Este artículo se publicó hace 2 años.
Andalucía, ¿un nuevo bastión del PP?
Las encuestas indican que el PP ganará las elecciones y dibujan un giro a la derecha en la región, pero ¿este efecto permanecerá en el tiempo? Politólogas y politólogos andaluces responden sobre el futuro político de la comunidad.
Madrid-Actualizado a
El 19 de junio los andaluces están llamados a las urnas. Los sondeos indican que el PP ganaría las elecciones, aunque sin llegar a la mayoría absoluta, en un escenario en el que necesitaría a Vox para poder gobernar. Mientras, la izquierda afronta la recta final de la campaña con un claro objetivo: movilizar a sus potenciales votantes para cambiar el mapa que dibujan las encuestas.
Tanto el PSOE como Por Andalucía han acogido en sus últimos mítines a líderes nacionales. Pedro Sánchez y Yolanda Díaz han arropado a sus candidatos instando a los ciudadanos andaluces a votar el domingo. Belén Fernández-García, investigadora postdoctoral en la Universidad de Málaga, explica a Público que la izquierda tiene serias dificultades para ganar, ya que "la tendencia parece clara y no se limita al período de campaña, sino que se viene gestando desde hace tiempo". Por su parte, José Manuel Trujillo, profesor de ciencia política de la Universidad Pablo de Olavide (Sevilla), señala que "en la parte de la derecha el voto está muy consolidado mientras que en la izquierda en general hay mayor indecisión; no obstante, a partir de un 65% o 70% de participación se podría alterar el escenario".
Esta desmovilización de los electores de izquierda se debe a "dos errores", según Francisco Collado, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Málaga: el primero es "la división a la izquierda del PSOE" en dos listas alternativas (Por Andalucía y Adelante Andalucía); el segundo, la elección del sevillano Juan Espadas como candidato. "En Andalucía hay una asociación histórica entre Sevilla y el resto de provincias, que se concibe desde el eje centro-periferia. Quizá un representante de otra provincia hubiera sido más seductor para los votantes socialistas", subraya el politólogo.
Manuela Ortega, profesora de Ciencia Política de la Universidad de Jaén, añade en la misma dirección que "la renovación del liderazgo del socialismo andaluz debería haber provocado una mayor movilización, un mayor entusiasmo por parte de sus bases, pero parece que esto no se ha producido hasta ahora". Aun así manifiesta que "la presencia de líderes nacionales, que aumenta la movilización, muestra que estos partidos no dan las elecciones por pérdidas".
Si el PP gana, ¿para cuánto tiempo?
Los últimos años han estado marcados por un aumento de la fragmentación en la oferta de partidos, también por una mayor volatilidad y por una menor identificación de los ciudadanos con las agrupaciones políticas. Algo que explica por qué las formaciones tratan de construir fuertes liderazgos en detrimento del peso del propio partido. No es casualidad que Juanma Moreno haya, prácticamente, escondido las siglas del PP durante la campaña.
Por lo tanto, cabe preguntarse si una victoria del candidato popular abre la puerta a que Andalucía se convierta en un bastión del PP a largo plazo. Si observamos los datos del CIS, podemos ver que la ideología de los votantes andaluces ha tendido a ir hacia el centro y la derecha. El siguiente gráfico recoge la distribución ideológica de los votantes en la encuesta preelectoral de octubre de 2018 y de mayo de 2022. En el último sondeo se aprecia un aumento de la densidad en el espacio del centro y de la derecha mientras disminuye en la izquierda.
No obstante, como afirma Trujillo, es prematuro hablar de un cambio estructural ya que este tipo virajes "siempre se producen cuando hay un cambio de Gobierno". Es habitual que algunos votantes apuesten por el caballo ganador tanto antes como después de las elecciones. Esto se conoce como efecto bandwagon o de arrastre. De hecho, Moreno Bonilla se beneficia de este efecto, alimentado por los sondeos que comenzaron a dibujar su ventaja electoral pocos meses después de que alcanzara el poder de la Junta.
Para Fernández-García, "también suma el hecho de que sea un candidato malagueño frente al 'centralismo sevillano' que suele imputarse al PSOE andaluz. En este sentido, la renovación del liderazgo del PSOE no ha sabido identificar las tensiones territoriales que se viven dentro de la comunidad andaluza, ofreciendo de nuevo un candidato sevillano que da cierta imagen de continuidad".
El difuso perfil de Macarena Olona
El perfil de Macarena Olona ha generado más dudas que certezas —no solo por su empadronamiento—, también por su papel en los debates, donde parece que no ha conseguido trasladar sus mensajes por su sobreactuación y porque los temas fundamentales han girado en torno al estado de los servicios públicos o el futuro del empleo en la comunidad. "La estrategia de Vox sobre Olona ha sorprendido en la medida que la candidata irrumpió con mucho ruido, se situó a la cabeza de todas las polémicas en la precampaña y ahora ha desaparecido del foco", considera Ortega. De hecho, llegó a abandonar la campaña durante tres días consecutivos.
El último revulsivo de la campaña de los de Santiago Abascal ha venido por parte de la líder italiana de derecha radical Giorgia Meloni, que ha caldeado el ambiente electoral con un discurso xenófobo, racista y cargado de lgtbifobia, con unas formas que superan, incluso, a las de la candidata andaluza.
"Es bastante probable que se repita el escenario de Castilla y León y que Vox forme parte del Gobierno"
Sin embargo, las encuestas otorgan al partido ultraderechista entre 15 y 20 escaños, por lo que "todo apunta a que va a ser un actor decisivo para la formación del siguiente Gobierno", asegura Fernández-García. "En este sentido, es bastante probable que se repita el escenario de Castilla y León y que Vox forme parte del Gobierno andaluz, lo que supondría afianzar la normalización de la derecha radical en las instituciones, así como sus principales proclamas, como es la negación de la violencia de género y la criminalización de la población inmigrante", advierte.
Ante un acuerdo de Gobierno entre la derecha radical y Juanma Moreno, los electores pueden llegar a dos planteamientos que son opuestos. Como explica Collado, los votantes pueden ver un acuerdo para gobernar desde criterios puramente "estratégicos y pragmáticos", pero también como una "traición y una deslealtad", tanto desde la izquierda como desde la derecha. Esto es, antiguos votantes del PSOE —que ahora respalden al candidato del PP— podrían abandonar su apoyo a Moreno Bonilla por permitir la entrada en el Gabinete autonómico a Vox. Y desde el lado derecho, potenciales votantes de la derecha radical que apoyen al PP podrían volver a Vox en unas futuras elecciones.
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.