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Nadal avanza sin despeinarse

El balear no jugó bien, pero es muy superior al joven Mina

GONZALO CABEZA

No está dispuesto a sufrir. En esta primera ronda Djokovic se dejó un set, Murray tuvo que remontar dos, Roddick también se fue a cinco para ganar y Tsonga se quedó por el camino, pero Nadal no es uno más de los mejores, está por encima de eso.

El entorno del balear, siempre cauteloso, suele hablar con mucho respeto de la primera ronda de los torneos. Hay que coger ritmo y empezar fuerte porque las sorpresas son, por definición, inesperadas. Bien es cierto que una salida en primera ronda no hubiese sido una sorpresa sino una hecatombe. Enfrente tenía a Gianni Mina, un absoluto desconocido cuyo nombre sólo sonó un poco por ser finalista del junior del año pasado en el torneo parisino. Un exiguo historial para jugar contra alguien que es cuatro veces campeón del torneo entre los mayores.

Con un juego poco ortodoxo y un físico casi calcado al de Monfils, el francés dio todo lo que pudo, pero fue muy insuficiente como para suponer un peligro. Los juegos eran largos, los puntos también, y el galo tenía opciones de ruptura en casi todos los juegos, pero cuando se trataba de concretar las oportunidades, el brazo se encogía y Nadal, como es costumbre, se multiplicaba. Es posible que el triple 6-2 que le endosó el español fuese excesivo para lo que se vio en la pista, pero en el tenis el temple es un factor importante que distingue en muchas ocasiones un resultado abultado de una victoria por la mínima. Nadal, jugando a medio gas y a menor nivel que en otros torneos de este año, apareció en los momentos claves para dejar en nada a un rival que deja buen sabor de boca pero también la impresión de que le queda un mundo para subir a la cima. Nadal, después del partido, volvió a mostrar su alto nivel de exigencia y se manifestó disconforme con su actuación contra Mina. Tampoco necesitaba más de lo que dio para pasar por encima de su rival.

Mañana se las verá con Zeballos, un argentino con algo más de veteranía y también menos potencial que, en principio, no debería ser más que un trámite para Nadal.

La cita de Verdasco con Kunitsyn planteaba más conflictos extradeportivos que tenísticos. Era el primer partido del madrileño después de sus exabruptos contra el público francés en Niza, pero la pista no le recibió de uñas. 'El problema se ha publicitado más en España que en Francia, él está bien y no ha pasado nada con el público', comentaba su padre, José, horas después del partido. Verdasco, con propósito de enmienda, promete que no pasará de nuevo. 'No voy a volver a decir nada en la pista, ni en contra de nadie', aseguró después de pasar por encima del ruso, al que derrotó por 6-4, 6-2 y 6-2. Mañana, en su próximo duelo, verá a un francés, Serra.

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