación es cada vez menos clara para el votante", ha dicho el politólogo Wolfgang Merkel, en declaraciones al diario "Süddeutsche Zeitung".
Las encuestas le dan todavía al Partido Socialdemócrata (SPD) entre el 25 y el 26%, al bloque conservador, formado por la Unión Cristianodemócrata (CDU) -el partido de Angela Merkel- y la Unión Socialcristiana (CSU), entre el 21 y el 22%, y a Los Verdes entre el 16 y el 17%. El Partido Liberal (FDP) obtendría entre el 11 y el 12%, lo mismo que la ultraderechista Alternativa por Alemania, mientras que La Izquierda oscila entre el 6 y el 7%.
Dos bloques desaparecidos
Hasta 2005 se podía hablar de dos frentes claros entre los que los electores podían escoger. De un lado estaba la Unión Cristianodemócrata (CDU), junto con su ala bávara la Unión Socialcristiana (CSU) y el Partido Liberal (FDP,) y del otro el Partido Socialdemócrata (SPD) y Los Verdes.
Los Verdes eran vistos como socios naturales del SPD y los liberales, al menos desde 1982, como socios naturales de la CDU/CSU. Helmut Kohl gobernó 16 años aliado con el FDP. Gerhard Schröder llegó al poder en 1998, apoyado por Los Verdes, y la alianza le duró 7 años hasta que, en 2005, perdió las elecciones con Merkel por un estrecho margen.
La campaña de 2005 fue una campaña entre dos coaliciones posibles. De un lado, la coalición roji-verde que estaba en el poder y de otro una posible coalición de la CDU/CSU con el FDP. Al final ninguna de las dos opciones logró una mayoría suficiente lo que desembocó en la primera gran coalición. Numéricamente había otras opciones.
El SPD de Schröder hubiera podido formar un tripartito con Los Verdes y La Izquierda, aunque este último partido se había creado justamente contra las reformas de los sistemas sociales de Schroder.
En la CDU llegó a hablarse por primera vez de una llamada coalición "Jamaica", con Los Verdes y el FDP, cuyo color es el amarillo, lo que sumado al negro de la CDU/CSU coincide con los colores de ese país antillano.
Coalición Jamaica como opción
De la primera variante ni siquiera llegó a hablarse. De la segunda se habló en la CDU/CSU, Los Verdes reaccionaron con cierto escepticismo pero se mostraron dispuestos a dialogar mientras que los liberales descartaron cualquier pacto que incluyera a los ecologistas.
Doce años después, tras dos grandes coaliciones y una legislatura a la que a Merkel le alcanzó para formar una alianza con el FDP, se volvió a hablar de la coalición Jamaica como una opción y llegó a haber negociaciones bastante avanzadas que, cuando parecían a punto de tener éxito, fueron abandonadas súbitamente por los liberales.
El fracaso de las negociaciones llevó a la tercera gran coalición, que ni la CDU/CSU ni el SPD habían querido. Así, quienes fortalecieron al FDP en 2017 -el partido se había quedado fuera del parlamento en 2013- terminaron creando una situación que terminó llevando a una nueva gran coalición.
Durante un tiempo se habló de una alianza entre la CDU/CSU y Los Verdes como el nuevo tipo de coalición que podía hacer frente a retos como la crisis climática.
La posibilidad de "Jamaica" sin la figura de Angela Merkel tiene menos posibilidades que hace cuatro años de lograrse
Sin embargo, ahora Los Verdes ven una alianza con los conservadores como una última opción. Su preferencia sería una coalición con el SPD y el SPD también quisiera tener esa alternativa para la que actualmente ninguna encuesta da mayoría. Necesitarían al FDP cuyo líder, Christian Lindner, dice que le falta fantasía para imaginarse un acuerdo con esos dos partidos.
Del otro lado está otra vez la posibilidad de "Jamaica", lo que sin la figura de Angela Merkel tiene aún menos posibilidades que hace cuatro años de lograrse.
Tripartito de izquierdas, una opción improbable
El candidato de la CDU/CSU Armin Laschet, desde que empezó a verse por debajo en las encuestas de intención de voto, ha intentado movilizar electores aludiendo el riesgo de que haya un tripartito de izquierdas, con el SPD, Los Verdes y La Izquierda.
