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Tuto Sañudo: "Puedo prometer y prometo que seré un hombre limpio"

ALFREDO VARONA

Fue un central importante, capaz de defenderse con un talento muy escaso durante 15 años en el fútbol de élite. Al menos, esa es la tarjeta de presentación de Tuto Sañudo (Cantabria, 1956), el nuevo presidente del Racing, el primero de la historia que, antes de serlo, fue jugador del club. Una posibilidad que no es incompatible como tratará de demostrar Sañudo en el polémico Racing de Santander. 'Puedo prometer y prometo que seré un hombre limpio'. De momento, no quiere ni oír hablar de dinero. 'No necesito el dinero del Racing'. Y eso que en las épocas malas en su trabajo, de comercial de una marca de deportes, 'prácticamente soy un mileurista'. Aun así, presume de felicidad 'y, sobre todo, en el Racing, que es el Liverpool del fútbol español: nunca caminará solo'.

¿Qué similitud existe entre ser presidente y futbolista?

Sin ninguna duda, el cariño. A los 10 años iba a El Sardinero con una entrada que valía cinco pesetas. Entonces ya soñaba con jugar con el Racing, y luego la realidad fue que diez de mis quince años de futbolista los viví en el Racing.

¿No tuvo suficiente con eso como para hacerse ahora presidente?

No, porque yo quiero con locura al Racing. No tanto como a mi mujer y a mis hijos, pero casi. Además, la ilusión de los niños perdura toda la vida. Luego, nunca sabes como renunciar a ella, y eso es lo que me pasa a mí con el Racing... Cualquiera que entrase aquí y viese cómo está el club echaría directamente a correr... Pero nosotros, como el cien por cien de los aficionados, somos felices, porque intuimos que esto ahora sí tiene solución. Por eso yo siempre digo que el Racing es el Liverpool del fútbol español... nunca caminará solo.

Habla del cariño. ¿Es suficiente con el cariño para ser presidente?

Al menos, es imprescindible. Yo no me imagino de presidente del Racing si no fuese por el cariño que siento por el club.

¿Es un sueño equiparable el de ser presidente con el de ser futbolista?

No, es distinto. Jugar al fútbol es lo máximo, es cumplir la ilusión de un niño, sobre todo en mi caso. Yo no quería ser otra cosa que no fuese futbolista. A todo aquel que me preguntaba, la respuesta estaba clara. Luego, una vez que lo dejas, te das cuenta de que el futbolista, que llevas dentro, no hace más que reproducirse e, incluso, admites que morirás con él. Por eso ahora mismo ser presidente, aparte de ser algo que merece la pena, es lo más próximo que conozco a ser futbolista. Al menos, para mí.

Usted fue posiblemente el defensa más voluntarioso del mundo. ¿Cómo puede un hombre así pasar a dar órdenes?

No, no, la cosa no va por ahí. Yo no siento esa tentación. A mí no me gusta dar órdenes. No las necesito en mi vida. Pero sí es verdad que alguien tiene que mandar. Así que para hacerlo lo mejor posible pretendo escuchar a todo el mundo. Es lo más importante que puedo hacer y, naturalmente, a la hora de afrontar un problema, que los va a haber, sé que hay abogados, economistas, entrenadores... que pueden aportar más, porque saben más que yo. Así que no habrá problema para hacer lo que ellos propongan.

En cualquier caso, dicen que el poder es adictivo y que hay que tener mucho cuidado con él.

Sinceramente, el poder no me atrae demasiado, no es una palabra que sea preferencial en mi vida... Sé que estoy aquí, porque tiene que haber alguien al frente, al mismo tiempo que sé que formo parte de un Consejo de Administración transitorio. Igual, a final de temporada, ya no estamos ahí... Hay que vivir al día.

¿De quién ha aprendido para estar donde está?

De la vida, sobre todo de la vida. Si me caigo, sé que me voy a levantar, lo tengo clarísimo. Me ha pasado siempre. No valgo para rendirme. No quiero ni oír esa palabra. Es más, me considero un ganador nato que no acepta la derrota ni en sueños. Incluso, diría que con tal de no perder en una carrera soy capaz de poner la zancadilla a mi rival...

