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Putin promulga una ley para restringir la actuación de periodistas y medios de comunicación extranjeros

La norma permite también a las autoridades rusas prohibir un medio por publicar "información falsa" sobre la actuación del Ejército ruso.

El presidente ruso Vladimir Putin
El presidente ruso Vladimir Putin. Kremlin / Europa Press

Vladímir Putin ha firmado una ley que permite restringir la actuación de medios de comunicación extranjeros que operen en Rusia. La legislación permite que se pueden cerrar corresponsalías o retirar las acreditaciones a periodistas que proceden de otros países. Además, también otorga la potestad a las autoridades de Moscú de prohibir un medio si publica "información falsa" sobre el Ejército ruso. 

Después del visto bueno de la Duma (Parlamento ruso), la Fiscalía podrá, incluso, cerrar medios extranjeros. Esta norma sale adelante como respuesta a las limitaciones puestas por "los países inamistosos" a los medios rusos. Ejemplo de ello es el voto informativa a las agencias Russia Today y Sputnik por parte de la Unión Europea

Vasili Piskariov, representante del partido en el Gobierno, Rusia Unida, y uno de los impulsores de esta normativa, ha asegurado que la aprobación de esta medida es "un acto de justicia respecto a nuestros periodistas que han sido objeto de discriminación". 

Rusia alega que la decisión "permitirá a los órganos competentes rusos reaccionar rápidamente

Piskariov ha añadido que la decisión "permitirá a los órganos competentes rusos reaccionar rápidamente y dar una respuesta simétrica a las acciones hostiles" contra medios rusos en el exterior. De hecho, en un documento publicado en el portal oficial de información legal del país se señala que "en caso de la prohibición (o restricción) en el territorio de un país extranjero de las actividades de un medio de comunicación ruso, como medida de respuesta y en base a una decisión del fiscal general de la Federación Rusa o sus adjuntos, las actividades de un medio de comunicación extranjero (...) pueden ser prohibidas (o restringidas)". 

El regulador ruso de las comunicaciones ya bloqueó la web del periódico alemán Die Welt a petición de la Fiscalía general del país por publicar "información falsa que crea amenaza para la vida y la salud de los ciudadanos, así como para la seguridad social".

De la guerra mediática a la guerra armada

Mientras, el Ejército ruso continúa su invasión. Moscú ha perpetrado un ataque con misiles lanzados desde el mar Negro contra la ciudad de Vinnytsia, una ofensiva que ha causado al menos 22 muertos este jueves. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, definió esta actuación como un "acto abierto de terrorismo" y que utilizó como ejemplo para pedir un tribunal especial para juzgar la agresión de Rusia.

Según diferentes fuentes oficiales, de cuatro misiles Kalibr 3M-14E lanzados por Rusia, dos golpearon el centro de la localidad. Alcanzaron un edificio de oficinas, pero otras infraestructuras también resultaron dañadas.

El jefe adjunto de la Oficina del Presidente de Ucrania, Kyrylo Tymoshenko, ha indicado que "los rusos atacaron el centro de Vínnytsia con misiles de crucero Kalibr lanzados desde un submarino en el mar Negro". De los 22 fallecidos, tres son niños. Este hecho ha provocado que 91 ciudadanos busquen ayuda en instituciones médicas. 

52 personas han sido hospitalizadas

La Policía Nacional y el Servicio Estatal de Emergencias han reportado que hasta el momento 52 personas han sido hospitalizadas. Unas 34 estaban seriamente heridas y cinco se encuentran en estado crítico. La Fiscalía de Vínnytsia, que abrió un proceso penal por violación de las leyes y costumbres de la guerra y asesinato premeditado, ha explicado que tanto edificios residenciales como administrativos y oficinas sufrieron "destrucción y daños importantes".

Según el jefe de la Policía Nacional, Ígor Klymenko, un edificio de uno de los centros médicos también fue destruido en la ciudad, que contaba antes de la guerra con unos 370.000 ciudadanos. Más de 400 policías trabajan en el lugar y 12 grupos de investigación y operativos de la Policía Nacional y el Servicio de Seguridad "documentan otro crimen del Ejército ruso contra el pueblo ucraniano, un crimen cínico, cruel e insidioso que no puede tener justificación alguna", indicó.

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