Este artículo se publicó hace 3 años.
El riesgo de incendio persigue a los supervivientes de la nave calcinada en Badalona hace un año
Más de cien personas duermen en una nave cercana a la que se quemó sobre la que recae una orden de desahucio prevista para el 13 de enero.
Badalona-Actualizado a
La llegada del frío y tragedias como la vivida hace unos días en un local ocupado en la plaza Tetuán de Barcelona en el que murió una familia formada por un matrimonio y sus dos hijos, entre ellos un bebé, vuelven a poner de manifiesto las condiciones de infravivienda en las que viven cientos de personas con una situación más que vulnerable. En Badalona, hay detectadas cinco naves industriales ocupadas por decenas de personas sin hogar. En una antigua industria de la calle Progrés de la cuarta ciudad catalana con más habitantes viven una cincuentena de personas, mientras que por las noches, con la llegada del frío, superan el centenar. Muchos de ellos son los supervivientes de la nave que se incendió el 9 de diciembre del 2020 a pocos metros de donde están ahora. Cuando se cumple un año de la tragedia en la que murieron cinco personas y una veintena resultaron heridas, el riesgo de incendio les persigue de nuevo.
"Aquí hay mucha gente, yo vivo con mi familia, somos 3", dice Kevin Osane, que vivía en la nave de la calle Guifré cuando se quemó hace un año. Desde entonces vive en la de la calle Progrés. "Cuando sales de aquí ves que no hay sitio para vivir y ahora con el frío no podemos ir a ninguna parte", reconoce. Sidiky Kouyate ya no vivía en el edificio cuando se produjo el incendio hace un año pero iba casi todos los días y reconoce que podría haber sido uno de los afectados. "Los conocía a todos, llevamos casi cuatro años viviendo juntos", dice.
Las últimas treinta personas que viven en viviendas sociales por las secuelas físicas o psicológicas del incendio serán desahuciadas este mes
De las casi doscientas personas que dormían en la nave calcinada, una treintena siguen bajo la acogida de servicios sociales. Son las personas más vulnerables, aquellas que han sufrido secuelas físicas y psicológicas a raíz del incendio. Están alojadas en pensiones, apartamentos y en algún caso en un piso social. "A finales de año se acaba el dinero que provenía de la Generalitat y esta gente se quedará sin un lugar donde vivir", detalla el concejal de protección a las personas del Ayuntamiento de Badalona, David Torrents. Este argumento es el que utilizó el anterior gobierno, liderado por Xavier Garcia Albiol, el pasado mes de julio cuando se quedaron sin ayuda la treintena de personas restantes que estaban siendo atendidos por servicios sociales.
La gran mayoría de los afectados por el incendio se trasladaron a una antigua industria de la calle Progrés. Hay decenas de subsaharianos que también duermen en otra nave cercana, en la calle Antoni Bori. En ambas, y gracias a la colaboración de ciudadanos y entidades sociales de la ciudad, han adecuado los espacios haciendo separaciones a modo de habitaciones e instalando duchas y baños. Sin embargo, las condiciones no son las óptimas para vivir. Viven con gran inquietud recordando la tragedia de hace un año.
Ferran Moreno de Badalona Acull: "Deberíamos tomar conciencia de que aquí tenemos gente olvidada que lo único que quieren es regular su situación, poder trabajar y alquilar una habitación"
"El riesgo de un pequeño incendio que desencadene una tragedia otra vez está ahí", asegura Ferran Moreno, miembro de la Plataforma Badalona Acull - formada por decenas de entidades sociales-, quien recuerda que viven en "una situación dura y peligrosa" puesto que lo que han construido está hecho de materiales como madera o plástico. Son muchas las entidades que les ayudan pero "si viene una ola de frío, veremos qué va a pasar", avisa Moreno. "Deberíamos tomar conciencia de que aquí tenemos gente olvidada que lo único que quieren es regular su situación, poder trabajar y alquilar una habitación", añade.
"Es gente que vive en un sitio que no está preparado para vivir, y eso puede provocar otra desgracia", reconoce el concejal David Torrents. "Es difícil acceder a ellos porque viven en condiciones infrahumanas; la solución no pasa por consolidar la nave, sino por buscar acciones fuera de ella", dice Torrents. A través de la unidad de sinhogarismo, el Ayuntamiento de Badalona trabaja para acompañar a las personas que viven "y darles una salida".
