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Reunión Rivera-Pedro Sánchez Rivera dirá sí a Pedro Sánchez, pero sólo para pactar medidas de regeneración

El secretario general del PSOE quiere restablecer el buen clima con el líder de Cs e implicarlo en otras alternativas.

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, y el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, en una de sus antiguas reuniones del pacto de investidura post 20-D. Archivo EFE

Mantienen buena relación personal, pero el enfriamiento entre ambos también es evidente. Una vez echó a andar la legislatura y el pacto de Ciudadanos fue con el PP y no con el PSOE, Albert Rivera y Pedro Sánchez se han distanciado.

Tanto, que el primero se ha posicionado del lado de Génova y hasta ha llegado casi a emular el argumentario de ataque al reelegido secretario general de los socialistas. Especialmente, por su defensa de la plurinacionalidad, pero también por el cambio de postura del nuevo PSOE con respecto al tratado de libre comercio con Canadá -CETA-, entre otras cuestiones.

Cs ha criticado tanto como Rajoy la defensa de la plurinacionalidad del 'nuevo PSOE' y se niega a una moción de censura

No obstante, aunque la formación naranja, como Mariano Rajoy, considera que Sánchez se ha "podemizado", no ha cerrado puertas a la negociación. "Somos el único partido que practica el debate", presumió Rivera este martes. "Pero con todos, también con el PP. No queremos un cordón sanitario", apostilló después y poco antes de reunirse con el jefe del Ejecutivo en la Moncloa para hablar ya de los Presupuestos Generales del Estado para 2018.

El líder de Cs se niega, por tanto, a crear una coalición con Sánchez y Pablo Iglesias, que ya se han reunido este martes. "No queremos una moción de censura cada tres meses", insiste Rivera una y otra vez. Tampoco quieren que sea Podemos quien lleve las riendas y la agenda, "ni que todos acabemos siguiendo su programa electoral", subrayan fuentes de la dirección de Ciudadanos.

Sin embargo, Rivera sí está dispuesto a sentarse a la mesa tres si ésta sirve para pactar medidas de regeneración. El propio presidente de Cs puso como ejemplo la recién aprobada ley de RTVE para demostrar que los tres partidos pueden ponerse de acuerdo en algunas ocasiones. Prueba de ello es también la comisión de investigación de la caja B del PP, que los conservadores incluso recurrirán al Tribunal Constitucional.

Rivera está dispuesto a sentarse en una mesa a tres con Podemos si ésta sirve para pactar una reforma de la ley electoral o eliminar los aforamientos, por ejemplo

El primer paso para llegar a un nuevo entendimiento entre el PSOE y las denominadas fuerzas del cambio es la reunión bilateral de Rivera y Sánchez, esta tarde, en la que el presidente de los naranjas intentará arrancar al socialista un compromiso de negociación para reformar la ley electoral o eliminar los aforamientos.

También está dispuesto a hablar de otras materias, como la derogación de la reforma laboral. Pero no sólo para eliminar la que ya existe sin más. Tampoco la anterior del Gobierno de Zapatero y "volver a los 80". Rivera mantiene su postura de intentar impulsar un nuevo escenario cuyo modelo ideal sería el del contrato único. No obstante, está dispuesto a valorar otras opciones intermedias como las que en su día pactó con Sánchez en el intento de éste por llegar a la Moncloa tras el 20-D. Asimismo, los naranjas están dispuestos a buscar acuerdos en otras medidas puntuales para intentar acabar con la precariedad laboral o la temporalidad de los contratos. No así con respecto a la ley mordaza. No porque los de Rivera la apoyen, se justifican, sino porque "ya se está tramitando en el Congreso", explicó él mismo en rueda de prensa.

Pese a todo, los Ciudadanos constatan que , aunque puede haber acercamientos en algunas cuestiones, sus agendas y las de Sánchez son distintas. Los naranjas están convencidos de que el secretario general del PSOE está buscando la manera de volver ya a tener un escaño en el Congreso, para lo que necesitaría forzar una moción, o bien, un adelanto electoral. Ellos, en cambio, prefieren agotar la legislatura para poder sacar adelante más "medidas naranjas" con sus exigencias al Gobierno y desgastar así al PP al que, dicen, quieren ganar "en las urnas y no en los despachos".

Por su parte, Pedro Sánchez es plenamente consciente de la actitud con la que Ciudadanos afronta el encuentro, pero también tiene plena confianza en que puede volver a encontrar vías de entendimiento con Rivera, como ya hizo cuando ambas formaciones firmaron el pacto de investidura.

En las medidas de regeneración democrática se puede decir que hay plena coincidencia en los planteamientos que proponen ambos partidos.

El caramelo que le quiere poner Sánchez al líder de Ciudadanos está precisamente en las medidas de regeneración democrática donde se puede decir que hay plena coincidencia en los planteamientos que proponen ambos partidos. De hecho, en aquella negociación para la investidura de Sánchez se concretaron muchas medidas, que también están en la línea de las propuestas de Podemos.

Pero Sánchez sabe que esto es la parte fácil, y quiere implicar a Rivera en más alternativas parlamentarias, que también acordaron en aquel pacto. Por ello, no parece difícil que negocien temas de empleo o medidas relativas al llamado rescate de los jóvenes.

El sueño de Sánchez pasa por ir sacando adelante alternativas y ver en el panel de votos del Congreso 188 puntos verdes que sumarían los 85 diputados del PSOE (Nueva Canaria con toda seguridad se sumaría a estas propuestas), los 71 de Unidos Podemos y los 32 de Ciudadanos. Es decir, una mayoría absoluta de 188 votos que tumbe las políticas de Mariano Rajoy.

Sánchez sueña con ir tumbando políticas de Rajoy con los 188 escaños de PSOE, Podemos y Cs

Según fuentes cercanas al líder socialista, Sánchez está convencido de que esto será posible y en muy poco tiempo, porque piensan ejercer una intensa actividad parlamentaria en septiembre, que podrá estar más impulsada por la oposición si los tres grupos van de la mano a la hora de la presentación de iniciativas.

No más mociones de censura, de momento

No obstante, Sánchez es consciente que ir más allá será difícil. No pedirá ahora ningún apoyo a Ciudadanos para una hipotética moción de censura, y también es consciente que tendrá enfrentamientos con Rivera por algunas iniciativas que quiere pactar con Podemos y el ala más de izquierda de la Cámara.

Sánchez, en este sentido, sabe que se tiene que armar de paciencia, pero considera que si el entendimiento entre ambas formaciones empieza a fructificar, y dada la situación de desgaste del Partido Popular, nada es descartable a medio plazo. Como dijo el martes el líder socialista, “lo importante es empezar a poner los cimientos”.

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