Este artículo se publicó hace 11 años.
La ONU aumenta sus 'cascos azules' en Sudán del Sur
El Consejo de Seguridad aprueba el envío de otros 5.500 soldados ante el deterioro de la situación en el país, donde han muerto ya miles de personas
El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó este martes el envío de 5.500 efectivos adicionales a la Misión de las Naciones Unidas en Sudán del Sur (UNMISS) ante el deterioro de la situación en el país a raíz de los combates entre soldados leales al presidente, Salva Kiir, y al exvicepresidente Riek Machar.
En una resolución redactada por Estados Unidos y aprobada por unanimidad, el Consejo atendió la solicitud presentada el lunes por el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, y aprobó el incremento hasta los 12.500 efectivos -frente a los 7.000 actuales-. Además, las tropas de la UNMISS incluirán un componente policial de hasta 1.323 efectivos para reforzar la protección a los civiles y proporcionar ayuda humanitaria a los desplazados por la violencia, ha indicado la ONU en un comunicado.
La resolución estipula un plazo de quince días para su implementación y autoriza al secretario general a tomar las medidas necesarias para transferir recursos de otras misiones de paz en la región, como las desplegadas en República Democrática del Congo (RDC), Liberia, la región sudanesa de Darfur o Costa de Marfil, cuidando que esto no afecte los mandatos de esas operaciones. Asimismo, urge a los Estados miembros implicados a facilitar el despliegue de tropas y exhorta a todos los integrantes de la ONU a movilizar efectivos y recursos para la UNMISS.
Por otra parte, el Consejo de Seguridad también llamó al cese inmediato de hostilidades y a iniciar un diálogo, al tiempo que condenó los abusos de Derechos Humanos por todas las partes y advirtió de que los responsables deberán rendir cuentas. Durante la reunión del Consejo, Ban aseguró que ha pedido "tanto al presidente Salva Kiir como a los líderes políticos de la oposición que se sienten en la mesa de negociación y encuentren una salida política a esta crisis". El secretario general de la ONU también hizo alusión a las informaciones de violencia étnica en el país -Kiir es de etnia dinka y Machar de etnia nuer- y de ejecuciones extrajudiciales y defendió que "sean cuales sean las diferencias, nada puede justificar la violencia que ha envuelto a su joven país".
Ban subrayó que no puede haber una solución militar al conflicto y dejó clara su determinación a garantizar que la UNMISS cuenta con los medios para poder realizar su labor de proteger a los civiles. En este sentido, reclamó que "los ataques contra civiles y contra los 'cascos azules' de la ONU deben cesar inmediatamente". Asimismo, prometió que "Naciones Unidas investigará las informaciones de estos incidentes y de graves violaciones a los Derechos Humanos y crímenes contra la Humanidad" y "aquellos responsables tendrán que rendir cuentas personalmente". "Deberían saber que el mundo les está observando", recalcó.
En una rueda de prensa posterior, Ban agradeció al Consejo la aprobación de sus recomendaciones y a los Estados miembros la disposición de apoyar esa decisión, aunque advirtió de que el refuerzo de la UNMISS no solucionará la situación de la noche a la mañana. "Aún con las capacidades adicionales, no podremos proteger a todos los civiles que lo necesitan en Sudán del Sur. Las partes son responsables de poner fin al conflicto. Es una crisis política que requiere un solución pacífica y política", subrayó. "No hay tiempo que perder", concluyó.
Miles de personas han fallecido y más de 80.000 se han visto obligadas a huir de los enfrentamientos que estallaron el pasado 15 de diciembre, según la ONU, que ha rechazado calificar lo ocurrido como "conflicto étnico" y ha insistido en que se trata de una lucha por el poder. Más de la mitad de los desplazados han buscado refugio en las instalaciones de la UNMISS, y solo en la capital, Yuba, hay más de 20.000 refugiados en esas bases. El presidente de Sudán del Sur, Salva Kir, se comprometió hoy a proteger a los ciudadanos del país y llamó al fin de la violencia, tras los últimos combates entre militares y rebeldes encabezados por el exvicepresidente Riak Mashar. Tanto EEUU como la Unión Europea han enviado a sus emisarios especiales al país para tratar de conseguir un alto el fuego y dar inicio a unas negociaciones políticas.
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