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"Hoy no son la cruz y la espada, pero sí las constructoras, las mineras o las hidroeléctricas"

La carta enviada por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, a Felipe VI y el papa Francisco para que la Corona española y el Vaticano pidan perdón por la conquista ha tenido otra consecuencia: poner sobre la mesa el malestar de los pueblos indígenas con el estado mexicano.

Felipe VI y el presidente mexicano López Obrador junto a su esposa Beatriz Gutiérrez en México. / EFE

alberto pradilla

"Es paradójico que se den este tipo de peticiones cuando estamos inmersos en un proceso de recolonización por las corporaciones mineras, cerveceras, hídricas o eólicas. Es paradójico que se pida perdón a un poder imperial de hace 500 años cuando hoy mismo existe una recolonización corporativa de una profundidad estratosférica". Gilberto López y Rivas es un antropólogo mexicano que ejerció como asesor del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Fue miembro del Partido de la Revolución Democrática (PRD), la formación de la que viene el presidente López Obrador, aunque él se marchó en 2003, tres años antes de que el actual mandatario concurriese a las presidenciales por primera vez.

Sus palabras ponen de manifiesto el desconcierto con el que buena parte del movimiento indígena ha recibido la reclamación del jefe de Gobierno mexicano para que Felipe VI y el Papa Francisco pidan perdón por los crímenes cometidos durante la conquista. Comparten el rechazo por los agravios perpetrados hace 500 años, pero consideran que el Estado mexicano tiene también sus deberes sin hacer: no solo en relación con los últimos dos siglos sino también en el aquí y el ahora.

"Hoy no son la cruz y la espada, pero sí que son las constructoras, las mineras o las hidroeléctricas", dice, en referencia a uno de los símbolos de la colonización que López Obrador rescató durante su intervención del lunes en Centla, Tabasco, donde anunció el envío de las cartas a la Corona española y al Vaticano.
La reclamación de un proceso de memoria histórica y reconocimiento del genocidio no es una novedad. De hecho, López y Rivas recuerda que esta demanda ha estado presente, al menos, desde 1992, cuando se conmemoró la llegada de Cristóbal Colón al continente americano. "Estas solicitudes de perdón ante los procesos de conquista, etnocidio, genocidio, no son nuevos. En el marco del V Centenario de la colonización de América se dieron estos debates y discusión y, de alguna manera, se concretó la campaña de 500 años de resistencia indígena, negra y popular", explica. En su opinión, este es el punto de partida para que surjan experiencias como la del EZLN, que se levantó en armas el 1 de abril de 1994.

No obstante, desliga este fortalecimiento del movimiento indígena de la petición de López Obrador. "En la actualidad hay más de 500 conflictos por proyectos extractivistas o desarrollistas. Los pueblos están en resistencia frente a este proceso de recolonización. Lo que está en puerta es una renovada guerra. Los pueblos organizados van en aumento"; afirma.

El gesto de López Obrador no puede vincularse a un auge del movimiento indígena o de la demanda de memoria histórica en relación a la conquista. En realidad, tampoco se puede analizar el contexto indígena como algo global en todo el continente. La situación es bien diferente en Bolivia, donde gobierna Evo Morales desde 2006; México, el que López Obrador ha llevado a la izquierda al poder, pero buena parte del movimiento indígena lo observa con desconfianza; o Guatemala, el segundo país de América Latina en población originaria, pero con un sistema colonial y racista casi intacto.

Candidatos indígenas

"López Obrador es un cínico. Pide a España que se disculpe, pero permite que los capitales españoles amenacen las tierras"

El caso de México tiene sus peculiaridades. El movimiento indígena quiso presentar a su propia candidata, María de Jesús Patricio Martínez, Marichuy, a las elecciones que tuvieron lugar el 1 de julio de 2018. No logró reunir las firmas suficientes por lo que no pudo concurrir a los comicios. López Obrador les ofreció participar en las listas de Morena, pero estos lo rechazaron. Además, el EZLN siempre ha sido crítico con el mandatario de Tabasco. Le acusa de no buscar una verdadera transformación y vaticinan que su gestión será "una decepción".

