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Las divisiones en la UE sobre Palestina se agrandan tras el reconocimiento de España, Irlanda y Noruega

El primer paso de España, Noruega e Irlanda para reconocer el estado de Palestina y la orden de detención y arresto a líderes israelíes, incluido Netanyahu, han servido para profundizar las diferencias insalvables de los Estados miembros.

Un ciudadano francés frente a una pintada que dice: 'Desde el río hasta el mar, Palestina vencerá', a 30 de abril de 2024.
Un ciudadano francés frente a una pintada que dice: "Desde el río hasta el mar, Palestina vencerá", a 30 de abril de 2024. Benoit Pavan / Hans Lucas / AFP

En poco más de 48 horas, la feroz respuesta de Israel sobre la Franja de Gaza se ha topado con dos importantes desarrollos en la esfera internacional. El fiscal de la Corte Penal Internacional de La Haya pedía el lunes emitir una orden de detención y arresto a líderes israelíes, entre ellos el primer ministro Benjamín Netanyahu. Este miércoles, España, Noruega e Irlanda han dado el primer paso para reconocer el estado de Palestina. Ambos movimientos han servido para profundizar las diferencias insalvables de los Estados miembros en relación con el conflicto israelí-palestino.

España, Irlanda y Noruega reconocerán el estado de Palestina el 28 de mayo

Madrid, Dublín y Oslo –que no es una capital de la UE– han fijado un compromiso común para reconocer el estado de Palestina el próximo 28 de mayo, una semana antes de la celebración de las elecciones europeas. Por el camino se quedan, de momento, Bélgica, Malta y Eslovenia, los otros tres Estados miembros que se alinearon con Pedro Sánchez para dar este espaldarazo diplomático a Ramallah.

El Gobierno belga, encabezado por Alexander de Croo, ha mantenido este miércoles una reunión para analizar este escenario. El encuentro ha concluido sin un acuerdo entre los siete miembros de coalición. Para el mandatario liberal "no es el momento todavía" porque "la prioridad belga en estos momentos pasa por liberar a los rehenes y acordar un alto el fuego". La parálisis en uno de los países europeos más vocales con Israel ha desatado fisuras en las filas del Ejecutivo. "Desgraciadamente, hoy en día no hay reconocimiento belga del Estado palestino. Bélgica continúa trabajando en el momento y el contexto para lograr el reconocimiento. Sin embargo, la urgencia es muy grande. Hoy estamos perdiendo una oportunidad histórica", ha lamentado Caroline Gennez, la ministra de Cooperación y Desarrollo.

Por su parte, Malta y Eslovenia continúan sopesando cuándo es el momento más idóneo. Mientras que Emmanuel Macron abrió la puerta por primera vez en febrero asegurando que el reconocimiento de Palestina "no es un tabú" para Francia. El hipotético seguimiento de un país de la envergadura de Francia sería crucial para reforzar esta acción.

Por su parte, el ministro de Exteriores de Italia, Antonio Tajani, también se escuda en que ahora no es el momento: "Los pasos que sólo sirven para crear tensión son inútiles". El momentum para avanzar en esta dirección siempre ha sido motivo de discrepancias dentro de la UE. La postura que el bloque comunitario respalda no solo con el conflicto actual, sino desde hace décadas, pivota sobre un consenso de mínimos: la solución de los dos Estados con las fronteras de 1967, es decir, previas a la guerra de los Seis Días. Pero sobre los hechos, los países se dividen en torno a si el reconocimiento de Palestina debe producirse antes o después de consumar esta solución, es decir, en torno a si debe ser causa o consecuencia.

Donde no se habla de ello es en Alemania y Austria, que por herencia histórica son dos de los grandes defensores de Israel en la mesa del Consejo Europeo. Lo son junto a Hungría y Chequia, dos de los nueve países que hace unas semanas votaron en contra de ampliar los derechos de Palestina en una resolución de la Asamblea General de la ONU.

Con España, Irlanda y Noruega serían 145 –de 193– los Estados de la ONU que reconocen a Palestina

Pero la paradoja es también que tanto Budapest como Praga son dos de las capitales de la UE que ya reconocen al Estado de Palestina junto a Bulgaria, Chipre, Polonia y Rumanía. La mayoría lo hicieron en 1988, bajo la influencia de la órbita soviética y coincidiendo con la proclamación de un Estado palestino por parte de Yaser Arafat. Pero ninguna pertenecía, por entonces, a la UE. El único país que lo ha hecho en calidad de Estado miembro hasta la fecha es Suecia, en 2014. Ese mismo año, el Parlamento Europeo aprobó una resolución llamando a los Estados miembros a seguir este ejemplo. Con España, Irlanda y Noruega serían 145 –de 193– los Estados de la ONU que reconocen a Palestina. Josep Borrell, jefe de la diplomacia europea, ha reaccionado al anuncio de este miércoles con un escueto mensaje publicado en redes sociales donde asegura que trabajará "de forma incansable" para consumar la solución de los dos Estados.

Diferencias en el seno de la UE

Las discrepancias en el bloque comunitario han sido muchas y muy notorias desde el mismo 7 de octubre, jornada de los ataques de Hamás. Durante estos meses se han materializado en cualquier ocasión posible: desde las llamadas al alto al fuego Las discrepancias en el bloque comunitario han sido muchas y muy notorias desde el mismo 7 de octubre, jornada de los ataques de Hamás. Durante estos meses se han materializado en cualquier ocasión posible: desde las llamadas al alto el fuego –los 27 líderes debatieron durante siete horas la inclusión o no de una 's' en pausas humanitarias– hasta las condenas a Israel por sus vulneraciones de los derechos humanos. Esta misma semana, los países europeos han tenido reacciones muy dispares sobre la petición del fiscal Karim Khan solicitando una orden de detención a Benjamín Netanyahu y a su ministro de Defensa Yoav Gallant por presuntos crímenes de guerra y contra la humanidad. El propio Gallant ha firmado este miércoles, horas después del anuncio de los tres países europeos, una orden para que los colonos regresen al norte de Cisjordania.

El húngaro Víktor Orbán, que asistió por vídeo al acto organizado por Vox hace unos días y que aglutinó a las fuerzas de una extrema derecha europea que cerró filas con Netanyahu, calificó la medida de La Haya como "absurda" y "vergonzosa". Para el primer ministro checo Petr Fiala poner "al mismo nivel a una organización terrorista islamista y representantes de un gobierno elegido democráticamente" es "espantoso y completamente inaceptable". Mientras que en el otro lado, España, Irlanda o Francia celebraron la independencia del tribunal penal de la ONU y de su lucha contra la impunidad.

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