Esa variante no es descartada por el SPD ni por Los Verdes pero es calificada de improbable, debido a las posiciones de La Izquierda en política exterior, con su rechazo a la OTAN y a las misiones militares y su postura ambigua ante la UE.
Del lado de La Izquierda la principal defensora de esa opción es la copresidenta del partido Susanne Henning-Welsow, que fue clave en las negociaciones en el estado federado de Turingia, que llevaron a un tripartito, con La Izquierda como socio mayoritario.
La clave de esas negociaciones fue renunciar a exigencias que tenían posibilidades de éxito lo que, a nivel federal, afectaría a las posiciones en política exterior. Una variante, de la que se ha hablado poco, es la de un gobierno roji-verde de minoría, tolerado por La Izquierda. Ello sería algo inédito en Alemania donde tradicionalmente hay desconfianza ante los gobiernos en minoría.
Laschet, un sucesor "B" para Merkel
El candidato del bloque conservador a la Cancillería, Armin Laschet, pugna por el poder desde su posición de sucesor natural de Angela Merkel, aunque lastrado por los sondeos y por su condición de "opción B" a tomar el relevo de la canciller.
Laschet fue una apuesta continuista, por pertenecer a la misma corriente que Merkel. Pero al mismo tiempo divergente, ya que ni el talante ni la gestión de Laschet siguen los parámetros de la canciller. Recién cumplidos los 60 años, padre de tres hijos, católico y abogado, Laschet emprendió la carrera hacia la Cancillería en marzo.
Baerbock, la apuesta joven y de cambio de Los Verdes
La candidata verde a la Cancillería, Annalena Baerbock, irrumpió en la campaña alemana prometiendo juventud y feminismo, ímpetu, cambio y "realismo radical", pero su inexperiencia, sus traspiés y un supuesto plagio le han pasado factura.
Unas y otras, las fortalezas y debilidades de la única candidata mujer, conforman el perfil de la primera apuesta en firme de Los Verdes por alcanzar la Cancillería y que finalmente, pese a que los sondeos apuntan que doblará los resultados de 2017, parece que va a quedar lejos de las expectativas.
Su nominación el pasado marzo llevó a su partido, por primera vez en la historia, a liderar de forma clara los sondeos de intención de voto. Superaron al bloque conservador de la canciller Angela Merkel, rozando el 26 % de los votos: los ecologistas aspiraban a todo. Aunque Baerbock y Los Verdes se han ido desinflando desde entonces, apuntan las encuestas, que sitúan actualmente al partido en tercera posición, por detrás de las dos formaciones tradicionales.
Scholz, un socialdemócrata pragmático
El ministro de Finanzas alemán, Olaf Scholz, ha sido la apuesta de su formación política, el Partido Socialdemócrata (SPD) para alcanzar la Cancillería tras ocho años como socio minoritario de la coalición presidida por Angela Merkel. Scholz, nacido en Osnabrück (norte de Alemania) en 1959, saltó al primer plano de la política durante la era del último canciller socialdemócrata, Gerhard Schröder.
Scholz, un socialdemócrata pragmático y perteneciente a la corriente más centrista de la agrupación, ha estado en la última legislatura al frente de la cartera de Finanzas y como vicecanciller en el equipo de Merkel.
Las bases del partido, cansadas de la gran coalición, no lo quisieron como líder de la agrupación y prefirieron al dúo formado por Saskia Eskien y Norbert Walter-Borjans. Sin embargo, cuando Eskien y Walter-Borjans tuvieron que escoger un candidato a la Cancillería recurrieron a Scholz sabiendo que era el más indicado para captar votos de centro y disipar los temores de un giro a la izquierda en la política alemana.
Lindner, actor clave para la gobernabilidad
Christian Lindner del Partido Liberal (FDP). Lindner se unió al FDP en 1995. Ha sido miembro de la Junta Ejecutiva del FDP en el estado de Renania del Norte-Westfalia desde 1998 y se convirtió en Secretario General del partido en este estado federado en 2004. El FDP se presenta como un actor clave para la gobernabilidad de Alemania.
Las encuestan señalan una intención de voto entre el 11 y 12% a FDP, ofreciendose como posible socio de gobierno tanto a los socialdemócratas de Olaf Scholz como a los conservadores de Armin Laschet.
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