Uff, esa no es la declaración más limpia.

Es una manera de expresarme, entienda el contexto en el que lo digo.

No soy sólo yo, sino los que lo lean.

Creo que entonces está mi biografía como futbolista. Había gente que decía que era un defensa muy duro y, sin embargo, yo puedo poner de ejemplo mis estadísticas. En los 15 años que jugué al fútbol profesional recibí 60 amarillas y cuatro rojas, de las que sólo una fue roja directa y, además, injusta. Creo que son números muy bajos para alguien que se ganó la vida jugando de defensa central.

¿Qué diría Hugo Sánchez si le escucha?

Puede decir lo que quiera, pero yo ya le avisé en su época. Al final, el tiempo siempre da y quita razones y se demostró que yo llevaba razón. A él le pillaron y a mí no. Incluso, José María García, que era el periodista de moda y que me sacó de antena porque estaba criticando a Hugo que era su amigo, me llamó al año siguiente para decirme: 'Tuto, llevabas razón'. Entonces no había tantas cámaras como ahora y yo defendía que no había agredido a Hugo Sánchez en un partido en el que el Racing se jugaba la permanencia. La realidad fue que él simuló que yo le había pegado, a mi me expulsaron y un partido, que íbamos ganando 0-1, lo perdimos 3-1 y descendimos.

Tiene buena memoria.

Eso no se olvida nunca. Hugo Sánchez era tan buen rematador como provocador... Era capaz de hacerse sangre en los labios e ir al árbitro con el cuento de que lo habíamos dado un codazo. Para mí, eso era una cobardía y fue lo que defendí siempre y conste que no creo que haya habido otro delantero como Hugo Sánchez, sobre todo en los partido de casa. En el Barça de ahora no quiero ni imaginar los goles que podría marcar.

El caso es que su batalla ahora está en los despachos. ¿No teme que el poder le corrompa? ¿No teme que le pase algo como le ha pasado a Rosell en el Barça?

Bueno, es que aquello no tenía ninguna lógica. Si al Madrid no le vendieron a Neymar ofreciendo 100 millones de euros, ¿cómo lo iban a traspasar al Barça por 57?

Pues eso le digo: que el poder es seriamente peligroso.

Por eso mismo les digo a todos los que ahora me felicitan que esperen al final del ciclo. Me han recibido con los brazos abiertos, pero a mí lo que me interesa es que me despidan de la misma manera.

¿Puede prometer y promete que...?

Puedo prometer y prometo que seré un tipo limpio, seré leal con mi conciencia, seré el mismo que respondió 'Tuto Sañudo' cuando un periodista local me preguntaba quien veía para dirigir al Racing y dije que, después de tantos desengaños, al único que veía en disposición óptima era a mí. Pues bien, ahora tengo que demostrarlo. Sé que cada persona tiene un precio y que nunca puedes decir 'de este agua no beberé' y que uno nunca está exento de tirar la primera piedra... Pero también sé que no puedo fallar a toda esta gente que me ha recibido con tanto cariño.

¿Necesita el dinero del Racing?

¡¡¡No!!!

Usted perdone.

No, no voy a cobrar dinero. Ni yo ni nadie. Al menos, a corto plazo. Más adelante, ya se verá. Pero no, de ninguna manera le voy a pedir dinero al Racing por todo esto. He hablado antes del cariño. Tengo que respetar lo que digo.

¿Es usted un hombre adinerado?

No. En mis quince años de futbolista no gané como para no tener que trabajar después. Viví otra época. Si hubiera sido ahora tal vez.... Pero tengo que ajustarme a lo que tengo, a mi trabajo como comercial de una marca deportiva. Si los meses son buenos, es verdad que gano un buen dinero, pero si se da mal prácticamente soy un mileurista... En cualquier caso, no creo que para presidir un club de fútbol haga falta una gran fortuna.

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