Los nuevos impuestos solo cubren este año el 75% de las rebajas tributarias de la luz, el gas y el IVA de los alimentos
El tributo de solidaridad sobre los beneficios extraordinarios de las grandes eléctricas y gasistas y de las entidades financieras ha aportado 2.900 de los 4.800 millones que han generado de enero a agosto las nuevas figuras impositivas.
Zaragoza-
La mayor presión fiscal sobre las grandes fortunas y sobre las principales compañías energéticas y financieras no está resultando suficiente para compensar la merma de ingresos que están suponiendo para las arcas públicas las rebajas de los impuestos sobre la electricidad, el gas y los alimentos, con el IVA como eje, para socorrer a los hogares ante las carestías que está provocando la crisis inflacionista.
El Informe Mensual de Recaudación de la Agencia Tributaria de agosto cifra en 4.827 millones de euros la recaudación de los nuevos impuestos impulsados por el actual Gobierno, algunos de los cuales encadenan su tercer año de vigencia. Mientras, la merma de ingresos alcanza los 6.376, según la estimación de ese mismo documento y los anteriores.
Eso significa que al aumento de la presión fiscal sobre las grandes fortunas y sobre las principales compañías energéticas y la entrada en vigor de otras figuras impositivas solo ha conseguido enjugar el 75% del impacto de esas rebajas fiscales a las familias.
Esas nuevas figuras son las que gravan el uso de envases de plástico, las renqueantes tasas Tobin y Google sobre las transacciones financieras y los cibernegocios y el establecimiento de un tipo mínimo del 15% de la base imponible del Impuesto de Sociedades, en línea con los postulados de la OCDE, el G7 y el G20.
Y todo apunta a que ese nivel de compensación del 75% se irá reduciendo en los próximos meses, puesto que en el cálculo ya están contabilizados los ingresos anuales de los emporios mientras que para las mermas se abre un horizonte de crecimiento hacia el tramo final del año por el mayor consumo de energía con la previsible llegada del frío.
Eso sitúa al próximo Gobierno, o al actual en funciones en caso de repetición electoral, ante una peliaguda disyuntiva como la de mantener con el cambio de año las rebajas fiscales a los hogares, junto con otras medidas como los abonos del transporte o retirarlas y aprovechar la continuidad de los impuestos extraordinarios para reducir el descuadre. Esto en un escenario de repunte de la inflación y tras más de dos años de pérdida de poder adquisitivo generalizado (más de tres con el pandémico 2020).
El descuadre resulta mucho más elevado si la panorámica se abre a los casi tres años transcurridos desde que comenzó la aplicación de esas nuevas figuras impositivas, desde enero de 2021, y los dos desde que en septiembre de ese año comenzaron las rebajas en los impuestos de la electricidad, el IVA, el especial y el que grava el valor de la generación.
En ese caso, los ingresos desde enero de 2021 a agosto de 2023 se elevan a 5.761 millones de euros, mientras que las rebajas tributarias a los hogares suman una merma de 16.222, lo que sitúa el coste en 10.461, un 64,5% del total.
Las rebajas se concentran en el recibo de la luz, con 14.663 millones de euros que se desglosan en 3.884 de IVA (del 21% al 5%), 3.865 del impuesto especial (del 5,1% al 0,5%) y 7.094 del tributo sobre el valor de la energía generada (7%, suspendido), que la perversa regulación del mercado eléctrico lleva al precio final al permitir a las compañías productoras cargarlo en el precio de venta a las comercializadoras.
La partida se completa con 394 millones por la rebaja del IVA del gas, los pellets y la leña. Y con otros 1.165 de ese mismo impuesto a los alimentos más básicos, una medida cuya aplicación práctica deja bastante que desear según el seguimiento que de ella están haciendo organizaciones de consumidores como Facua.
Un impuesto con tendencia a crecer y otro a no llegar
El informe de recaudación de agosto destaca cómo dos de las nuevas figuras tributarias han provocado "la disminución del impacto negativo que están teniendo los cambios normativos" en su conjunto, y que hasta julio habían generado una pérdida de ingresos de 5.528 millones con rebajas como la deducción por maternidad, el IVA de los productos de higiene íntima, la menor presión sobre los salarios bajos o la desgravación por rehabilitación de vivienda.
"La razón principal de este menor impacto es la aportación positiva de dos medidas: el tipo mínimo del 15% en el impuesto sobre sociedades y el nuevo impuesto temporal de solidaridad de las grandes fortunas"
"La razón principal de este menor impacto es la aportación positiva de dos medidas: el tipo mínimo del 15% en el impuesto sobre sociedades y el nuevo impuesto temporal de solidaridad de las grandes fortunas", que han aportado, respectivamente, 538 y 619 millones de euros.
La primera de esas cifras se divide en 449 millones de grupos empresariales y 89 de grandes empresas (siempre con más de veinte millones de facturación). Y podría crecer, ya que "de momento solo se dispone de la información de las sociedades que presentaron su declaración a finales de julio, que son aquellas en las que el ejercicio fiscal coincide con el año natural".
La segunda incluye cal y arena en términos recaudatorios en un tributo que se mantendrá el año que viene, puesto que esos 619 millones suponen un aumento de los ingresos pero al mismo tiempo se quedan muy por debajo de las bonificaciones autonómicas en el impuesto de patrimonio que pretendían enjugar. Solo la Comunidad de Madrid, donde se concentra la procedencia de 555 millones (89%), perdonó 1.212 en 2021 (último año con datos disponibles). Mientras, la condonación de facto en Andalucía habría supuesto 107 frente a una recaudación de 29,6, y la del 25% de Galicia., de donde proceden 9,8, se acerca a los veinte.
La banca y las energéticas, la mitad de la recaudación
La mayor aportación procede del gravamen a los bancos y las energéticas, que se sitúa en el entorno de los 2.900 millones de euros tras un primer plazo de 1.454 (817,4 de las grandes eléctricas y gasistas y 637 de la banca) liquidado a principios de año y otro ingresado la semana pasada cuya cuantía no ha transcendido todavía, aunque fuentes de la Agencia Tributaria señalaron que "será similar al primero".
El que grava los envoltorios de plástico ha generado 402 millones de euros para las arcas estatales en sus primeros ocho meses de vigencia
De los otros tres nuevos impuestos, el que mayor volumen de recaudación está generando es el que grava los envoltorios de plástico, que ha generado 402 millones de euros para las arcas estatales en sus primeros ocho meses de vigencia.
Esa cifra se acerca a los dos tercios de la aportación que han tenido en sus casi tres años de vigencia cada una de las versiones locales de la llamada tasa Tobin, destinada a gravar las transacciones financieras, y de la tasa Google, sobre los negocios en la red, que han sido de 634 y de 658 millones de euros.
Las previsiones iniciales del Gobierno para estos impuestos de última generación apuntaban a aportaciones de 850 y 1.200 millones de euros anuales, respectivamente. El mejor año, que fue el pasado, se quedaron en 473, menos de una cuarta parte de las previsiones.
Por último, está el impuesto sobre los gases fluorados, que grava la utilización de fluidos que provocan efecto invernadero en actividades como el transporte y la conservación de alimentos en frigoríficos. Lleva camino de recaudar 900 millones de euros en su primera década de aplicación: acumula 840 desde enero de 2014 hasta agosto de 2023, periodo este último en el que los ingresos se sitúan en 82 millones.
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