2021 estaba llamado a ser el año de la recuperación, de la vacunación y del regreso a la normalidad. Tras un pequeño atisbo de ello, las nuevas variantes, especialmente delta y ómicron, supusieron una gran bofetada al anhelo de pasar la página pandémica. El año arranca con Austria o Países Bajos confinados y con la reintroducción de medidas restrictivas en buena parte de las capitales europeas. La situación actual evoca los fantasmas del pasado, pero la situación es muy diferente: las vacunas han llegado y dejan ya a dos tercios de los europeos con la dosis completa.

Sin embargo, el huracán de ómicron empuja al proyecto comunitario a arrancar el año con la crisis sanitaria en lo más alto de su agenda por segundo año consecutivo. Y lo hace con la vista puesta sobre el debate de la vacunación obligatoria, la tercera dosis o el reto que suponen para la salud pública los movimientos anti-vacunas.

La pandemia ha succionado los tiempos y las energías del bloque comunitario, relegando otros temas de crucial importancia a un segundo plano. Por ello, el objetivo del año en el que se cumple la mitad de mandato de la actual legislatura es apuntalar las prioridades que se marcó la Comisión Von der Leyen cuando aterrizó en el Berlaymont: implementar el Pacto Verde, consumar la transición digital e impulsar la recuperación económica. Las tres instituciones comunitarias tienen también entre sus prioridades fortalecer la UE como actor global, acelerar el programa en Sanidad y proteger los valores fundamentales.

Eso sobre el papel, pero sobre el terreno se prevén 12 meses muy intensos. En el ámbito judicial, puede ser un año determinante para Carles Puigdemont y los políticos catalanes exiliados que están a la espera de importantes resoluciones de Luxemburgo sobre las euroórdenes en marcha.

La máxima instancia judicial europea será uno de los escenarios de referencia de la política europea. La corte se pronunciará sobre el mecanismo del Estado de Derecho que condiciona la recepción de fondos europeos al respeto de los derechos y valores fundamentales. Bruselas aguarda este fallo para determinar su postura sobre los planes de recuperación de Hungría y Polonia, lo que anticipa una nueva confrontación entre la Comisión Europea y los rebeldes iliberales del Este.

El 2022 será el año de muchas cosas, muchas de ellas inesperadas e imprevisibles. Está llamado a ser el Año Europeo de la Juventud, pero también se perfila como el año europeo de la fiscalidad. El debate sobre las reglas fiscales –que quedaron suspendidas por la pandemia– es uno de los más calientes en la burbuja comunitaria. Y también es uno en los que España se juega más en su recuperación económica, muy dependiente de los fondos europeos. Los frugales quieren regresar a la ortodoxia y al control, mientras que España demanda flexibilidad para ejecutar las ambiciosas reformas pactadas con Bruselas.

Será sobre todo una primavera caliente. Los meses de abril y mayo están marcados a fuego en el calendario europeo. Con un nuevo liderazgo socialdemócrata en Alemania -tras poner fin a 16 años de era Merkel- el bloque comunitario aguarda los resultados en Francia, su segunda locomotora. Emmanuel Macron busca revalidar su mandato frente a la antigua ultraderecha liderada por Marine Le Pen y la nueva emergente que instruye Éric Zemmour.

Otro peso fuerte de la UE, vive elecciones muy importantes en clave nacional y comunitaria. Tras 12 años de mandato indiscutible, el populista Víktor Orbán podría ver su puesto disputado por Péter Márki-Zay, líder de una coalición que aglutina a seis partidos de la oposición que buscan "restaurar la libertad" en el país. La disputa sobre el Estado de Derecho entre Bruselas y Budapest prevé acentuarse en los próximos meses. El líder del ultranacionalista Fidesz ha utilizado a Bruselas como chivo expiatorio en pasadas campañas electorales para ganar votos. Y todo apunta a que optará por esta misma estrategia.

La del Estado de Derecho es la crisis 'sine die' de la política intra-europea de los últimos años. Fuera de sus fronteras, el epicentro de tensión lo marcan las nuevas guerras híbridas. La UE comienza el año con la tensión máxima en la frontera ucraniana tras la amenaza de invasión rusa, con la crisis en la frontera bielorrusa encallada y con la lección aprendida de que desde Rabat hasta Minsk pasando por Ankara, los vecinos autoritarios están dispuestos a explotar sus debilidades en materia migratoria para ejercer presión sobre el bloque. Todas esas flaquezas y tensiones sin resolver podrían subir otro peldaño durante los meses venideros. Los europeos han aprendido a la fuerza que los conflictos convencionales han dado paso a batallas multidisciplinares que utilizan a las personas, las fake news o los ciberataques como nuevas armas.

