Esto puede sonar viejuno pero, queridos amigos, debéis saber que hubo un tiempo en el que los jugadores se ponían a los mandos sin puntos de guardado. Así, a pecho descubierto. En la gran mayoría de los juegos de hace 25 años, la barra de salud de los personajes no se recargaba aplicando paciencia y un poco de tiempo, como ocurre con Gears of War, Battlefield y otros actuales. Tampoco era habitual que pudieras conservar tus progresos cuando se terminaba el tiempo de juego y tocaba apagar la consola, así que no quedaba más remedio que interiorizar las reglas y echarle horas hasta lograr la habilidad suficiente para pasárselo de una sentada.
La industria, que conoce bien a la nueva generación de jugadores, ha evolucionado hacia un modelo que evita una experiencia frustrante al usuario y, para lograrlo, se desarrollan mecánicas más flexibles, con vidas infinitas y puntos de control estratégicamente distribuidos. Por esa razón, muchos desarrolladores han apostado por los mid-core games, que resultan accesibles para una franja de edad mucho más amplia, no requieren grandes destrezas ni memorizar una infinidad de combinaciones de botones y palancas, son altamente competitivos y suponen una dificultan un pelín más alta que algunos modelos freemium como el Candy Crush o el Fruit Ninja.
Eso no quita que, de cuando en cuando, haya jugadores dispuestos a afrontar retos que pongan a prueba sus nervios de acero y les ofrezcan una experiencia más intensa. Como casi todo en la vida, las cosas que más nos cuesta conseguir son las que siempre recordaremos, aunque sea para maldecir a sus creadores. Afortunadamente, el mercado está cada vez más fragmentado y hay títulos para todos los gustos. Aquí os dejamos una selección con algunos de los más complicados de los últimos años. ¿Os atrevéis a darles la oportunidad?
Sekiro: Shadows Die Twice
Se trata de un juego de rol de acción, desarrollado por FromSoftware, la misma franquicia que Dark Souls. El jugador se pone en la piel de Lobo Manco, un guerrero samurái que trata de restituir su honor y librarse del clan Ashina. Toda la trama transcurre en Japón, durante la era Sengoku. Cualquiera que se haya puesto a los mandos, sabe que nos aguardan enemigos muy poderosos que solo podrán ser derrotados por un jugador que tenga un dominio casi perfecto de la espada y de las técnicas para poder infligir algún daño al enemigo. No olvidéis cubriros las espaldas, porque a ellos, en cambio, no les costará mucho hacerte caer.
Cuphead
Nos encontramos ante un juego de plataformas en 2D (shot ‘em up), desarrollado por StudioMDHR. La historia gira en torno a Cuphead y Mugman, dos hermanos que hacen un trato con el Diablo para poder conservar sus almas después de haber perdido contra él en un casino. Ojo, porque sus de dibujos animados de la factoría Fleischer, inspirados en caricaturas de los años 30, pueden llevarte a engaño. No estamos ante un producto de entretenimiento facilón. Necesitaréis un nivel de precisión y ritmo extremos para superar su run’n’gun centrado en las batallas contra enemigos finales a los que no conseguirás derrotar solo con el aprendizaje de sus rutinas de ataque. Hace falta ir un paso más allá y medir cada salto, dominar los bloqueos y disparar a prácticamente todo lo que se menea. Luego no digáis que no os lo advertimos.
Bloodborne
En el tercer puesto de nuestra lista figura un juego de rol de acción, desarrollado por From Software y JapanStudio para PS4, en el que el jugador debe enfrentarse a monstruos y criaturas espeluznantes en un mundo oscuro y peligroso. La narrativa se localiza en una ciudad imaginaria llamada Yharnam, que guarda ciertas similitudes con el Londres victoriano. La urbe está infectada por una extraña enfermedad de transmisión sanguínea y, una vez más, el objetivo será sobrevivir en combates cuerpo a cuerpo con distintos tipos de armas. Hasta ahí, nada nuevo bajo el sol. Quizás el plato fuerte de Bloodborne sea como logra combinar perspectivas de tercera y primera persona, de forma que su mecánica de juego se convierte en una batalla frenética. El jugador deberá aprender los patrones de ataque enemigo y ajustar la estrategia en consecuencia.
Nioh
Tampoco podía faltar este juego de rol de acción ambientado en Japón feudal, desarrollado por Team Ninja. Aquí el jugador se sitúa en la guerra de unificación de Shogunato Tokugawa y controlará a William, un irlandés que busca incansablemente a su enemigo Edward Kelley junto a dos nuevos aliados: Tokugawa Ieyasu y Hattori Hanzō. Los combates están inspirados en Dark Souls y requieren loshack and slash más rápidos, así que os tocará aprender de los propios errores para salvar la vida.
Super Meat Boy
Terminamos este periplo con un juego de plataformas para nostálgicos de las mecánicas de juego de Super Mario Bros. donde el jugador controla a un personaje de carne y debe superar más de 300 niveles repartidos en más de cinco capítulos plagados de trampas y obstáculos complicados con sierras, cuchillas y monstruos. Este título indie es conocido por su dificultad extrema y la necesidad de contar con habilidades rápidas, tanto que logrará sacarte de tus casillas en más de una ocasión.
Como curiosidad, os contamos que PETA presentó una parodia sobre este clásico que pasaba a estar protagonizado en esta ocasión por un cuadradito de tofu. La respuesta de Edmund McMillen, uno de los creadores de Team Meat, fue dar a sus jugadores la oportunidad de desbloquear a Tofu Boy en el original. Para lograrlo, solo hay que introducir «petaphile» (sin las comillas) en la pantalla de selección de personaje y, además de recibir un logro («Well look at you!»), podréis comprobar la torpeza del nuevo personaje con el que no podrás pasar ni de la primera pantalla.