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Día de Europa De las vacunas a los problemas económicos: así ven varias generaciones a la UE tras un año de pandemia

Coincidiendo con el Día de Europa, este domingo echa a andar la Conferencia sobre el Futuro de Europa, una plataforma digital para recoger la opinión de la ciudadanía sobre el bloque.

Imagen recurso de la bandera de la Unión Europea ondeando. - Unsplash
Imagen recurso de la bandera de la Unión Europea ondeando.  UNSPLASH

Hoy se cumplen 71 años de la Declaración Schuman, germen de la Unión Europea. A pesar de la ruina económica que atravesaba el continente cinco años después del fin de la II Guerra Mundial, este texto mostró a la ciudadanía un camino para dejar a un lado guerras, nacionalismos y miedos. Gracias a ello, ha vivido siete décadas de paz y colaboración, y cada 9 de mayo celebra su día. Este no es una excepción, y lo festeja teniendo presente el gran desafío económico y social al que se enfrenta desde que el coronavirus tocó suelo europeo.

El año pasado Público reunió a personas de edades y nacionalidades diferentes para analizar qué significaba para ellos formar parte de la Unión Europea. Teniendo en cuenta que la pandemia ha transformado el contexto mundial –a nivel sanitario, político y social– y que estos cambios han influido en la opinión pública, este año con motivo del Día de Europa hemos vuelto a hablar con los protagonistas para conocer su percepción actual.

Marta Gómez cursa tercero de primaria. Si el año pasado reconocía saber que "Europa es un continente" y que España está dentro de él, este recuerda haber aprendido sobre intercambios comerciales a ambos lados del charco a colación del descubrimiento de América. No entiende muy bien quién ha gestionado la compra de las vacunas, pero celebra que estén llegando a sus abuelos. "Tengo muchas ganas de que acabe este virus, volver a jugar con mis amigos sin grupos burbuja y volver a coger un avión", reconoce con ilusión. Y tiene claro cuál será su próximo destino: "Tengo muchas ganas de viajar a París, pero también de conocer Tenerife".

Ilusión que comparte con Eva Fuster, de cuarto de la ESO (Educación Secundaria Obligatoria). Lamenta el cerrojazo de fronteras que llevaron a cabo algunos países, y falta de comunicación entre socios. Esta adolescente de 16 años echa en falta los viajes que organizaba cada año con su familia, las escapadas a la nieve y los momentos de convivencia con sus abuelos. Momentos que ha limitado al máximo en el último año para evitar un contagio no deseado. Afortunadamente, esta semana Miguel y Aurora ya han recibido la segunda dosis de la vacuna y Eva respira un poquito más tranquila.

Sus abuelos también. Un año después, Miguel y Aurora siguen sintiéndose identificados y orgullosos de formar parte del proyecto europeo. Creen que el club ha sido clave para que los 27 puedan salir del barro en el que se han visto inmersos con la crisis ligada a la pandemia, aunque creen que podría haberse negociado mejor la compra de vacunas.

A pesar de los reproches a la UE en relación a la gestión de compra de los sueros, cabe subrayar que una campaña de vacunación masiva de esta envergadura es única en la historia. Cuando la Unión Europea decidió apostar por seis farmacéuticas mientras trabajaban en el desarrollo de la vacuna, propuso un sistema de reparto equitativo, basado en la población, para asignar los viales a los 27. Un plan que fue rechazado por los líderes, que exigían una suerte de pedido a la carta, donde cada Estado miembro contó con total libertad para comprar o no uno de los fármacos. Bruselas poco pudo hacer al respecto, al no contar con competencias.

Un 49% de personas se mostraron descontentas con la respuesta de la Unión a la covid-19

Según el último Eurobarómetro, el 49% de las personas encuestadas se mostraron descontentas con la respuesta de la Unión a la covid-19. España supera la media, pero no le da el aprobado. Sin embargo, el Ejecutivo comunitario sí recibe una valoración positiva en su papel de gestión y suministro de vacunas, del 76% de los españoles.

Miguel confía en que "Bruselas juegue un papel clave en la apertura de patentes". Su mujer, maestra jubilada, cree que "es inmoral si Europa no colabora", aunque entiende la presión que pueden ejercer las farmacéuticas que han invertido mucho dinero en la creación de los sueros.

