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Ciudadanos liquida a quienes se creyeron la autonomía para pactar que les concedió Rivera

Ciudadanos ha expulsado a todos los concejales díscolos que apoyaron gobiernos distintos a los indicados desde la dirección del partido en Barcelona. 

El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera. Archivo EFE

PAULA DÍAZ

MADRID.- Dar "cohesión" y "armonía" a su política de pactos. Tener un "proyecto para España". No incurrir en contradicciones. Estas son algunas de las excusas que la dirección de Ciudadanos ha ido esgrimiendo en los últimos días para justificar su acercamiento a PP y PSOE en los distintos ayuntamientos y comunidades. Pero lo cierto es que, con ello, han incumplido justamente la última de esas premisas. Albert Rivera prometió dar autonomía a las agrupaciones locales para negociar, pero la férrea vigilancia de su Comité  de Pactos Postelectorales ha impuesto finalmente su ley.

Así ha quedado demostrado con la expulsión de sus concejales díscolos que, incumpliendo la norma estatal de los naranjas, decidieron acercarse a partidos "nacionalistas" como Compromís, intentaron entrar en Gobiernos municipales sin haber conseguido ser la lista más votada o han aupado a la Alcaldía a imputados por corrupción. Al final, el margen de negociación que tenían los locales se vio asfixiado para evitar la imagen de desorganización en el partido, aunque permanezcan en su seno las críticas por "poca democracia interna"

Rivera, aunque no ha confirmado si se presentará como cabeza de lista de C's a las elecciones catalanas, a las generales o a las dos, sigue su andadura hacia el objetivo de pintar la Moncloa de naranja. Por ello, ha consentido a sus líderes en Andalucía o Madrid que rebajen algunas de sus exigencias (la expulsión de Manuel Chaves o sólo el compromiso de primarias) para facilitar los pactos con PSOE y PP, respectivamente, y así mantener la imagen de "centralidad" del partido

Ahora, para evitar más críticas sobre la posible falta de organización del partido debido a su rápido crecimiento, la ejecutiva ha decidido imponer mano dura y expulsar a los nuevos garbanzos negros que han aflorado tras los comicios del 24 de mayo.

Así, dos concejales de Santa Pola, otros dos de Torreblanca, dos de Vilamarxant, uno de Fuenta la Higuera y otro de Turís (todos municipios de la Comunidad Valenciana) han sido expulsados del partido. El cabeza de lista de L'Alcora -también en Castellón- ya había sido dado de baja incluso antes del 24-M. Todos, por haber pactado con Compromís, un partido al que en Barcelona consideran "nacionalista y panvalencianista".

En Carrenque (Toledo), dos concejales fueron expulsados por no dejar que gobernara el PP. En Albacete, un naranja ha dejado de serlo, precisamente, por dar la Alcaldía a los conservadores


En Carrenque (Toledo), otros dos concejales han sido fulminados, en este caso, por saltarse la norma de no dejar gobernar a la lista más votada (el PP) permitiendo un tripartito de PSOE-C's y Vecinos por Carranque. En Albacete, ocurrió el mismo caso, pero en esta ocasión por haber apoyado a los conservadores: el edil Pedro Soriano también ha sido suspendido por no abstenerse en la votación que convirtió en alcalde a Javier Cuenca (PP). 

Otros casos están todavía en estudio por parte del Comité de Pactos Postelectorales de Ciudadanos. Son los de los ediles de Galápagos (Guadalajara) y Arroyomolinos (Madrid), donde los propios naranjas se hicieron con la Alcaldía sin consentimiento de la dirección nacional. 

La dirección del partido asegura que las expulsiones están avaladas por los Estatutos del partido

Fuentes del partido no sólo no ven contradictorio el hecho de que se quedara en papel mojado la vía libre para pactar en las agrupaciones locales, sino que incluso se vanaglorian por cumplir a rajatabla de expulsar de sus filas a los díscolos. "Hemos expulsado a quienes han pactado con separatistas o se han opuesto frontalmente a la decisión del partido", confirman. Pero se escudan en que, aunque las negociaciones las han llevado a cabo las candidaturas municipales, éstas tenían que ser aprobadas por el Comité de Pactos. Además, inciden en que las expulsiones están avaladas por los Estatutos de la formación. 

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