Samantha y Maialen (OT 2020): “Apoderarte de eso que han utilizado para ridiculizarte y capitalizar el término 'triunfita' es guay”
Nuestras protagonistas se conocieron en la última edición de ‘Operación Triunfo’, que se desarrolló en plena pandemia. Tras salir de la Academia iniciaron sus proyectos musicales individuales, pero ahora vuelven a compartir plató cada semana en el podcast ‘Triunfitas con traumitas’.
Samantha Gilabert y Maialen Gurbindo (conocida como Chica Sobresalto) participaron en la última entrega de Operación Triunfo (2020). Muchos la denominaron la edición maldita porque el programa quedó paralizado por la pandemia del coronavirus y todos los concursantes tuvieron que volver a casa durante dos meses. La edición, la más larga de la historia del formato, se convirtió en una de las más comentadas en redes por los salseos entre sus concursantes. En medio de toda esa vorágine, nuestras protagonistas forjaron su amistad.
El 10 de junio de 2020, el programa cerró sus puertas con Nia como ganadora, y los triunfitos tenían entonces el trabajo más difícil: construir una carrera musical como artistas individuales. Pero Samantha y Maialen han venido a demostrar que la industria musical es, desde luego, un camino, pero no el único. Las dos no han querido perderse la tendencia de los podcasts y han decidido, como ellas mismas dicen, hacerse socias y lanzar su propio programa: Triunfitas con traumitas, disponible en Podimo.
Por el podcast han pasado otros triunfitos como Eva B, Anaju, Flavio o Hugo, compañeros de la edición de 2020; pero también de otras ediciones, como Roi Méndez (OT17). Las presentadoras no han dudado en sacar su lado más canalla frente al micrófono para hablar de los salseos del talent show. "¿Tú te acuerdas de que tú y yo nos enrollamos un poco en OT?”, le soltó Anaju a Maialen. “Sí, nos enrollamos un poquito y me gustó”, reconoció la navarra en el primer episodio.
Pero por el plató de Podimo han pasado invitados de todo tipo: el youtuber Malbert, con el que hablaron de polémicas en redes; el cómico y presentador Dani Mateo, con el que recordaron la polémica de la bandera de España, o la podcaster Carolina Iglesias, con quien discutieron sobre el fenómeno fan, son algunos de ellos. En cada capítulo (ya han publicado 15), nuestras triunfitas encuentran una víctima a la que sonsacar sus traumitas y reírse de ellos con el objetivo de desconectar del completo caos de sus propias vidas.
Hablamos con ellas sobre su salto al ámbito de la comunicación mientras terminan los castings de la próxima edición de OT, que se estrenará a finales de este año en exclusiva en Prime Video.
Muchos concursantes que han pasado por ‘Operación Triunfo’ parecen renegar del programa y de repente llegáis vosotras y le ponéis ‘Triunfitas con traumitas’ al podcast. ¿Cómo surge el nombre? ¿Fue una manera de decir “sí, somos las de OT y no pasa nada”?
Samantha: Teníamos súper claro que queríamos hacer un podcast y que teníamos que hablar de Operación Triunfo también, porque es algo que está súper reciente y nos encanta. Hemos salido de allí y es algo que nos va a seguir siempre. Somos triunfitas y nos encanta serlo.
Maialen: Creo que apoderarte de eso que han utilizado para ridiculizarte es muy inteligente. Siempre están con la idea de que si estamos en la cola del paro, que si no hacemos nada…Coger esto [el término ‘triunfita’], apropiarse de ello y capitalizarlo es guay porque ahora tenemos un trabajo donde encima nos va súper bien con nuestro nombre. Es un jaque mate y me gusta muchísimo. Somos muy distintas y lo que nos une es Operación Triunfo. Sin el programa, quizás Samantha y yo nunca nos hubiéramos conocido, porque somos muy diferentes.
Esas diferencias se notan en vuestros proyectos individuales, donde tocáis géneros musicales muy distintos. Pero también en la estética, algo que se ve perfectamente en el podcast, donde la parte más brilli-brilli de Samantha contrasta con la oscuridad de Maialen. No sé si son diferencias de cara a la galería y en el fondo os parecéis más de lo que se ve…
Maialen: No es que sean cara de la galería, porque sí que somos diferentes, aunque esas diferencias están en cosas superficiales de la vida. Por ejemplo la estética, la música que solemos consumir o la forma de vida. En principios y en cosas más profundas, sí que nos parecemos muchísimo y por eso congeniamos tanto. Si no fuera por esto, la relación que tenemos no sería posible.
Siempre nos han vendido esta idea de que las mujeres estábamos destinadas a competir entre nosotras. Hace un tiempo costaba más ver a dos chicas trabajando juntas y apoyándose en sus logros profesionales individuales. ¿Cómo lleváis vuestra relación más laboral?
Samantha: Hablando mal, trabajar juntas es la hostia. Nos complementamos guay y cada una sabe lo que tiene que hacer. Ya tenemos bastante claros cuáles son nuestros roles de curro. Los reels suelo elegirlos yo, ella suele hacer los títulos. Para los guiones depende del trabajo que tengamos cada una fuera del podcast. No nos importa hacer cosas de más porque sabemos que la otra lo hará cuando lo necesitemos.
Maialen: Currar con Samantha es muy guay porque es una tía muy sana. No tiene envidias chungas, es una tía transparente, lo que piensa te lo va a decir y te lo va a decir siempre bien. No tiene doble filo en absolutamente nada y yo solo quiero trabajar con gente así porque si no son todo dolores de cabeza. No es fácil encontrar una compañera como ella.
