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Un calamar gigante en el Caribe

El avistamiento de este animal de las profundidades marinas es el tercero de la historia y el primero en aguas de Estados Unidos.

Un calamar gigante ataca el cebo (en primer plano) en el Golfo de México. /EDIE WIDDER Y NATHAN ROBINSON

MALEN RUIZ DE ELVIRA

Sujeto de leyendas y temido por los navegantes antiguos, el calamar gigante es un animal muy poco conocido y tan difícil de observar vivo que solo ahora los biólogos marinos tienen los medios para intentar detectarlo en su hábitat natural, a gran profundidad. Una expedición dedicada a estudiar la vida marina profunda se ha llevado una agradable sorpresa cuando ha encontrado un ejemplar juvenil de calamar gigante en los vídeos filmados hace solo unos días en aguas del Golfo de México. El avistamiento ha tenido especial repercusión en Estados Unidos porque se ha producido en sus aguas territoriales, a solo 100 millas de la costa sur del país, aunque a una profundidad de más de 750 metros.

Hasta ahora, aparte de los ejemplares muertos hallados infrecuentemente en redes de pesca o en playas solo se había captado dos veces en video el calamar gigante, cuyo género es Architeutis (no se sabe cuántas especies existen). Las dos observaciones tuvieron lugar en aguas de Japón, la primera en 2006 y la segunda en 2012. En la segunda se utilizó el mismo cebo que ahora para atraer al cefalópodo, diseñado por la oceanógrafa Edie Widder, integrante de la expedición actual, financiada por la Oficina de Exploración e Investigación Oceánicas del organismo federal NOAA de EE UU.

Widder ha transmitido en el diario de a bordo la excitación en el equipo cuando descubrieron el 19 de junio el calamar, casi al final de las 120 horas de filmaciones que obtuvieron al desplegar cinco veces la cámara submarina Medusa, de control remoto y llamada así porque lleva un cebo luminoso especial que a las criaturas de las profundidades les parece este animal. "Todos los del equipo del barco se acercaron. Supimos inmediatamente que era un calamar pero como se acercaba derecho hacia la cámara, no se podía saber su tamaño", explica.

Después vinieron los cálculos (medía unos tres metros y medio) y todavía más tarde pudieron hablar con uno de los máximos especialistas en el calamar gigante y obtener la confirmación. Entremedias, y sin Internet por la tormenta, un rayo cayó sobre una antena del barco, a la que destruyó, y también se produjo una vía de agua.

Mientras tanto, la máxima preocupación de los científicos era que no se hubiera dañado el ordenador que contenía el material grabado. Tuvieron suerte y pudieron obtener la confirmación del experto cuando volvieron a tener Internet, aunque luego tuvieron que seguir con su trabajo como si nada hubiera pasado. Aunque no se sabe con certeza, se cree que la máxima longitud del calamar gigante es de unos 13 metros, contando sus dos tentáculos más largos, aunque la mayoría no pasan de los 9 metros.

Gamba gigante que vive a más de 1.000 metros de profundidad, comparada con una gamba normal de la misma zona./NOAA

Gamba gigante que vive a más de 1.000 metros de profundidad, comparada con una gamba normal de la misma zona./NOAA

La expedición de dos semanas para estudiar lo que los científicos llaman la zona de medianoche, o batipelágica (más de 1.000 metros de profundidad) en aguas de Estados Unidos ha dado otros frutos, como las gambas gigantes. El gigantismo en los invertebrados es relativamente frecuente a esas profundidades, explica Tamara Frank, pero el número de ejemplares es muy escaso, aunque ellos lograron sacar uno. Pasa con el calamar y pasa con la gamba (del género Acanthephyra), porque hay poca comida. Además, seguramente estas gambas no son comestibles, lo mismo que sucede con el calamar gigante por su alto contenido en amoníaco.

El avistamiento del calamar se produjo muy cerca de las plataformas petrolíferas de aguas profundas del Golfo de México, una zona muy estudiada, lo que hace pensar que la clave del éxito fue el cebo, que no ilumina el agua como el resto de vehículos no tripulados y ahuyentan a estas criaturas. Sin embargo, Widder y su compañero Sönke Johnsen creen que el calamar gigante se puede extinguir por cambios producidos por el hombre, como estas plataformas, antes de ser estudiado a fondo en su hábitat y que trabajos como el actual contribuyen a visibilizarlo y aumentar la conciencia social sobre este animal legendario, cuyo ojos son los más grandes del mundo y cuyo único depredador natural es el cachalote. "No hemos encontrado un monstruo", dicen. "Lo que el vídeo muestra es un animal sorprendido por su equivocación que se aleja después de atacar algo que parecía atractivo pero que claramente no era comida".

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