El apoyo de Joe Biden a liberar las patentes de las vacunas contra la covid-19 pilló por sorpresa a Bruselas esta semana, generando diversidad de opiniones dentro del club. Tras la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno en Porto, los Veintisiete han acordado este sábado que la solución a corto plazo para paliar la falta de dosis en países del tercer mundo es que Reino Unido y Estados Unido pongan fin a la prohibición de exportar vacunas e ingredientes.

Estragos económicos

La pandemia ha cambiado las preocupaciones de la ciudadanía. Según la última encuesta, nuestro principal motivo de preocupación es la situación de la Sanidad y la Seguridad Social (53% para los españoles y 44% del total de los europeos), un tema que ha sufrido un incremento de 40 puntos en el último año. No sorprende que el desempleo y la situación económica sean la segunda y tercera mayor preocupación para los españoles, según el estudio, con una tasa del 51% y el 53%, respectivamente. Una preocupación compartida con el resto de europeos.

Irene Escuder, turolense de 88 años y residente en València desde la década de los años 60, aplaude el fondo anticrisis que ha aprobado Bruselas. Dice que toda ayuda sirve "porque los países más dependientes del turismo, como España, están ahogados".

A nivel económico Bruselas ha llevado a cabo un esfuerzo sin precedentes, poniendo encima de la mesa el instrumento de Next Generation EU: un paquete de subvenciones y préstamos de 800.000 millones de euros para sacar del atolladero a los países más tocados por la covid-19. Una medida distinta a la austeridad impuesta en crisis previas. Según el último Eurobarómetro, el 52% de los españoles confía en la efectividad de este instrumento en la recuperación económica del bloque, frente al 55% de media europea.

Felicidad Navarro reconoce no saber muy bien cómo está gestionando la Unión Europea el suministro de vacunas o cuándo llegarán las subvenciones del plan anticrisis a España. Apaga el televisor cuando escucha estos temas, porque dice que la información "es confusa". Esta mujer de 91 años, divide su tiempo en leer en su salita, pasear por el pasillo, ver la televisión y hablar por teléfono con sus hijos, nietos y hermanas. Y, explica orgullosa que, con la llegada de la primavera llegó el suero y el nacimiento de una nueva ilusión, su primer bisnieto.

Abel: "Además de ser poco solidarios algunos, y seguramente muy patriotas otros, no tienen ni idea de qué es la libertad"

La llegada del pequeño Marc también es la gran alegría de su yerno Abel Soriano. Este trabajador de 63 años ya ha recibido la primera dosis de la vacuna y está deseando completar la pauta para disfrutar de su familia con un poquito más de tranquilidad. Se muestra contundente con aquellos que esgrimen la falta de libertad para irse de cañas. "Además de ser poco solidarios algunos, y seguramente muy patriotas otros, no tienen ni idea de lo que es la libertad", denuncia.

Lamenta un mayor grado de determinación a la hora de abordar asuntos de salud y economía de emergencia y se pregunta si no hubiera sido bueno "dejar fuera la unanimidad a 27, cuando estaba en peligro la vida de la ciudadanía". Sin embargo, reconoce que es preferible tomar decisiones bajo el paraguas de la UE que cada país por su cuenta y que su nivel de europeísmo es "igual que siempre".

Perspectiva europea

El artista y productor en la documenta, Thomas Engelbert, lamenta que la crisis de la covid-19 "en lugar de fomentar la colaboración y la unidad, haya aumentado el individualismo regional". El alemán denuncia que no se acepte un test de antígenos y le exijan una prueba PCR para subir a un avión a ver a su familia, "mientras que en el metro va la clase obrera como sardinas en lata".

Reconoce que la situación económica española sería peor si no formara parte de la Unión Europea, aunque tiene dudas respecto a su país natal. Engelbert cree que la Unión Europea debería de haber hecho más esfuerzos para facilitar recursos como test o vacunas, y no está satisfecho con Next Generation EU. Cree que "nuestros hijos e hijas tendrán que pagar la factura" y considera que "muchos de estos recursos van a los tejidos establecidos y los eslabones más débiles de la cadena se quedan al margen".

