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¿Por qué se resiste Alemania a los eurobonos?

Merkel insiste en que el fondo de rescate europeo (MEDE) es el instrumento adecuado para lidiar con la crisis económica generada por la pandemia del coronavirus. Los economistas aseguran que la situación tendría que empeorar considerablemente para que Berlín diera su brazo a torcer.

La canciller alemana, Angela Merkel, se dirige a una comparecencia ante los medios en la Cancillería en Berlín, el pasado domingo. REUTERS/ Michel Kappeler/Pool
La canciller alemana, Angela Merkel, se dirige a una comparecencia ante los medios en la Cancillería en Berlín, el pasado domingo. REUTERS/ Michel Kappeler/Pool

Javier Pérez de la Cruz

Eurobonos es una palabra que sigue sin entrar en el diccionario alemán. Coronabonos sí es algo más frecuente en la prensa alemana, aunque rara vez coincide con lo que se exige desde el sur de Europa. A pesar de la presión, Angela Merkel se mantiene firme en su rechazo.

Nueve países, entre ellos España, Francia e Italia, demandan la introducción de estos eurobonos, es decir, que todos los países de la zona euro emitan deuda de manera conjunta para financiarse de manera más segura y con mejores condiciones. Pero, sobre todo, sería una muestra clara de que la Unión Europea afronta esta crisis desde la unidad y la solidaridad.

En contra se mantienen los mismos de siempre: Holanda, Austria, Finlandia y Alemania. Sin embargo, un cambio de opinión de Berlín, la todavía locomotora de Europa, podría decantar la balanza a favor de mutualizar la deuda.

A diferencia de Holanda, dadas las "repugnantes" declaraciones de su ministro de Finanzas, el Gobierno alemán es más consciente del daño que esta crisis le puede causar a la idea de Europa. Esta vez no se puede culpar al sur de Europa de haber causado la crisis económica por ser unos manirrotos. Por ello las autoridades vuelven una y otra vez a la "solidaridad" de los países de la Unión para dejar atrás cuanto antes la pandemia. Y no es una palabra vacía: en los hospitales alemanes se está tratando a decenas de pacientes graves de Italia y Francia.

Sin embargo, a la hora de hablar de compartir la deuda, nein sigue siendo la única respuesta.

Apurar la vía del MEDE

Según declaró la propia Merkel tras la cumbre del pasado jueves, el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) es el "instrumento que se creó para las situaciones de crisis". Alemania quiere que cada país siga financiándose como hasta ahora y que, en caso de ser necesario, los países más golpeados por la crisis, como Italia o España, recurran a los hasta 400.000 millones que hay en la hucha del MEDE.

Ni Merkel ni una gran cantidad de economistas ven los eurobonos como una opción.  "Según veo por el actual estado de la discusión, independientemente de lo que se opine de los eurobonos, existen dudas sobre la rápida viabilidad de bonos conjuntos tanto a nivel jurídico como técnico", asegura a Público Franziska Bremus, del departamento de Macroeconomía del Instituto Alemán para las Investigaciones Económicas (DIW).

"Creo que el Gobierno alemán sólo aceptará medidas de política fiscal conjunta en el marco de los mecanismos existentes como el MEDE. Quizá tome la forma de una especie de línea de crédito del coronavirus", añade Bremus.

A favor de una medida en este sentido se han manifestado una serie de destacados economistas alemanes. Entre los firmantes de la petición de una "Línea de Crédito Covid" se incluyen expertos que normalmente mantienen posturas enfrentadas, como Marcel Fratzscher y Clemens Fuest. Es importante destacar que en la primera línea de comentaristas económicos ya no se encuentra Hans-Werner Sinn, quien durante la crisis de deuda insistió en que Grecia debería abandonar el euro.

A pesar de ello, Alemania no parece dispuesta a ir más allá de una línea de financiación enmarcada en el MEDE. Pero en el sur de Europa MEDE es sinónimo de rescates y ajustes económicos, es decir, austeridad.

Problemas domésticos

No parece, por tanto, que Alemania vaya a reaccionar esta vez con las mismas posturas de hace diez años. Pero eso no significa que no siga habiendo halcones frugales en los círculos de poder de Berlín que ven con espanto la sola idea de mutualizar la deuda.

Además, Alemania atraviesa sus propios problemas. El temor del impacto del coronavirus a su economía es tal que el país ha dejado de lado su venerada política de cerrar sin deuda los ejercicios fiscales. El sagrado "Schwarze Null", o déficit cero es -temporalmente- historia. El ministro de Finanzas, Olaf Scholz, anunció una línea de crédito "sin límites" para las empresas alemanas.

"Hasta ahora la dimensión europea estaba relegada a un segundo plano", señala Alexander Kriwoluzky, profesor de macroeconomía en la Universidad Libre de Berlín. "Pero no se puede descartar que los políticos alemanes comprendan que tienen que actuar en un contexto europeo para controlar esta situación crítica".

Como último argumento para oponerse a los eurobonos está la idea de que esta sería una especie de última bala. Una bala que más vale guardar por el momento en la recámara. Los eurobonos serían un instrumento al que recurrir cuando la situación se complique todavía más, es decir, cuando comience "un círculo vicioso entre los bancos y la deuda pública en los países de la Eurozona". Este escenario se produciría debido al gasto desmedido del sur de Europa para contener la pandemia, lo que dispararía sus primas de riesgo y haría imposible que pudieran financiarse en los mercados de deuda. "Si este ciclo comenzara en España o Italia, también tendría consecuencias desastrosas para Alemania", añade Kriwoluzky.

A pesar de todo, tampoco está claro que Berlín cediera en un momento así. Según el profesor de macroeconomía: "Quizá el Gobierno alemán seguiría esperando que el Banco Central Europeo apagara todos los fuegos. Pero también podría ser que pasara a la acción".

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