Las fechas de la brújula europea 

Enero: el nuevo curso arriba en el ecuador de la actual legislatura europea, que traerá nuevas caras de liderazgo. Mientras la renovación de Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, se da casi por hecha, la Eurocámara vivirá este mes la designación de un nuevo presidente para sustituir al socialdemócrata David Sassoli. La popular Roberta Metsola, conocida por su férrea oposición al aborto, parte como favorita. El primer día del año arranca también con la Presidencia gala de la UE, que tomará las riendas comunitarias durante los próximos seis meses.

El día 30, el vecino Portugal celebra elecciones anticipadas tras disolver el Parlamento por falta de apoyo para aprobar los presupuestos de 2022. Por su parte, España aguarda el aterrizaje de los 10.000 millones de euros en el marco del segundo desembolso del Plan de Recuperación. Además, el Tribunal General de la UE lleva a cabo una vista judicial sobre los recursos de Carles Puigdemont y Toni Comín por negación de su escaño al comienzo de la legislatura.

Febrero: el día 13, Alemania celebra elecciones presidenciales, a las que podría optar el conservador Armin Laschet tras ser derrotado en las generales del pasado septiembre. También Italia vivirá elecciones presidenciales, en un juego de sillas al que opta el controvertido Silvio Berlusconi. En las quinielas se encuentra Mario Draghi, actual primer ministro. Por su parte, la misión de observación electoral del Parlamento Europeo desvelará el informe final sobre los comicios locales y regionales en Venezuela.

Marzo: a partir del segundo trimestre, el Ejecutivo comunitario presentará una serie de propuestas climáticas referidas a los plásticos, la economía circular o la biodiversidad que tienen como meta allanar el camino del 'Fit for 55' y hacer posible que Europa se convierta en el primer continente neutralmente climático en 2050. También verá la luz una propuesta sobre microchips, que han sido protagonistas en la crisis de desabastecimiento de este año, y sobre la primera Directiva contra la violencia de género.

El presidente Macron encabezará los días 10 y 11 una cumbre "sobre crecimiento" para debatir el estado del divisivo debate sobre las reglas fiscales en la UE. Por último, Bruselas espera un acuerdo sobre el estatus de Gibraltar en el marco de la era post-Brexit.

Abril: el día 10 se celebra la primera vuelta de las elecciones francesas. El actual mandatario, Emmanuel Macron, opta a la reelección en medio de una nueva fuerza emergente de ultraderecha, encabezada por Éric Zemmour. Si ningún candidato consigue la mayoría absoluta se celebrará una segunda vuelta prevista para el 24, escenario que ya ocurrió en las antiguas elecciones de 2017, que enfrentaron a Macron y Marine Le Pen.

Mayo: con todavía por determinar la fecha exacta, Hungría vive durante la primavera unas elecciones cruciales para el país y para el conjunto de la UE. Por primera vez, la oposición se une en torno a una misma candidatura que le podría disputar el puesto a Víktor Orbán, el enfant terrible de la política europea.

Junio: el último día del mes concluye la Presidencia francesa del Consejo y da paso a la checa. Los días 29 y 30 de junio tendrá lugar una cumbre de la OTAN en Madrid.

Julio: Bruselas pasa revista al cumplimiento de los compromisos del plan de recuperación español. El Ejecutivo de Sánchez deberá pasar el examen, habiendo cumplido los hitos pactados, para recibir la próxima remesa cuantificada en 12.000 millones de euros.

Agosto: en un mes tradicionalmente marcado por el parón estival es frecuente que se desaten crisis exteriores imprevisibles. Este año se cumple el segundo aniversario del inicio de las protestas en Bielorrusia y la primera efeméride de la toma de control talibán en Afganistán.

Septiembre: durante el tercer trimestre del año, la Comisión Europea prevé revelar su propuesta sobre el salario mínimo en la UE.

Octubre: en el último tramo del año, Bruselas propondrá una actualización del marco regulador de las farmacéuticas, que tiene por objetivo hacer los medicamentos más accesibles y asumibles para los ciudadanos.

Diciembre: concluye la Presidencia checa, que pasa el testigo a la sueca, antecesora de la española, prevista para la segunda mitad de 2023. En las actuales y segundas navidades eclipsadas por la pandemia, es imposible de calibrar cómo llegarán la UE y la pandemia a este mes. Pero el anhelo es que las campañas de vacunación continúen a pleno pulmón para frenar a las nuevas variantes y que la normalidad deje de ser la excepción para convertirse en la norma.