Con el objetivo de evitar un endeudamiento masivo en el bloque para devolver el dinero para hacer frente a la pandemia, la UE ha puesto encima de la mesa la creación de nuevos impuestos. Estos son los recursos propios y se espera que sirvan para devolver el dinero en un periodo de 30 años. Entre ellos está la tasa al plástico, que espera recaudar entre 3.000 y 9.000 millones de euros. También el mecanismo de ajuste de carbón en frontera y una tasa digital, así como estudiar nuevas fórmulas como una tasa a las transacciones financieras y grandes corporaciones.

Para la periodista rumana Madalina Sarb, residente en Bélgica desde hace una década, y trabajadora en la Eurocámara, "Europa ha desempeñado un papel de liderazgo en la gestión de la crisis importante". Es consciente de que ha sido un año complicado, donde ha podido dar la sensación de improvisación en algún momento, pero defiende que se han tomado decisiones vitales que llevarían años de negociación en meses.

Sarb: "Europa ha desempeñado un papel de liderazgo en la gestión de la crisis importante"

Explica el esfuerzo que hicieron las instituciones para garantizar conexiones seguras en remoto para todo el personal y permitir que "las propuestas económicas se votaran y avanzaran lo antes posible en el sentido de la recuperación económica, la coordinación de medidas entre los diferentes países o la compra de vacunas". Considera que el monto de Next Generation EU es muy importante para el futuro de la Unión.

Este domingo echa a andar la Conferencia sobre el Futuro de Europa, con un año de retraso por la pandemia y falta de consenso en torno a su funcionamiento entre el Consejo, la Comisión Europea y el Parlamento. Se trata de una plataforma digital concebida para escuchar a la ciudadanía y saber qué quiere o espera de la UE, para extraer conclusiones.

Estará en funcionamiento hasta la primavera de 2022 y espera ser una herramienta de debate transnacional, disponible en las 24 lenguas oficiales de la Unión, aunque las conclusiones no sean vinculantes. El Hemiciclo de la Eurocámara en Estrasburgo acoge este domingo, entre las 14 y las 15:30 horas, un evento para dar el pistoletazo de salida a la Conferencia. Contará con discursos de los presidentes del Parlamento Europeo, David Sassoli, de la presienta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y del primer ministro luso, Antonio Costa, en representación del Consejo.

Bulos y redes sociales

El Fondo Monetario Internacional ha certificado que las pandemias ocasionan un incremento en la contestación social. La actual no ha sido una excepción, marcada por los confinamientos, las restricciones y los estragos económicos. El caldo de cultivo idóneo para la expansión de la idea de falta de libertad ligada al estado de alarma, abanderado por los negacionistas y la extrema derecha en Europa. Aurora está convencida de que, "si no estuviéramos bajo el paraguas de la Unión Europea, se dispararían mucho más los extremismos".

A pesar de todo, según el último Eurobarómetro, basado en datos recogidos entre enero y febrero de este año, existe un sentimiento mayoritario de pertenencia al club comunitario: 84% entre los españoles y 74% entre la media europea. Además, nueve de cada diez piensa que Bruselas debería de tener más medios para gestionar futuras crisis similares a la pandemia, cifra simular a la media europea (84%).

La difusión de mensajes falsos no es un instrumento nuevo. Sin embargo, con la llegada de las redes sociales se ha incrementado exponencialmente. Un hecho sobre el que alerta el documental de Netflix The Social Dilemma, que analiza los peligros a nivel personal, generacional y social a los que nos enfrentamos por la manipulación de nuestros datos y deseos.

Durante la pandemia se han generado millones de bulos o fake news, agitados desde algunos sectores de la sociedad, negacionistas y extrema derecha. Una de las consecuencias de estos bulos en redes es que la ciudadanía no confíe en los medios de comunicación. También el auge de desconfianza hacia la clase política.

Irene Escuder lamenta la crispación política actual. "No entiendo cómo pueden decir los disparates que dicen desde el Congreso de los Diputados, cuando son unos afortunados a los que no les ha faltado nada de lo importante", denuncia. Mensaje que comparte el matrimonio de Miguel y Aurora. Aprovechan para hacer hincapié en que la UE "es carreteras, libertad y la posibilidad de estudiar o trabajar en cualquier país". "Mucha de la gente que rechaza a Europa no sabe lo que es no vivir en la UE", explica Miguel, para añadir que formar parte del club "nos ha abierto el mundo y nos ha dado una nueva perspectiva de la vida". En esta línea, Aurora cree que esta apertura hace que la gente se mire menos el ombligo "y sea más bondadosa".

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