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Elecciones 10-N El bloqueo político abre el debate sobre las reformas para garantizar que haya Gobierno

Países como Grecia o territorios como Euskadi y Asturias emplean fórmulas que hacen imposible un bloqueo, aunque garantizan la pluralidad. Sánchez propone reformar el sistema para que gobierne la lista más votada cuando no se alcance un acuerdo de investidura, pero los expertos insisten en que lo que hace falta es "cultura del pacto".

Pedro Sánchez y Pablo Casado durante una reunión en La Moncloa / EFE.

El bloqueo político parece ser ya una parte de la cultura política en España. Desde 2015, momento en el que el bipartidismo se rompió a favor de un multipartidismo más plural, no se ha producido ninguna legislatura estable con un Gobierno duradero y con capacidad para poder impulsar medidas de calado. La “cultura del pacto” necesaria para engrasar la maquinaria de un sistema sin partidos hegemónicos no ha hecho, de momento, acto de presencia para la conformación de ejecutivos estables.

Con la repetición electoral del 10 de noviembre (las cuartas elecciones en cuatro años, y el segundo adelanto de unos comicios por no ser el Parlamento capaz de investir a un presidente) se ha abierto un debate sobre la necesidad de alejar el foco de la “cultura del pacto” para ponerlo sobre la necesidad de una fórmula legal que garantice la conformación de gobiernos en aras de la estabilidad política.

Esta suerte de receta contra el bloqueo no es ajena para los partidos políticos, que en los últimos meses (y también en alguna ocasión en los últimos años) no han dudado en apuntar a sistemas y fórmulas que garantizan el triunfo de una investidura. El ejemplo más concreto de este debate se dio el pasado 15 de junio, cuando los ayuntamientos del país constituyeron sus gobiernos tras las elecciones municipales mientras el Gobierno en funciones caminaba hacia una investidura fallida.

Desde el PP y el PSOE ya se había apuntado a que el resto de fuerzas “dejaran gobernar” al partido más votado, algo que ocurre por ley en los ayuntamientos (cuando no hay una mayoría suficiente para designar a un alcalde, acaba gobernando la lista más votada). El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, ha propuesto además una reforma del artículo 99 de la Constitución (donde reside la fórmula de la investidura) bajo el pretexto de evitar bloqueos, una propuesta que repitió el lunes durante el debate electoral; sin embargo, una reforma de este calado en la Carta Magna precisaría de importantes mayorías reforzadas.

En este sentido, existen ejemplos, tanto dentro de España como en otros países, de fórmulas que garantizan y refuerzan la conformación de gobiernos. Este es el caso de Euskadi. El sistema para designar al lehendakari se regula en el reglamento del Parlamento vasco. Una vez celebradas las elecciones autonómicas, los grupos parlamentarios de la Cámara pueden proponer a un candidato cada uno (a diferencia del Congreso, al Parlamento vasco se puede presentar más de un candidato a la investidura).

Aunque en Euskadi la fórmula garantiza la investidura, es habitual que el partido ganador de las elecciones integre a otras fuerzas políticas en gobiernos de coalición para afianzar pactos en el Parlamento

Posteriormente se produce un debate entre los parlamentarios y, luego, la votación. Es investido el candidato que consiga la mayoría absoluta de los votos de la Cámara. Si ninguno de los candidatos obtiene la mayoría absoluta de los votos, se produce una segunda votación 24 horas después en el que es elegido el candidato que tenga el mayor número de votos. Si hay alguna candidatura empatada, se produce otra votación 24 horas después, pero esta vez solo entre las candidaturas empatadas a votos, y gana la que tenga mayor número de votos.

Sin embargo, a pesar de disponer de este “salvoconducto” para la investidura, es habitual que se den gobiernos de coalición en Euskadi (aunque no serían necesarios), también en aras de la estabilidad y de reforzar acuerdos en el Parlamento vasco, al integrar a otros partidos en el Ejecutivo.

