La falta de protocolos y prohibiciones sobre temperaturas máximas y mínimas en las residencias provoca que algunos residentes tengan que soportar hasta 40º en sus habitaciones y las zonas comunes de los centros de mayores cuando llega el verano. Así lo han denunciado las familias de la Asociación Plataforma por la Dignidad de las Personas Mayores en las Residencias (Pladigmare).

La organización ha asegurado que se trata de una situación que "se repite cada año" durante el período estival y se ha mostrado muy crítica con la actitud de las autoridades competentes quienes, pese a sus advertencias, todavía "no han asegurado la climatización de los edificios". 

Las olas de calor son cada vez más prolongadas y presentan mayores temperaturas, consecuencia de la crisis climática. Sin embargo, desde Pladigmare han señalado que en algunos centros ni siquiera se modifican bajo norma cosas tan básicas como los horarios de paseo, la frecuencia de hidratación, la vestimenta o la adaptación de los menús durante estos meses.

"Esta problemática se ve agravada por la disminución del personal como consecuencia del disfrute de las vacaciones veraniegas y del dimensionamiento de las plantillas existentes, que no tienen en cuenta estas circunstancias", han explicado las familias, que ponen como ejemplo de mala gestión el caso de la Comunidad de Madrid.

Sin requisitos sobre temperaturas máximas en las privadas

En la autonomía que gobierna Isabel Díaz Ayuso, las residencias de titularidad pública autonómica —43 sobre un total de 500—, tienen, en su mayoría, sistemas de calefacción y climatización. Pero, tal y como explica Pladigmare, sólo existe un requisito mínimo exigible relativo a la calefacción para que ésta garantice una temperatura mínima de 20º en invierno y "ninguna indicación sobre temperaturas máximas" en el caso de las privadas.

Las familias de los residentes consideran que "no se debería dar la autorización administrativa de funcionamiento" a aquellos centros que no dispusieran de climatización durante todo el año o de las instalaciones de aire acondicionado correspondiente.

"Tampoco se les debería acreditar para formar parte del Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia y, por tanto, poder recibir subvenciones públicas. Estamos hablando de situaciones que pueden ocasionar la muerte a los residentes por golpes de calor y deshidrataciones", han advertido.

Años anteriores, la asociación ha denunciando temperaturas de hasta 40º en habitaciones en residencias como Moscatelares, de más de 34º en Peñuelas, Usera, Parque de los Frailes o Mirasierra. Precisamente, Usera es uno de los centros que en estos momentos ha iniciado las obras de cambio de las instalaciones (en plena subida de las temperaturas). En otros como Peñuelas no han tenido tanta suerte y, de hecho, han tenido que "anular el concurso de obras de modificación de la instalación de climatización, por estar mal planteado".

Garantizar un escudo climático

A nivel estatal, el Gobierno central ha compartido en el
Consejo Territorial de la Dependencia con las comunidades autónomas, que son quienes tienen transferidas las competencias en este ámbito, la necesidad de establecer un escudo climático para proteger contra temperaturas extremas a los residentes.

Para la conformación de este escudo, el Ministerio de Derechos Sociales ha recomendado que cada residencia elabore su propio protocolo que incluya "los cambios en los procedimientos activos frente a olas de calor", así como su "identificación precoz y la coordinación con el sistema sanitario". Aparte de suscribir esta iniciativa, las familias han reclamado que, una vez elaborados, esos documentos se hagan públicos "para conocimiento de familiares, trabajadores y residentes".