"López Obrador es un cínico. Pide a España que se disculpe, pero permite que los capitales españoles amenacen las tierras", dice Carlos González, integrante del Consejo Nacional Indígena de México. Su posición es clara: rechaza las violaciones a los Derechos Humanos perpetradas durante la conquista, pero considera que hay que prestar atención a lo que está ocurriendo en la actualidad en México. Pone como ejemplo el Plan Integral Morelos, que consta de dos termoeléctricas en Huexca, estado de Morelos, que es desarrollado por la empresa de capital español Abengoa. López Obrador planteó (y ganó, aunque con una baja participación) una consulta sobre la infraestructura en el mes de febrero. Ese mismo mes fue asesinado Samir Flores, un activista contra el proyecto.

"Hay una nueva guerra de conquista, la guerra de conquista ha sido permanente. Primero fue con España, después la invasión europea, el régimen colonial y luego con el estado del México independiente. Ha sido un continuo de conquista, despojo, explotación, muerte y destrucción", dice el activista. En su opinión la reclamación de López Obrador no se puede observar como un resurgimiento de la conciencia indígena. "Este llegó en 1994, con el levantamiento del EZLN", afirma. En este sentido, hay que señalar un dato: la petición de perdón se interpreta como un "todo por los indígenas pero sin los indígenas".

Otra cosa es que, desde España, se haya enganchado este guante para deslegitimar a López Obrador, obviando que existe un sentimiento de agravio. "No decimos que estuvo bien lo que pasó, lo que decimos es que eso continua", aclara González. "Para que haya un resarcimiento hacia los pueblos originarios, que son y siguen siendo las víctimas de esta guerra de conquista, se ocupa mucho más que la disculpa de un rey". En este sentido, indica que ellos no hubiesen pedido la disculpa a Felipe VI ya que "no reconocemos a la corona".

México exige perdón

La carta enviada por López Obrador al rey y al papa ha generado malestar en España. En México, sin embargo, la reacción oscila entre el apoyo de los fieles de Morena, el partido de López Obrador, el rechazo y la burla de otras formaciones políticas y el escepticismo del movimiento indígena. Y esto es clave. Porque la preocupación de los indígenas de hoy se llama, por ejemplo, Tren Maya, una faraónica obra que atravesaría toda la península del Yucatán, que costaría entre seis mil y ocho mil millones de dólares pero que cuenta con el rechazo de muchas comunidades. Estas exigen al Gobierno de López Obrador que les consulte según lo regulado en el convenio 186 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que es el que gestiona las grandes obras en territorio indígena.

"El Estado mexicano tiene sus propias deudas, ha pedido perdón a gente con nombre y apellido. Las deudas son gravísimas", dice el historiador Pedro Salmerón, que ahora dirige el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México. En su opinión, es imprescindible aprender del pasado para "no repetir lecciones erróneas del liberalismo mexicano hacia las comunidades". Advierte que las vulneraciones de Derechos Humanos no vinieron únicamente de los gobiernos autoritarios, sino también de los liderados, por ejemplo, por Lázaro Cárdenas. Esto ya ha sido admitido por López Obrador, que al perdón del rey y del papa sumó un tercer punto: el perdón del propio estado mexicano.

El presidente de México, López Obrador, hizo público el lunes que ha enviado sendas cartas a Felipe de Borbón y el papa Francisco para que la Corona española y el Vaticano asuman su responsabilidad durante la conquista. En 2021 se cumplen 500 años de la toma de Tenochtitlán (la ciudad estado que se ubicaba en lo que ahora es la Ciudad de México) por parte de las tropas encabezadas por Hernán Cortés y el mandatario mexicano asegura buscar un plan conjunto para las tres instituciones promuevan un relato conjunto sobre lo ocurrido hace cinco siglos.
No parece posible que la Corona española pida perdón por conquista. El Vaticano asegura que el papa ya lo hizo en 2015. Ahora el movimiento indígena espera que López Obrador tenga en cuenta sus demandas cuando tiene en su mano hacer cambios.

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