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Comisión para la reconstrucción El Congreso solo aprueba tres de los cuatro textos de la reconstrucción, lejos del consenso buscado por el Gobierno

La Cámara rechaza el documento de políticas sociales y salva por un voto el texto de reactivación económica. Las conclusiones de Sanidad y de Unión Europea salen adelante con una mayoría reforzada de más de 200 votos.

Pedro Sánchez Congreso
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, abandona este miércoles el hemiciclo tras la sesión de control / EFE

No se produjo el gran consenso en la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica. De los cuatro apartados de conclusiones, el Congreso ha tumbado uno, y casi tumba el segundo (la mitad de los textos aprobados), que finalmente se ha salvado solo por un voto. Hay importantes consensos (de última hora) en reformas sanitarias y en la unidad necesaria de cara a la Unión Europea, pero las divisiones se han impuesto a los acuerdos en materia de políticas sociales, mientras que el programa económico de la reconstrucción está lejos de suscitar consenso.

El dictamen de Sanidad ha salido adelante con 256 votos a favor, 88 en contra y 3 abstenciones, mientras que el texto del grupo de Unión Europea se ha aprobado con 276 votos a favor, 59 en contra y 13 abstenciones. Estas son las dos únicas áreas que han recibido el apoyo de una mayoría absoluta de los diputados de la Cámara Baja, gracias a un acuerdo de última hora entre el PSOE y el PP

A pesar de los intentos de los de Pedro Sánchez de atraer a los conservadores a estos dos dictámenes (los únicos que tenían posibilidades de ser aceptados por el Grupo Popular), el PP se resistió a apoyarlos en todo momento, incluso en la sesión final de la comisión de reconstrucción. Sin embargo, tras el acuerdo alcanzado en Bruselas sobre el reparto de los fondos europeos de la covid, Pablo Casado dio instrucciones a sus parlamentarios para que forzaran un acuerdo con el PSOE en Sanidad y en Unión Europea.

Durante el martes, los socialistas aceptaron varias exigencias de los conservadores, como la creación de una Agencia Nacional de Salud o el compromiso con un plan de renovación tecnológica de los centros sanitarios. Finalmente y sobre la bocina, el apoyo de los dos grupos mayoritarios del Congreso ha posibilitado que estos dos textos recabaran una mayoría reforzada de más de 250 votos.

El escenario ha sido totalmente distinto en las otras dos áreas tratadas en la comisión de reconstrucción. Precisamente en estas materias era donde algunos grupos pedían mayor precisión y concreción a las formaciones que constituyen el Gobierno, que apostó por textos y medidas más generales y ambiguas, con el objetivo de atraer apoyos tanto por parte de la derecha, como por parte de la izquierda del hemiciclo, algo que no parece haberle resultado útil a los de Sánchez.

El documento de políticas sociales fue, desde el inicio, el dictamen de la discordia, y este miércoles ha decaído con 172 votos a favor, 175 en contra y una abstención. El motivo principal radicaba en que las derechas (PP, Ciudadanos y JxCat) se negaban a apoyar un texto que no incluyera a la educación concertada en los planes de financiación pública recogidos en el dictamen. Sin embargo, las diferencias iban mucho más allá, y si desde los partidos más conservadores se valoraba el texto como "muy ideologizado", desde las formaciones de izquierdas se advertía de que las medidas se quedaban cortas.

Hasta el martes, parecía que el texto, a pesar de no suscitar demasiados apoyos, iba a salir adelante gracias a una débil mayoría. Sin embargo, un desacuerdo de última hora con Bildu (el enésimo entre los socialistas y la formación vasca relacionado con la comisión, desde que el PSOE votase en contra de la derogación de la reforma laboral) ha terminado por hacer fracasar el dictamen, que ha perdido en el Congreso con un sonoro aplauso de las bancadas de la derecha.

El documento económico sale adelante debilitado

Fuentes de Unidas Podemos aseguran que se había llegado a un acuerdo con Bildu a través de una enmienda para mejorar las pensiones (mediante la revalorización con el coste de la vida, el aumento de las pensiones mínimas y la derogación del factor de sostenibilidad), pero el PSOE, en el último momento, no quiso que esa enmienda saliera adelante, lo que ha provocado el voto negativo de Bildu y la consiguiente caída del documento.

Por poco no ha corrido la misma suerte el dictamen de reactivación económica. También aquí el Ejecutivo ha tenido muchas dificultades para atraerse suficientes votos, tanto en el seno de la comisión como este miércoles en la sesión plenaria. En un intento para atraer al PP, el PSOE tumbó en varias ocasiones en la comisión de reconstrucción medidas como la derogación de la reforma laboral, un impuesto a las grandes fortunas o un impuesto a la banca.

En la última sesión de la comisión, los de Sánchez se ganaron incluso el recelo de formaciones como Más País o Compromís por tumbar medidas ya acordadas con estos partidos en el grupo de trabajo de reactivación económica del órgano para introducir enmiendas de Ciudadanos. También in extremis, los socialistas han logrado salvar el documento, gracias a volver a introducir en el texto estas medidas tumbadas por Cs, motivando el voto a favor de Más País y de Compromís.

El texto de reactivación económica ha salido adelante con 169 votos a favor, 168 en contra y 11 abstenciones -queda pendiente la repetición de la votación tras el error de un diputado-. Cuando arrancó la comisión, el objetivo era el de obtener una mayoría reforzada que incluyera al PP en todos los dictámenes de los grupos de trabajo. En las últimas sesiones del órgano, tras renunciar a este primer objetivo, se optó por tratar de salvar todos los documentos y obtener un gran respaldo en el área de Sanidad y en el de UE. Tampoco este segundo objetivo, motivado por el fracaso del primero, se ha conseguido. 

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