En un país como España en el que ha costado tanto conquistar derechos, ¿qué está en juego estas elecciones generales?

El volver para atrás, la involución. Durante los gobiernos socialistas y este de coalición hemos avanzado mucho, por ejemplo contra el racismo, para conseguir derechos para todo el mundo, desarrollar la memoria histórica, la Agenda 2030, los derechos humanos... Todo eso está en juego. Sería un retroceso enorme. Hay un riesgo real de involución tras el 23J.

Usted luchó activamente contra la dictadura franquista, defendiendo a trabajadores y sindicalistas. Desde el punto de vista de los avances en derechos laborales, ¿qué puede venir?

En esta ultima legislatura se ha dado un avance importante en las relaciones entre la patronal y los sindicatos. Había que solucionar lo del salario mínimo, ante todo, y se han logrados acuerdos y se ha hecho pacíficamente. La reforma laboral, que ahora dice el PP que está bien, costó mucho sacarla adelante. 

En la dictadura se luchó muchísimo: había que defender la libertad sindical y mejorar las condiciones de los trabajadores. Ahora nos jugamos seguir en la senda del progreso para los trabajadores o ir a condiciones pésimas, como cuando Rajoy hizo su reforma laboral.

Vox no quiere a los sindicatos de clase, les ha retirado la financiación pública en Castilla y León y promete hacerlo en todos los lugares donde gobierne. 

También afecta a las ONG. Yo trabajo ahora mucho en el tercer sector. Nos llaman chiringuitos. Me estoy refiriendo a ONG como Cáritas, Cruz Roja o mi organización [MPDL], que son las entidades que están amortiguando muchas carencias de la sociedad. Para Vox somos chiringuitos los sindicatos y las ONG, pero son ellos los que crean chiringuitos. 

La legislatura que acaba ha estado marcada por el veto a la renovación del CGPJ por parte del PP.

Sí, es gravísimo. Es que ellos quieren dominar, nombrar a su manera, dirigir y si no dicen que la Justicia no es independiente. Esa es la concepción que el PP tiene de la Justicia, sin tener en cuenta las mayorías parlamentarias ni el cambio de mentalidad de la sociedad. Tenemos que intentar los jueces y el personal de la Justicia tengan unas condiciones económicas dignas; eso hay que solucionarlo. 

¿Cómo es la memoria histórica que defienden el PP y Vox?

Si se llegara a derogar la Ley de Memoria Democrática sería gravísimo. La reconciliación pasa por reconocer el daño causado a los vencidos. Eso tiene que estar claro. Lo que se ha hecho esta legislatura en el Valle de los Caídos ha sido impresionante, privando a ese espacio del significado de exaltación del franquismo. 

La memoria histórica de PP y Vox ya sabemos cuál es: negar lo que hizo la dictadura. 

Entre otras cosas, lo que hizo la dictadura fue mantener una censura férrea... y parece que vuelve.

Exacto. Solo por eso hay que movilizarse e ir a votar en contra de esta gente. Mire, en el Madrid del alcalde Tierno Galván en los ochenta había más libertad cultural que en el Madrid de Ayuso y han pasado 40 años... 

En 1965 usted montó la primera asociación vecinal de España. ¿Los movimientos sociales y vecinales qué pueden temer de un gobierno del PP y Vox?

La verdad es que la historia me ha situado en momentos cruciales. Es cierto que creé esa primera asociación de vecinos. Estas asociaciones han tenido un papel crucial para que llegaran los ayuntamientos democráticos, para que se acabara con el chabolismo, por ejemplo.
Yo creo que esta gente del PP y de Vox pasa de las asociaciones de vecinos, porque nada más llegar al poder se suben el sueldo y se olvidan de darles voz. 

En democracia, la participación de los vecinos es fundamental y hay que apoyar a esos movimientos que nutren la convivencia y reclaman soluciones para los problemas de los barrios.