Desahucio previsto el 13 de enero
Sobre esta antigua nave industrial recaen dos órdenes de desahucio. Una se ha ido aplazando, una vez en julio y otra a principios de diciembre. La nueva fecha prevista es el 13 de enero. El pasado 30 de noviembre, decenas de personas se concentraban en pedir la suspensión del lanzamiento. "Nosotros lo que necesitamos es ayuda para conseguir los papeles", decía Kevin a las puertas del juzgado de Badalona. "Así no se puede vivir, esperando que un día te echen", lamenta Sandra Segovia, de Papers per tothom, entidad que también se ha volcado con los supervivientes de la nave incendiada en Badalona. "Hay personas que tienen papeles pero deben vivir aquí por motivos económicos", añade Segovia.
La mayoría de personas buscan conseguir los papeles, aunque hay otros que los tienen pero deben vivir en la nave por motivos económicos
Es el caso de Sidiky. El senegalés llegó en 2017 en patera. Vivió un proceso de acogida gracias a la ayuda de la entidad Moviment per la Pau y vivió casi un año en una vivienda de Badalona, dentro de un edificio destinado a personas vulnerables. Ha encadenado un curso con otro, así como algunos trabajos. Está empadronado y está a punto de obtener el permiso de residencia. Ahora se encuentra realizando un curso en la Fundación Laboral de la Construcción, en Badalona. "Es un caso positivo, pese a las dificultades", afirma Ferran Moreno, de Badalona Acull, "no es lo mismo que experimenta la mayoría de gente que vive aquí".
"Es un tema muy complejo y necesitamos tiempo", dice el responsable de servicios sociales. David Torrents reconoce que si se ejecuta el desahucio el próximo 13 de enero "tendremos un problema porque el Ayuntamiento no está capacitado ni técnica ni económicamente para resolver el problema de todas las personas que están dentro". Según el concejal, "deberíamos priorizar y seguramente no podríamos atender a todo el mundo como se merece".
Y es que el Ayuntamiento de Badalona, a través de los Mossos d'Esquadra y de Bomberos, está trabajando para tener un listado de espacios similares convertidos en infraviviendas. Ya tienen detectadas al menos cinco naves industriales en las que malviven decenas de personas. Sin embargo, David Torrents alerta: "Si tenemos en cuenta bajos de edificios o locales, esta cifra será mucho más alta".
Un año de la tragedia
Muchos de los residentes que estaban dentro saltaron al vacío para huir de las llamas que se habían originado en un edificio de cuatro plantas
El fuego se inició poco antes de las nueve de la noche del 9 de diciembre del año pasado en el número 590 de la calle Guifré de badalona, en una antigua nave industrial ocupada desde hacía 12 años por cientos de personas. Muchos de los residentes que estaban dentro saltaron al vacío para huir de las llamas que se habían originado en un edificio de cuatro plantas. Una treintena de dotaciones de los bomberos ayudaron a evacuar a las personas que residían en el inmueble y que habían quedado atrapadas. Se desconocía la cifra de personas que podía haber dentro del edificio pero el censo que el Ayuntamiento de Badalona hizo esa noche, calculaba unos sesenta.
El incendio dejaba cinco muertes: dos de ellos la misma noche, un tercero al día siguiente con el fuego apagado y el cuarto, localizado 5 días después del incendio. La quinta muerte se produjo días más tarde, después de que el afectado estuviera ingresado en el hospital. El fuego también provocó una veintena de heridos. El edificio, en riesgo de colapso, empezó a derribarse el sábado 12 de diciembre, unos trabajos que se hicieron cuidadosamente ante la posibilidad de encontrar otro cuerpo bajo los escombros. El Ayuntamiento de Badalona ofreció alojamiento a los afectados por el incendio durante tres meses. Una ayuda que posteriormente se prorrogó tres meses más.
Los propietarios de la nave conocían el estado en el que vivían los ocupantes pero no los denunciaron para no empeorar la situación
Los propietarios de la nave incendiada -varios inversores que aseguraban haber comprado la nave con la intención de instalar un negocio o utilizarla como almacén- conocían el estado en el que vivían los ocupantes pero no los denunciaron por no empeorar su situación, según afirmaban en un comunicado días después de la tragedia. También pocos días después del incendio, el entonces conseller de Interior del Govern, Miquel Sàmper, anunciaba en rueda de prensa que los Mossos d'Esquadra habían detectado 37 naves habitadas en Catalunya que "podían encontrarse en situaciones similares" a la de Badalona.
Para conmemorar el primer aniversario del incendio de la nave del Gorg de Badalona, varias entidades como Justícia i Pau y Almas Quemadas han organizado una serie de actos para este 9 de diciembre que han empezado a las 10 de la mañana con una oración en recuerdo de las víctimas, justo enfrente del solar donde se encontraba la nave. A las dos tendrá lugar una comida popular y a las seis de la tarde se realizará una concentración que acabará con una caminata hasta la Rambla del Gorg de Badalona.
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