Samantha: Las dos tenemos aparte nuestro proyecto con nuestras movidas y encima somos amigas. Tenemos nuestra parte personal pero también laboral que nos une como socias. Maialen sabe muy bien separar estos dos ámbitos y, aunque no hemos tenido ningún problema, sé que lo solucionaríamos hablando.
Ambas os dedicáis profesionalmente a la música pero ahora con el podcast habéis saltado al ámbito de la comunicación. En OT ya se podía ver esa parte más showoman de Samantha, pero no sé cómo ha sido este salto para ti, Maialen . ¿Os sentís cómodas en este registro comunicativo?
Maialen: No me lo planteaba para nada, siempre he pensado que no valgo y que no era capaz de hacer algo así. En este salto me ha venido muy bien tener al lado a una persona como Samantha, que es más lanzada que yo en este sentido. Ahora sí que veo que si me salen oportunidades chulas con gente guay lo voy a hacer. Es verdad que a veces te sientes intrusa, porque hay gente que ha estudiado para esto y se lo ha currado muchísimo. Al final ir a Operación Triunfo tiene sus privilegios y sus cosas malas. Las malas nos las hemos comido, ¿por qué no aprovechar un privilegio?
En alguna entrevista ya habéis contado que hay partes de los programas que cortáis porque entráis en temas controvertidos como la actualidad política. ¿Cómo se lleva eso de tener que tener cuidado todo el rato por lo qué decís y cómo lo decís?
Samantha: Ahora lo llevo un poco mejor. Al final el podcast es nuestro proyecto y cuando decimos algo que no nos gusta lo cortamos y ya está. En otras entrevistas es más complicado. A mí me cuesta mucho pensar cuando hablo y tengo que tener cuidado, porque me creo que todos son mis amigos y no.
Maialen: Nuestro modus operandi es decir lo que se nos pasa por la cabeza y luego si algo vemos que no cuadra lo quitamos. Cuando damos una opinión que puede ser controvertida nos gusta informarnos. También te digo que no estamos haciendo un podcast divulgativo de nada porque no somos expertas en nada. Hacemos entretenimiento y creo que es muy importante, cuando se habla de algo, saber de lo que se está hablando y si no, pues es mejor callar. Tampoco pasa nada si nos equivocamos, se pide perdón y ya está. Ha llegado un punto en el que nos da un poco igual.
Samantha: Nos importa más si recibimos feedback negativo heavy. Eso no le da igual a nadie porque te repercute a nivel psicológico. Te jode cuando has estado currando, dices algo sin ninguna maldad y hay gente que te desea lo peor.
En OT, esa primera gran exposición pública, ya tuvisteis que enfrentar vuestras primeras críticas en redes. ¿Cómo lleváis el hate ahora que volvéis a estar expuestas de esta manera?
Samantha: Pues fatal, qué te vamos a contar (ríe). Somos conscientes de que el precio de hacer esto es que la gente lo vea y tenga que opinar positiva o negativamente. A mí lo que me toca la moral es cuando van a lo personal.
Maialen: Sobre todo porque no solo te afecta a ti. Yo a veces leo un comentario y pienso “esto le va a fastidiar más a mi madre que a mí”. Igual que nosotras decimos lo que nos da la gana en nuestro podcast, la gente dice lo que le da la gana en redes. Luego ya cada uno, cada una y cada une que lidie con lo que dice y hace. Siempre te dicen “tienes que aprender a que no te afecte tanto”. A lo mejor otra gente tiene que aprender a ser un poquito menos intrusiva.
Existe el dicho de “un escritor no puede escribir un libro si no lee”. Traspasando esto al universo del podcast, ¿sois consumidoras del formato?
Maialen: Soy súper fan de Judith Tiral [Tenía la duda], también me gusta mucho Vidas contadas, de Enric Sánchez.
Samantha: Yo siempre me veo entero El sentido de la birra. A ese me encantaría que fuéramos, Mai.
Maialen: Y a mí, siempre lo pienso. Hacen las típicas entrevistas donde conoces de verdad y en profundidad a la persona. Como el de Animales Humanos, de nuestro amigo Ibai Vegan.
Mientras hacemos la entrevista, se está celebrando el casting de la nueva edición de ‘Operación Triunfo’ en Sevilla. Si pudiérais tomar decisiones en la producción del programa, ¿qué añadiríais para mejorar y qué os gustaría mantener sí o sí en el formato?
Samantha: Yo creo que falta música en directo, una banda con músicos.
Maialen: Eso haría que estuviera más vivo, aunque es verdad que es más complicado porque son muchas actuaciones. Lo que no me gustaría que quitaran es la parte académica. Dar la oportunidad de dar clases que igual valen un pastón y que a lo mejor no te puedes permitir en tu vida es increíble. También la parte creativa de la composición, que tuvimos la suerte de que se inició nuestra edición.
Empezamos con el nombre del podcast y acabamos igual. ¿Algún traumita reciente que queráis compartir?
Maialen: Algo que nos une a las dos es el síndrome de la impostora, que tiene prácticamente todo el mundo. También nos cuesta relacionarnos. Recuerdo en el casting de OT que todo el mundo estaba súper contento y Samantha y yo sin hablar con nadie, cada una en una esquina. Eso podría ser también un traumita común.