La fórmula de investidura del presidente del Principado de Asturias también está recogida en el reglamento del Parlamento asturiano. En Asturias tampoco hay un solo candidato a la investidura. El presidente del Parlamento designa como candidatos a aquellos que hubieran obtenido el apoyo de, al menos, cinco diputados autonómicos. Es presidente del Principado el que obtiene el voto favorable de la mayoría absoluta de los miembros de la Cámara.

Si ninguno hubiera obtenido la mayoría absoluta de los votos, se produce una segunda votación 48 horas después entre los dos candidatos que han obtenido más votos en la anterior, y resulta elegido el que obtenga más votos de los dos. Si se repite el empate, se producen sucesivas votaciones hasta que salga un ganador o se tramitan otras propuestas de candidatos.

50 escaños "de regalo" para el ganador en Grecia

Pero la conformación de un gobierno no solo se puede garantizar mediante la fórmula de investidura, sino que existen sistemas que garantizan mayorías reforzadas en las leyes electorales. El sistema electoral griego, una fórmula de sistema proporcional reforzado, es un buen ejemplo de ello.

El Parlamento escoge al primer ministro, y los votos son proporcionales a los escaños con una corrección. La primera fuerza política del país obtiene una bonificación de 50 escaños, lo que le permite tener una mayoría reforzada en el Parlamento frente al resto de fuerzas. El Parlamento heleno tiene 300 diputados. El ganador de las últimas elecciones fue Nueva Democracia, pero ni siquiera obtuvo el 40% de los votos. Aun así, al ser la fuerza ganadora de las elecciones, los 50 escaños de “bonificación” le dieron la mayoría absoluta en el Parlamento.

Según explica el catedrático de Historia en la Universidad Complutense de Madrid, Javier Moreno Luzón, “dentro de los sistemas de gobierno parlamentario (es decir, no de los presidencialistas, donde el jefe del ejecutivo se elige por otras vías), existen varios métodos para investir al primer ministro. En el Reino Unido, por ejemplo, es una facultad de la corona y no necesita de ratificación por parte de la Cámara de los Comunes, aunque, por convención constitucional, el rey o la reina ha de nombrar a quien tenga mayoría en ella y el/la elegido/a debe contar con la misma para mantenerse en el poder”.

Moreno Luzón: "Algunos países tienen disposiciones que permiten salir del atolladero si no hay acuerdo, pero lo fundamental es el entendimiento entre los partidos políticos, que es lo que ha faltado en España"

En Portugal, continúa, “depende del presidente de la República y sólo fracasa si la mayoría absoluta de la Asamblea vota en contra de su programa”. Sin embargo, Luzón asegura que “en el grueso de los demás países el sistema es similar al español, aunque eso no impide que a menudo se formen coaliciones o se llegue a arreglos entre la fuerza gobernante y otras que la apoyan desde el parlamento. Algunos tienen disposiciones que permiten salir del atolladero si no hay acuerdo, pero, en general, lo fundamental es el entendimiento entre los grupos políticos, que es precisamente lo que ha faltado en España”.

Sobre el posible debate entre la estabilidad que dan fórmulas que garantizan la investidura y la pluralidad que otorgan sistemas que precisan de pactos y coaliciones, el catedrático afirma que “los sistemas mayoritarios tienden a producir mayorías parlamentarias con más facilidad que los proporcionales, aunque no las garantizan; y tienen otras ventajas, como la cercanía de los candidatos a sus electores. A cambio, los partidos minoritarios y con un electorado disperso obtienen una representación parlamentaria muy por debajo del porcentaje de votos que consiguen, lo cual infrarrepresenta o deja fuera del parlamento a sectores importantes de la opinión pública”.

No obstante, insiste Luzón, “si se llega a acuerdos entre diversas fuerzas políticas en ayuntamientos y comunidades autónomas, no hay razones de peso para que no ocurra lo mismo a nivel estatal”.

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